"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

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lunes, 26 de abril de 2010

Prestigio de la UAEM en juego / Columna

De medios y otros demonios


Prestigio de la UAEM en juego


J. Israel Martínez Macedo


La defensa de los estudiantes contra la modificación al nombre de la UAEM para agregarle el de Adolfo López Mateos, alcanzó niveles interesantes. En las redes sociales, en Facebook aparecieron los grupos “No al cambio de nombre de la UAEM”, “No le cambien el nombre a nuestra querida UAEM” y “Opina sobre el cambio de nombre de la UAEMex” y más recientemente “UAEMéx por siempre!!!”.

Algunos ya con más de mil integrantes, estudiantes y egresados encontraron en las redes el espacio que las autoridades no propiciaron para la discusión de la propuesta. Ahí son los debates, las observaciones y hasta las informaciones que justifican la negativa.

Ahí apareció y se replicó el link para el artículo de la profesora-investigadora del Colegio de México, Soledad Loaeza publicado en la revista Nexos (http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=550) y en donde presenta pruebas que apuntan a que López Mateos no nació en Atizapán, ni siquiera en el Estado de México, sino en Pasitzia, departamento de Chimaltenango; aunque no lo crea, en Guatemala.

El artículo menciona que ni siquiera nació en 1910 (lo que derrumba el mito y la consecuente celebración del centenario de su nacimiento) sino el 10 de septiembre de 1909 y que la historia de haber nacido el año de la revolución sería sólo un mito.

Lo más grave es la falta de claridad sobre los estudios de López Mateos en su paso por el Instituto Científico y Literario. La investigadora detalla que no hay registro de que hubiera cursado los estudios, menos concluido, ni evidencia de la tesis de grado o, al menos, su registro.

La situación no es menor. Podríamos estar ante el caso de que un estudiante de historia o algún investigador interesado en el tema confirmara la hipótesis del engaño, que el grado le haya sido otorgado, tal vez, sólo para darle el nombramiento como director del ICLA y que en realidad sí es un guatemalteco que engañó a todos para poder ser presidente de México. ¿Cómo quedaría la UAEM con un nombre así unido al propio, sólo por aferrarse a lo que cada vez parece más un capricho?

A través de las redes sociales y los tradicionales carteles pegados en las escuelas, los alumnos organizaron una marcha a la que asistieron entre 600 y 700 universitarios y que sirvió para que otro tanto se enterara de lo que está pasando.

La marcha puso nerviosas a las autoridades universitarias que cambiaron el discurso: ya no van por la unanimidad, como dijera en días anteriores el abogado general; ahora se conforman con 50 por ciento, según dijo el rector, quien además dice que no hay plazos aunque esto tampoco es del todo cierto.

Existe el acuerdo de las comisiones que señala que del 9 al 30 de abril se difundirá la propuesta y recibirá la opinión de la comunidad universitaria, mientras del 30 de abril al 4 de mayo deberán procesar las opiniones y emitir un dictamen. Dicho de otro modo, el 4 de mayo es la fecha límite para presentar la propuesta y el dictamen que deberá indicar la postura de la comunidad.

¿Ignorarán el rechazo de la comunidad a la propuesta? ¿Se arriesgarán a exponer a la UAEM al agregar el nombre de López Mateos con la vaguedad de datos históricos y la gran posibilidad de que haya engañado al país entero? Habrá que esperar la resolución y estar atentos sobre lo que ocurra en este caso.


israel.martinez@milenio.com

sábado, 24 de abril de 2010

Piden no modificar el nombre de la UAEM / Crónica

Piden no modificar el nombre de la UAEM


Los recibe el secretario de Rectoría y turna sus peticiones a las comisiones encargadas de analizar el proyecto


Toluca - J. Israel Martínez


Al grito de “UAEM se queda, Adolfo pasa” alrededor de 700 estudiantes universitarios de las distintas facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México marcharon de Ciudad Universitaria al centro de la capital mexiquense para manifestarse en contra de la propuesta de adición del nombre de Adolfo López Mateos al de la Máxima Casa de Estudios de la entidad.

Los alumnos presentaron su pliego petitorio al secretario de Rectoría, Manuel Hernández Luna, quien los atendió afuera de las instalaciones del Edificio Central.

