"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

Twitter

lunes, 31 de mayo de 2010

Justo medio de las redes sociales / Columna

De medios y otros demonios


Justo medio de las redes sociales


J. Israel Martínez Macedo


El descubrimiento de gran parte de los usuarios de internet sobre las redes sociales y su uso potencial en la difusión de información generó la última semana un interés inusitado sobre los alcances reales de este “novedoso” sistema de comunicación.

El martes se llevó a cabo la llamada “Conferencia 140 México”, referente a los usuarios de la red social Twitter. En un intento de analizar y entender los potenciales pero también las realidades de este espacio informativo; participantes, observadores y seguidores se dejaron llevar por el “Wonderland” de internet.

Con un mínimo de crítica y un máximo de “publicidad” a la red social, los participantes se dedicaron a destacar las ventajas y beneficios no sólo del uso sino de la existencia de estos espacios de libre acceso.

Usarla como una manera de evitar la censura, los aparentes bajos costos económicos de su uso, la engañosa “opinión de la mayoría ciudadana” y hasta una propuesta de aprovechar esa ilusión que genera para armar políticas públicas y convertirla en la agenda a seguir en temas político-sociales; fueron parte de los comentarios que los seguidores o, mejor dicho, fans de Twitter dejaron ver.

No hubo cuestionamientos a la privacidad de los mensajes, ni a la veracidad de la información que, sólo por aparecer en la página de algún usuario cuenta ya con un mínimo de credibilidad contrario a la información periodística que debe pasar por el filtro de la verificación.

Efectivamente para muchos internautas Twitter es la novedad, algunos aún no saben usarla pero ya abrieron su cuenta para cuando sea más común; para otros el espacio les permite ser quienes no son en la vida real, dejan a un lado las inhibiciones y cumplen con un proceso catártico en donde pueden dejar salir todos sus deseos reprimidos.

Tampoco se trata de caer en aquella llamarada de quejosos (muy distantes de los críticos) que temerosos a lo desconocido se resisten a ingresar a estos espacios porque las historias sobre la cantidad de personas que han sido víctimas de engaños, robos de identidad y hasta secuestros reales fraguados en la información que se sube, parecen ser interminables.

Se trata de darle una justa dimensión a lo que las redes sociales son, de entender que los usuarios tienen derecho a usarla pero también obligaciones en la “relación social virtual”.

Los medios necesitan entender que comentar no es sinónimo de declarar. Los políticos requieren aprender que reflejan una imagen pero sólo en un sector (la Amipci revela que en México hay 30 millones de internautas, o sea sólo una tercera parte de la población mayor a 6 años); las empresas se acercan a los usuarios pero eso no representa que sean clientes potenciales.

Cada red social debe entenderse en su propio entorno. Facebook es distinto a Twitter y estos diferentes a LinkedIn o Hi5, cada uno tiene sus características propias, con sus respectivos riesgos, abusos, ventajas y beneficios.

Particulares, medios, políticos, empresas y demás posibles usuarios necesitan aprender el justo valor de la red social que usan para evitar ser sorprendidos por información falsa o, mejor dicho, rumores socialmente validados, lo que no necesariamente signifique que sean veraces. Falta análisis, se han dado avances, cierto, pero aún resta mucho por decir.


israel.martinez@milenio.com

martes, 25 de mayo de 2010

¿Se vale reportear las redes sociales? / Columna

De medios y otros demonios


¿Se vale reportear las redes sociales?


J. Israel Martínez Macedo


Después de ver la cobertura mediática del caso Paulette y el secuestro de Diego Fernández de Cevallos me surgió una pregunta que considero importante reflexionar: ¿qué tan válido es que los medios publiquen los comentarios de los usuarios de las redes sociales y lo hagan como una nota informativa?

Aparentemente el cuestionamiento tiene una solución simple: la gente opina de un hecho público y por tanto adquiere relevancia mediática para su inclusión en los contenidos informativos de los noticieros televisivos, radiofónicos así como de los periódicos y las revistas.

Pero deteniéndose un poco a pensarlo dos veces, el cuestionamiento concreto sería: ¿qué tan válido es que los medios hagan públicos comentarios particulares y privados -sí, privados- sólo porque se trata de un tema de interés general?

Ejemplifico: ¿cómo sentiría el lector que un reportero publicara los comentarios que se emiten en una conversación entre amigos, sólo porque los hizo en un lugar público respecto a un tema de interés general y, además, incluyera su sobrenombre y el lugar dónde poder localizarlo?