La cita fue a las 11:00 afuera de la Biblioteca Central, a ella acudieron alrededor de 200 estudiantes que comenzaron la marcha alrededor de Ciudad Universitaria. Al pasar frente a cada facultad se escuchaba el grito “ú-nan-se, ú-nan-se”, al que respondieron algunos uniéndose a sus filas.

El contingente duplicó su tamaño al tomar camino sobre la avenida Morelos cerca del mediodía. Con pancartas en mano, exigiendo no añadir al nombre de la institución el del ex presidente, enfilaron rumbo al Edificio Central de Rectoría ubicado en el centro de la capital mexiquense.

Conforme avanzó, el grupo se fue ganando adeptos, de todas las calles se veían salir universitarios que engrosaban las filas de los manifestantes quienes fácilmente cerraron los cuatro carriles de una de las principales vialidades de Toluca.

Pasando la clínica del ISSEMyM se sumaron alumnos con batas blancas y una pancarta en fondo blanco y letras azules: “¡Mentirosos! Los alumnos de la Facultad de Medicina no queremos en nuestro título el nombre de un político. Universidad autónoma, no rector autócrata”.

Las consignas se fueron improvisando en el trayecto: “La UAEM no se vende, el estudiante la defiende”; “sí al consenso, no al cambio”; “au-tono-mía” y “el que no salte quiere el cambio” se escucharon a lo largo del camino de más de 10 cuadras que los alumnos recorrieron en casi una hora.

Ocasionalmente, se escuchaba un sonoro “U-A-E-M” que retumbó en la calle silenciando los bocinazos de algunos automovilistas que intentaban llegar a sus destinos y que, resignados, no tuvieron más opción que observar el paso del contingente universitario.

Desde algunas oficinas gubernamentales, los empleados se asomaban por las ventanas y aplaudían a los estudiantes haciéndoles señales de apoyo con el puño en alto. En las calles las personas los veían pasar preguntando los motivos de la marcha y algunos locales cerraban sus cortinas por temor.

Altavoces en mano, algunos alumnos arengaban a sus compañeros pero también les recordaban que la manifestación era pacífica y que no había que hacer ningún ademán o muestra de falta de respeto, y así fue. El saldo de la manifestación fue blanco: ni pintas, ni negocios violentados, ni personas agredidas. Los estudiantes marcharon enfocados en el motivo que los unió.

Al llegar a la esquina de Morelos y Juárez, apenas una cuadra antes de llegar al Edificio Central de Rectoría, el grupo ya alcanzaba entre 600 y 700 universitarios. En su mayoría alumnos aunque algunos maestros también se mezclaron entre ellos para sumarse al rechazo de la propuesta.

Las consignas seguían surgiendo: “No somos uno, ni somos 100, todos somos, U-A-EM”. El grupo era ya completamente heterogéneo: Ciencias, Medicina, Ciencias Políticas y Sociales, Economía, Derecho, Ingeniería, Planeación Urbana, Humanidades y algunas prepas exigían al unísono el respeto a la institución.

Al llegar a su destino, se agruparon a las puertas del Edificio Central que ya habían sido cerradas por personal de seguridad. Salieron a su encuentro: el secretario de Rectoría, Manuel Hernández y el abogado general Hiram Raúl Piña Libien.

En lo que los alumnos organizaban una comisión para hablar con las autoridades universitarias, Hernández Luna informaba a los medios los detalles de la propuesta.

Dijo que el 30 de abril no es una fecha límite para la presentación del proyecto y que incluso podría irse hasta el mes de mayo; que están escuchando todas las posturas respecto a la propuesta y que éstas son turnadas a la comisión encargada de la evaluación del proyecto.

Explicó que a través del sindicato también se está haciendo llegar la información para que sus agremiados puedan manifestar su puntos de vista y que la propuesta hecha por las facultades de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Economía, Química y el Plantel Adolfo López Mateos de la Escuela Preparatoria estará a disposición en su momento para ser consultado por toda la comunidad.

Una vez organizados, los estudiantes presentaron un pliego petitorio.

Algunos comenzaron a increpar al secretario de Rectoría que se limitó a ignorarlos y firmar de recibido el documento para dar media vuelta y desaparecer rápidamente.

Los manifestantes estuvieron todavía un tiempo fuera del Edificio Central para organizarse. Definieron realizar otro pliego para entregarlo a los diputados locales y solicitarles su apoyo; acordaron reunirse el próximo martes 27 de abril a las 11:00 horas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, cuando el director de la institución, Nelson Arteaga Botello, rinda su informe y esperando que el rector, Eduardo Gasca Pliego haga acto de presencia.

Por la tarde, la Universidad emitió un comunicado en donde informa que recibió el pliego petitorio acompañado de 88 firmas y que fue turnado a las Comisiones Permanentes del Mérito Universitario y de Legislación Universitaria, así como a la Comisión Especial del Programa Legislativo del H. Consejo Universitario, encargadas de analizar la propuesta.

lunes, 19 de abril de 2010

Yo digo NO / Columna

De medios y otros demonios


Yo digo NO


J. Israel Martínez Macedo


Las autoridades universitarias anunciaron la intención de modificar el nombre de la Universidad Autónoma del Estado de México para agregarle el del ex presidente Adolfo López Mateos, según dicen, a propuesta de académicos, alumnos y personal administrativo como un reconocimiento a la labor del político. Mentira, la instrucción viene de la gubernatura.

El 3 de marzo el gobernador Enrique Peña Nieto se plantó en el Aula Magna de la UAEM, cuidando las formas, tiró la línea: “hoy quiero poner a la consideración de esta Universidad, de la comunidad universitaria, el que en este centenario del natalicio de este ilustre mexiquense se considere en alguna forma expresarle reconocimiento a la labor trascendental que tuvo como Presidente de México y también a la que tuvo en su paso por las aulas de esta máxima casa de estudios”.

El mandatario estatal agregó: “Sin duda, en el ejemplo de este ilustre mexiquense, en nuestro tiempo, ante los desafíos que hoy enfrentamos como país, como Estado, tenemos muy claro el rumbo que queremos imprimirle a nuestra entidad y a nuestro país, teniendo, insisto, en Adolfo López Mateos a un gran ejemplo”.

Curiosamente el mismo argumento que usan las autoridades universitarias para justificar el agregado al nombre de la institución. Pero ¿cuál ejemplo?

López Mateos tomó el control del Congreso “a punta de pistola”, ahí está el hecho convertido en anécdota entre el panista José Castillo Molina y el priista José Ortiz Ávila.

El gobierno lopezmateista reprimió la huelga de ferrocarrileros que exigían mejoras en su situación laboral, se encarceló al líder del movimiento Demetrio Vallejo bajo el célebre delito de “disolución social” entre otros. El hecho no fue menor según narra José Agustín en su “Tragicomedia Mexicana I”:

“En todo caso el movimiento ferrocarrilero fue decisivo para el México moderno: en un principio robusteció al régimen y determinó la línea represiva que privaría en los años sesenta; por otra fue el inicio de protestas populares que, poco a poco, generaron el contexto en el que se dio 1968”. Vaya ejemplo el que tratan de retomar las autoridades universitarias.

Lo que digo es: Cierto, la historia oficial nos pinta un López Mateos cuasi heroico que realizó su aporte al México de su época y sentó el precedente del que vivimos hoy. Pero el reconocimiento que pretenden las autoridades universitarias no será otorgado sólo al López Mateos “oficial” sino al completo; dicho de otro modo, no sólo al estadista, también al represor y al intolerante.

En la comunidad universitaria -la real, la de las aulas, cubículos y oficinas- el anuncio no ha hecho gracia, al contrario, causa malestar; pero entre exámenes parciales y rumores sobre la no recontratación del personal o la negativa de reinscripción de los alumnos, el rechazo a la decisión se comenta sólo entre amigos y muy, muy en corto.

Por eso yo digo NO (así con mayúsculas) a la modificación del nombre de la UAEM. Porque representa la desaparición de la autonomía universitaria; porque el hombre que se piensa reconocer también llevó a cabo acciones que no pueden ni deben premiarse en el contexto actual; porque la medida tiene tintes electoreros y sobre todo porque la institución no gana nada al hacerlo, al contrario, pierde, ahí sí, su endeble identidad universitaria.


israel.martinez@milenio.com

lunes, 12 de abril de 2010

Comunicación social y medios quedan a deber / Columna

De medios y otros demonios


Comunicación social y medios quedan a deber


J. Israel Martínez Macedo


La cobertura informativa del Caso Paulette es un fenómeno digno de especial atención. Desde su comienzo las redes sociales han jugado un papel trascendental en este caso pero también han contribuido a una gran desinformación fomentada por los medios ansiosos por tener la primera versión más allá de la más veraz.