No sería muy agradable leer en estas páginas, escuchar en radio o ver en televisión notas que indiquen algo así como “Mega dijo en el café X, al que suele acudir y donde se le puede encontrar, que el caso Paulette estuvo amañado y las conclusiones de la PGJEM son una farsa de la autoridad estatal”.

¿Equivale eso a lo que hacen los medios cuando citan a algunos usuarios de Twitter, Facebook, MySpace, Hi5 o cualquier otra, como base de “lo que la gente opina” sobre algunos temas de interés general? Yo creo que sí.

En medio de un debate sobre el respeto a la privacidad en Facebook (y recientemente en Google), también vale la pena cuestionarse hasta dónde es correcto que los medios tomen comentarios privados que las personas hacen con sus amigos y los vuelvan noticias.

El asunto radica en que no son declaraciones que se emitan con el fin de hacerlas públicas, de que lleguen a los medios. Son simples opiniones personales que alguno pesca en la red y los convierte en noticia ya sea porque tienen cierta picardía o porque refleja lo que se piensa como un pensamiento común.

Ahí está el caso de Manuel Espino que, por responderle a un amigo que también le habían llegado noticias de que podrían haber encontrado el cadáver del Jefe Diego en una zona militar, generó una mala interpretación por parte de un medio que lo dio como la confirmación del rumor.

Reportear las redes sociales es algo novedoso, para muchos mexicanos, la redes sociales en sí mismas son algo nuevo (sólo en el último año México pasó de ser el cuarto o quinto lugar en Latinoamérica al primero en número de usuarios de Facebook y muchos aún no le entienden o saben cómo funciona Twitter) a pesar de tener ya varios años en la red.

Cómo utilizar estos espacios correctamente aún es desconocido para muchos y queda en total responsabilidad del usuario (por lo menos eso dicen los dueños de los sitios) pero ¿diría usted lo mismo si supiera que hay un reportero fisgoneando los comentarios que hacen usted y sus amigos sobre algún tema de interés general? ¿Se vale que los medios publiquen los comentarios privados de los usuarios de las redes sociales? Yo, honestamente, pienso que no. ¿Usted qué opina?


israel.martinez@milenio.com

lunes, 24 de mayo de 2010

Casi olvido el caso Paulette / Columna

De medios y otros demonios


Casi olvido el caso Paulette


J. Israel Martínez Macedo


Vaya emoción, el décimo campeonato del Toluca en el futbol mexicano casi hace que se me olvide la insultante conclusión del caso Paulette que anunció el procurador de justicia mexiquense Alberto Bazbaz Sacal el viernes durante la lectura de un comunicado (porque a eso no se le puede, ni se le debe, llamar conferencia de prensa).

Aunque en este momento la conclusión ya debe ser del dominio popular, es necesario recordar que el procurador salió a los medios para decir que sí; que después de todo el “circo, maroma y teatro” que armó la dependencia a su cargo, la muerte de Paulette Gebara Farah (QEPD) se trató de un accidente, vamos, que la hipótesis de la cama asesina se confirmó.

Los usuarios de las redes sociales no dejaron de expresar su sentimiento de inconformidad respecto a este hecho, desde las 12:00 horas del viernes y hasta muy entrada la noche, el tema principal del que se habló en Twitter México fue “Bazbaz”, seguido de #Bazbaz, #Paullette (sic) y “Caso Paulette”.

Los comentarios tanto ahí como en Facebook iban en un solo sentido: nadie, absolutamente nadie en este país se creyó el asunto y hubo quienes lo compararon con el caso Colosio y la hipótesis del asesino solitario o el todavía no resuelto incendio en la guardería ABC de Sonora.

Evidentemente se esperaba que la PGJEM presentara las pruebas que la llevaron su conclusión. No sé, tal vez, por transparencia o credibilidad; explicar cómo se realizaron las investigaciones y los resultados de ellas. Quizás para tener credibilidad o por lo menos sembrar una duda de que: sí, así fue.

En absoluto. La decisión de no dar más informes terminó por dejar clara sólo una cosa: nadie, absolutamente nadie, cree en la conclusión. Ni siquiera con el respaldo de los abogados Mauricio Gebara. Simplemente esa mentira, la gente no la compra.