Los medios le tomaron la delantera a la Procuraduría publicando informaciones no confirmadas de fuentes que resultaron no tener completa razón, como cuando anunciaron la supuesta detención de Amada de la Rosa, misma que resultó no ser del todo correcta o la versión de que Paulette Gebara había sido encontrada en una bolsa de plástico.

La PGJEM intentó retomar el control de la información a través de filtraciones que, a mediano plazo, dejaron como resultado la divulgación de material que forma parte de la investigación.

La difusión de información equivocada y sin confirmar generó en la población reacciones diversas que han repercutido en la, de por sí, baja credibilidad sobre las indagatorias que realizan las diversas autoridades involucradas pero principalmente las de la PGJEM.

Las contradicciones entre versiones se han hecho del dominio público, las nanas Erica y Martha Casimiro afirman que al hacer el aseo de la habitación era imposible dejar de notar la presencia del cuerpo en el lugar donde fue encontrado; Lizzette Farah dijo no conocer a Roberto Ayala quien, a su vez, señaló que sí la conoce pero que sólo por las redes sociales.

Mauricio Gebara ha evitado hablar, pero cuando lo hace deja ver que culpa a su esposa por la muerte de la niña. Mientras la PGJEM parece no responder a las versiones periodísticas dejando que las bolas de nieve crezcan tanto que cuando quieren detenerlas se les vuelve imposible.

Las investigaciones periciales continúan, pero la fortaleza de éstas se desvanece en el aire. La opinión pública ha resultado no sólo más crítica que de costumbre, sino más perspicaz con las acciones de la Procuraduría.

Ante todo este escenario, quienes parecen llevar la batuta de la información, quienes dan muestras de decir qué es importante y qué no, pero que además han sabido leer algunos de los futuros movimientos de las autoridades han sido quienes originaron toda esta cobertura: los usuarios de las redes sociales.

Twitter lleva la delantera, su peculiar forma de marcar frases con el hastag (#), da la referencia entre los usuarios de todas las demás redes. #casopaulette, #justiciaesamorparapaulette, #paulettegebara y #paulette son sólo algunos de los tags que los usuarios de la red marcan para referirse al tema.

En manos de los usuarios de internet, se encuentran desde referencias a cada información periodística del caso (como el video de Milenio Televisión que muestra cómo encontraron el cuerpo de la niña en la base de la cama) hasta bromas de humor negro que reflejan cómo el caso comienza a trivializarse.

¿Quién es responsable de que las redes sociales lleven la batuta en el caso Paulette? ¿Los medios? ¿Comunicación Social de la PGJEM? ¿Ambos? ¿Ninguno? Es un hecho que el trabajo periodístico y de comunicación social ha quedado a deber, informar mucho o hacerlo primero no significa que se esté haciendo bien. Y las redes sociales dan testimonio de ello.


israel.martinez@milenio.com

domingo, 11 de abril de 2010

¿Por qué exigirle a Julio Scherer? / Columna

De medios y otros demonios


¿Por qué exigirle a Julio Scherer?


J. Israel Martínez Macedo


Fuera de toda proporción, la crónica del encuentro entre el periodista Julio Scherer García y el narcotraficante Ismael “Mayo” Zambada, presentada por el semanario Proceso en su edición de la semana que concluye, causó un gran revuelo en los medios a nivel mundial.

El diario español, El País, publicó un artículo firmado por la directora del departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, Gabriela Warketin, dedicado a la publicación; la reflexión es de vital relevancia y su cierre brutalmente cierto “Y todos, todos nos vimos en el espejo”.

La imagen de Julio Scherer en el periodismo es mítica. Su historia al frente de aquel Excelsior que hacía honor a su nombre y la forma en que, junto con otros no menos connotados de este oficio, dio vida a Proceso le han granjeado una imagen muy particular en el medio.

Irreprochable actitud al aceptar la entrevista. ¿Quién que se diga reportero -ya no digamos periodista- se negaría a una oferta de tal magnitud? La posibilidad de tener cara a cara a un entrevistado así no se presenta todos los días y debe aprovecharse.

Zambada buscó a Scherer porque quería conocerlo, no porque deseaba darle una entrevista, posiblemente para enviar un mensaje. ¿Capricho de narco o intención velada? El periodista accedió esperando, deseando, lo que todos en su lugar: la entrevista del año.

Como la situación ameritaba, aceptó los términos de la reunión. La clandestinidad estaba sobreentendida.

Uno y otro se reconocieron, entablaron la conversación, la que no pasó de eso: una plática, una charla, si se permite la expresión, “de café”.

Más allá, nada.

Pudo haber sido y no fue.

La entrevista se perdió ante un entrevistado que tuvo el control de la situación desde el primer momento, desde el punto en que fue él quien propició la reunión.

El reportero de mil batallas se reveló a sí mismo impresionado, impactado por la forma en que se mueve ese universo del narcotráfico. Precisó su observación respecto a la pérdida de voluntad por parte de su acompañante, aquel que lo llevó de principio a fin ante Zambada, aquel que no hizo más que obedecer órdenes.

Así lo narró, lo presentó en el texto. Palabra por palabra, frase por frase Julio Scherer dejó evidencia no sólo de lo que ocurría sino también de lo que sentía.

Ñañaras, emoción, acaso temor o impaciencia. El periodista dejó en su relato el aroma lo que el momento, la situación, las historias de cómo opera la delincuencia organizada en México le hacían sentir.

Obligado por la profesión, intentó preguntar, realizar la entrevista soñada. No pudo, el narcotraficante dijo lo que quiso decir, rechazó hablar de lo que le causaba malestar. Derecho del entrevistado, cierto, pero obligación del periodista: la repregunta, ¿dónde quedó la repregunta?

Sobrados fueron los comentarios durante la semana. Fans evidentes y detractores declarados dieron su punto de vista. Coincidencias y desavenencias inundaron cada espacio de expresión. Desde los medios tradicionales hasta los más recientes, Julio Scherer fue el tema y con ello víctima de su enseñanza, de su influencia en este oficio: el reportero no es la nota.

Habría espacio para el reclamo: “Todos mienten, hasta Proceso. Su revista es la primera, pero también miente”. El narcotraficante disparó directo al corazón del orgullo del periodista y no hubo ráfaga de respuesta. Por primera vez en lo que se conoce de ese tema, no la hubo.

Originó un debate como pocas veces ocurre. Cuestionarse sobre la labor periodística en México es poco común porque se prefiere evitar el tema, “verse en el espejo” no es algo que el periodista acostumbre, al contrario incomoda.

No se cuestiona la trayectoria, esa está respaldada por la historia. Deseable cuestionar ante uno de los pocos que puede dar respuesta cierta: ¿por qué matar periodistas por hacer su trabajo: informar? Preguntas esperadas que nunca llegaron, que no se escribieron, que nunca ocurrieron. Eso es lo que se reclama y critica, lo que se debe exigir a un periodista de la estatura de Julio Scherer, porque a final de cuentas es lo que se debe exigir del periodismo mexicano.


israel.martinez@milenio.com

lunes, 5 de abril de 2010

Un Vía Crucis para los padres / Crónica

Un Vía Crucis para los padres


El sol adelantó una hora su aparición en el horizonte. Mañana fría, nublada a la medianía. Anunciaba la cercanía del fin o, tal vez, del principio, de un renovado, distinto, doloroso, penoso calvario


Toluca – J. Israel Martínez


Cada uno vivió su propio Domingo de Resurrección. Mauricio Antonio Gebara Rahal, Lizzette Farah Farah así como las hermanas Erika y Martha Casimiro Cesareo seguirán bajo investigación pero lo harán en libertad. Cada uno a su propio modo, mostrando las heridas de su respectivo Vía Crucis, abandonaron el Hotel Antigua, sede de arraigos de la procuraduría mexiquense en Toluca.

Todo estalló la tarde del sábado. Un rumor elevado a rango de noticia recorrió todos los portales de internet: La supuesta detención de quien se señala como amiga de Lizzette Farah, Amanda de la RosaLa China”, levantó una tolvanera que ni la versión oficial de la dependencia negando el hecho lograba aplacar.