Pero quien puede estar perdiendo mucho, pero en verdad mucho, es el gobernador del Estado de México. Sus aspiraciones a la Presidencia de la República para 2012 sufrieron un severo golpe, no en imagen, en algo peor: en credibilidad y confianza.

Simplemente ¿quién votaría por un candidato que, estando al frente de un estado, no sólo permitió que esto pasara sino que además lo avaló? Como seguramente ocurrirá en estos días cuando brinde su respaldo al resultado de la investigación; de no hacerlo, será cuestionado por no tomar al toro por los cuernos y obviamente no puede dudar de la labor de sus subalternos.

Quizás por eso Peña Nieto se fue a tomar la foto con los Diablos al término del partido cuando su círculo más cercano, el de veras cercano, sabe que es americanista de corazón.

Muy seguramente los medios afines evitarán hablar del tema o en el más descarado de los casos buscarán tratar de convencer que las conclusiones de la PGJEM son sólidas y con fundamentos. Se puede ver: ya no hubo super seguimiento en Televisa ni especiales o algoque pueda recordarle a la gente que la impunidad puede relacionarse con un gobierno, el de su apuesta para la presidencia en 2012.

Por lo pronto habrá esperanza en que el festejo del campeonato relaje el ambiente, que haga que nos olvidemos unos instantes del caso Paulette y que el impacto sea lo menos duro para una campaña que empezó muy, pero muy temprano.


israel.martinez@milenio.com

martes, 18 de mayo de 2010

El respeto se gana respetando / Columna

De medios y otros demonios


El respeto se gana respetando


J. Israel Martínez Macedo


La situación de violencia que se vive en México afecta inevitablemente a los medios de comunicación y quienes en ellos trabajan; el recuento que desde el primer día de este año se lleva en este espacio es un claro ejemplo de casos documentados al respecto; pero ¿qué pasa con la violencia que los medios ejercen hacia las audiencias y lectores? Esa es menos visible y más preocupante.

En los programas de radio y televisión, principalmente los enfocados a jóvenes y adolescentes, es común escuchar bromas e insultos, principalmente a las mujeres y homosexuales. Escudados en el argumento fácil de la libertad de expresión, locutores y conductores atacan verbalmente a diestra y siniestra sin pensar en las consecuencias de sus acciones.

Un monitoreo realizado por el Consejo Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios de Comunicación arrojó datos alarmantes respecto a la violencia contra la mujer. En “Destilando amor”, telenovela de Televisa protagonizada por Angélica Rivera, actual pareja del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se registraron 415 situaciones de violencia hacia las mujeres sólo en dos semanas de revisión.

El sondeo registró 128 ejemplos de violencia psicológica, incluyendo laboral, doméstica, económica o patrimonial y física; más de 60 escenas de rivalidad entre mujeres, 24 actos de discriminación por género y 13 por color.

El análisis no fue hecho con criterios al azar o bajo el consenso del Consejo Ciudadano, por el contrario, utilizaron parámetros de la Ley Para el Acceso de las Mujeres a Una Vida Sin Violencia, un reglamento federal aprobado por el Senado en abril de 2007.

La radio no se salva, durante una semana se revisó “El Panda Show”, programa transmitido por Radio Fórmula encontrando 184 comentarios en los que se violenta, discrimina y ridiculiza a las mujeres: en 92 se les dice “tarimapendecuaras”, “hijas del maíz”, “cerdas” o “comadronas”; en 52 se le discrimina llamándolas “pobretonas” e “ignorantes” y en 42 se les ridiculiza por su voz.

Uno de los programas más misóginos en la televisión mexicana fue “Guerra de Chistes” que transmite Telehit, según el monitoreo de dos meses “en una de las emisiones se produjo una de las expresiones más sórdidas de violencia, cuando la mujer, Carmen Yered Licona, alias la ‘Wanders Lover’, solicita su regalo de cumpleaños y en respuesta es sometida por dos de los integrantes para que el tercero le propine dramáticamente un cinturonazo y luego la obligue a levantar los brazos para evitar que se sobe y de esta manera exhibir sus senos”.

La situación es alarmante porque los medios se vuelven reproductores de conductas, los jóvenes tienen como figuras a seguir a personajes que enseñan en cada mensaje que es correcto maltratar, discriminar, agredir y menospreciar a cualquiera que sea diferente. La educación que se lleva a los hogares a través de este tipo de programas no sólo denigra a los productores conformistas, incapaces de crear programas inteligentes y cómodamente instalados en la comedia del pastelazo y la burla.