La confirmación de una incursión infructuosa en tierras veracruzanas apuntaba a ser la nota del día, la que impedía que el caso se perdiera con la tradición vacacional de Semana Santa.

Llegó el anuncio de un comunicado oficial de la procuraduría mexiquense, se esperaba el desmentido, nada más erróneo. El boletín informó sobre la solicitud de la dependencia para levantar un efímero arraigo de apenas seis días. Ambiguo, sin detalles, indefinido, el documento abrió el espacio a más especulaciones.

La maltrecha fachada estilo colonial del Hotel Antigua -burla del destino, ubicado a media cuadra de un kinder- se vio asaltada por fotógrafos y reporteros, ansiosos cazadores de una imagen, de una declaración de una mueca, de una expresión, de la nota del momento.

No ocurrió.

El anuncio generó la visita de los familiares que; sin embargo, sabían que no ocurriría esa noche. La libertad debía esperar.

La noche avanzó, las cámaras y micrófonos se esfumaron entre las sombras. En el anonimato de la oscuridad, de los vehículos genéricos que circulan a vuelta de rueda sobre la avenida Hidalgo, una voz solitaria, una mujer, la queja común de una sociedad que ha juzgado y sentenciado sin más pruebas que la conciencia social hecha personal: “pinche vieja asesina” un nuevo grito que exige una, quizás, “moderna crucifixión”; como aquella famosa, sin evidencias, con la sola presunción de culpabilidad.

A las 4:00 de la mañana no hubo más qué esperar. En la oscuridad, el metálico sonido del cerrojazo se adelantó al aviso: “Nadie entra ni sale, hasta las 8:00”. Y así fue.

El sol adelantó una hora su aparición en el horizonte. Mañana fría, nublada a la medianía. Anunciaba la cercanía del fin o, tal vez, del principio, de un renovado, distinto, doloroso, penoso calvario.

El cerrojo corrió de nuevo, ahora bajo la luz del día. Reaparecieron las lentes y los micrófonos, con ellos también el pesado tránsito. Anticipo inequívoco de un espectáculo digno del circo romano. Leones de chips, lentes y transistores que agrupaban la manada para el feroz ataque, expectantes de que la primera presa apareciera en la arena… y lo hizo.

A las 10:05, en un Honda Civic color blanco llegaron los primeros centinelas con la única misión de ayudar en el escape. Recibieron los embates de la manada. Sólo 10 minutos después apareció uno de ellos para dar la cara, para pedir respeto y comprensión al dolor de un padre cuya hija le ha sido arrebatada para siempre, sin saber cómo o por qué o por quién.

El normalmente agresivo embate bajó su intensidad pero no dejó de ocurrir. Flashes y carreras, tras un hombre afligido, pálido, deseoso de salir de ahí pero que nunca buscó ocultarse, sólo salir, simplemente salir de ahí; Mauricio era libre pero ¿libre para qué?

A las 11:00 el preludio a la siguiente salida. Una mediáticamente más interesante, más atractiva, más ¿morbosa? En una Lincoln Navigator aparecen dos nuevos guardias.

Ella entra al recinto de resguardo. Él espera afuera. Ella cruza el umbral cargando una pesada maleta deportiva roja y pide: “ayúdame a cuidarla”. Él la sigue decidido. Lizzette aparece en el umbral de la puerta metálica con el rostro cubierto hasta la nariz, atraviesa a rajatabla: empujones, jaloneos, gritos, cuestionamientos, dudas. No hubo respuestas, sólo una rápida, furiosa y violenta huída. Nada más.

Aún faltaban dos. Y su turno llegaría a las 11:40. Nuevamente dos custodios. Salvador Cuevas entró y salió con una bolsa de ropa, en un segundo ingreso sorprendió con un cargamento similar. Después, la aparición de dos mujeres que se cubrieron por completo, Erika y Martha huyeron hasta un Crown Victoria americano color dorado. Se enconcharon en el asiento trasero y no volvieron a alzar el rostro.

Avanzaron perseguidas ferozmente por el grupo que les dio alcance media cuadra después en una luz roja que les obligó al alto total. Con los vidrios abajo, su representante legal no tuvo más posibilidad que atajar los embates.

“No regresarán a trabajar con la familia”, “ya están libres”, “-vamos a su casa -¿de qué municipio son? -De Villa del Carbón”, “Hay otros implicados” un diálogo breve que apenas fue cortado por el nuevo avance del vehículo.

Terminaron seis días de aislamiento, de soledad, de desesperación, de agresiones anónimas. Fueron liberados más no exonerados. Seguirán las investigaciones, las pesquisas, los ataques, las agresiones, los descontentos, los juicios y los prejuicios, con la salvedad de que ahora podrán enfrentarlos de frente y en libertad.

La historia aún no está finalizada. Eso dice la procuraduría. Resta mucho por analizar, por investigar, por probar y comprobar. Queda el sentimiento en el imaginario colectivo: rabia, ira, odio, rencor por la muerte inexplicable de una menor, de una niña que necesitaba cuidados especiales y que, sin saber los motivos o los culpables, ya no está.

Un caso perdido en los medios / Columna

De medios y otros demonios


Un caso perdido en los medios


J. Israel Martínez Macedo


El caso de la muerte de la pequeña Paulette Gebara Farah (QEPD) dejó muchas cosas en evidencia que necesitan un análisis concienzudo y crítico, no sólo desde los medios, las instituciones o la academia, sino debe realizarse en cada uno de los sectores de la sociedad.

Desde el punto de vista comunicativo tres son los temas que destacan sobre la cuestión: evidentemente, el manejo informativo respecto a las actuaciones de la procuraduría mexiquense; la forma en que las redes sociales rompen la barrera del ciberespacio e influyen en la vida cotidiana; y el impacto que esta fórmula tendrá en la imagen de un gobierno que, si algo ha cuidado, ha sido eso, la percepción que de él tiene la gente.

En el primer caso, todo indica que la PGJEM perdió el control de la información que se relacionaba con el caso (si es que alguna vez la tuvo); la familia salió en los medios desde el principio, cuando se pensaba que la niña estaba extraviada ¿qué investigación de desaparición involucra una campaña de medios de este tipo o a ese nivel?

Más aún cuando el caso tomó el mórbido giro de la muerte de la pequeña y la posible relación de algún familiar cercano y que ocasionaron que el imaginario construyera (sólo con pruebas circunstanciales, hay que decirlo) una villana de cuento en la madre, sin un solo dato sólido y contundente que la señale (por lo menos hasta ahora).

La presunta detención de Amanda de la RosaLa China” representó un pésimo manejo de medios. En lugar de atacar el problema directo cortando de tajo los rumores, se optó por anunciar una acción más escandalosa que termina por distraer unos instantes del tema, pero que inevitablemente puede volver a detonar en cualquier momento.

Respecto a la manera en que las redes sociales impactaron en el caso, basta ver que lo hicieron desde el momento en que se pensaba en un extravío. Twitter y Facebook lanzaron cualquier cantidad de réplicas de la fotografía de la menor, lo que, inevitablemente obligaría a la gente a saber qué pasaba con este caso.

No sólo eso, conforme los avances de las investigaciones se fueron haciendo públicos; las redes sociales juzgaron, culparon y sentenciaron al chivo expiatorio de su preferencia, sin pruebas, simplemente la difusión de un sentimiento personal que se volvió común. Sin lugar a dudas un arma muy poderosa.

Pero el tercer punto es el riesgo que representa la mezcla de ambos. El mal manejo de medios (internet incluido) y el interés que generó el caso en la gente arroja un inevitable impacto en la imagen del gobierno. Una cosa es segura, los comentarios en las redes son muy similares: ¿se quedará impune la muerte de Paulette? ¿Trabaja el gobierno para encontrar a los responsables o para liberar a los familiares? ¿El gobierno podrá evitar que un mal manejo de la investigación sea traducido a la percepción de una pésima administración bajo la fórmula: este caso no funciona, entonces: el sistema tampoco?

Es un asunto delicado y no queda más que esperar su resolución legal; pero si sigue creciendo, por muy buena que sea la indagatoria y sustentada la conclusión no habrá forma de que sea creíble si contradice la creencia social. Dicho de otro modo, pase lo que pase el caso estaría perdido desde ya.


israel.martinez@milenio.com

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

PRESUNTO CULPABLE (completa)