Es cierto, los medios son objeto de la violencia de la delincuencia organizada que ataca a quienes en ellos laboran como una forma de intimidación para que dejemos de informar aquello que no les conviene, pero también son reproductores de esa violencia al generar un ambiente en el que lo correcto es agredir, denigrar y discriminar. Se vale exigir respeto, pero también se debe aprender a respetar.


israel.martinez@milenio.com

lunes, 17 de mayo de 2010

Veracidad VS velocidad / Columna

De medios y otros demonios


Veracidad VS velocidad


J. Israel Martínez Macedo


La desaparición de Diego Fernández de Cevallos puso en evidencia no sólo la ya conocida precaria situación que se vive en México respecto a la seguridad pública, también exhibió un lamentable manejo informativo de los medios que en la ambición de ser el primero en dar la nota terminaron por difundir rumores generando un ambiente de desinformación que se debe considerar.

Una de las características del periodismo actual es el uso de internet como espacio de difusión inmediata de información; esto origina un nuevo ambiente de competencia entre los diarios: ser el primero en publicar una nota. Sin embargo, la apuesta involucra un elemento fundamental: la veracidad.

Durante el sábado, luego que se confirmó la desaparición de Fernández de Cevallos, los medios se volcaron en una carrera por presentar información antes que nadie, lo que ocasionó un par de versiones sin confirmar.

En su afán de llevar la “vanguardia informativa”, algunos reporteros asesinaron al político panista y hasta arrojaron su cuerpo en una zona militar de Querétaro o Guanajuato.

Por si fuera poco, una equívoca interpretación hecha a un tweet de Manuel Espino (decir que tenía información respecto al falso hallazgo del cuerpo no confirma nada, sólo significa que alguien le dijo lo que pudo haber leído en un portal de internet) terminó por servir de puntal a los chismes y rumores.

Por la tarde la única versión creíble fue la oficial: nada de secuestro, nada de ejecución, nada de cuerpo abandonado en una zona militar; el estatus (que por cierto se mantuvo hasta el domingo) es desaparecido y punto.

Hace no muchos años los medios privilegiaban la información veraz por encima de todo, incluso, los había que preferían publicar un día después siempre y cuando todo estuviera verificado y además aportara un enfoque único que no presentara ningún otro de la competencia. Eso amenaza haber terminado.

Los medios modernos parecen ceder ante la presión de la velocidad. Los chismes se vuelven noticia por el simple hecho de ser comentados en Twitter, Facebook, Hi5 (si alguien todavía lo utiliza) o cualquier otra red social.

Aquellas palabras de Joseph Goebels “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad” parecen adquirir un nuevo valor en el mundo moderno. Subir a internet la nota del hallazgo de un cuerpo y dejar que las redes sociales lo repitan hasta el cansancio resulta en que todavía hay quien afirme que el político ya fue encontrado muerto.

El periodista, el reportero, tiene o debe tener una formación (ya sea en el ejercicio del oficio o en la escuela) que lo lleve a ser responsable en el manejo de la información; el medio tiene la corresponsabilidad de publicar aquello que se supone ya ha sido confirmado y ratificado. Ahí radica parte sustancial del trabajo periodístico.

En los hechos los medios han dejado de priorizar la información veraz, confirmada e investigada; en el discurso mantienen esa postura de fidelidad a la veracidad como eje rector de todo aquello que publican.

La última palabra la tendrá el lector, que después de acostumbrarse a la novedad de la información rápida podrá decidir si prefiere estar enterado antes que nadie de posibles mentiras o ser el que les responda a los demás: “las cosas no son así”. ¿Usted qué elige?


israel.martinez@milenio.com

lunes, 10 de mayo de 2010

Otra vez, un error al aire / Columna

De medios y otros demonios


Otra vez, un error al aire


J. Israel Martínez Macedo


Volvió a ocurrir. Fue en una estación de radio, fue en “tono de broma”, fue dentro de ese esquema de aparente irreverencia que ahora está muy de moda para mantener el rating, fue un error evidente, error que salió al aire en las distintas estaciones de la cadena Los 40 Principales.

Durante la emisión de este jueves 6 de mayo, una radioescucha preguntó ¿cómo se hace un niño envuelto? Uno de los conductores, “Bazooka Joe” (Rafael Basaldúa) respondió “¿te refieres a Paulette?, no”, inmediatamente sus compañeros le hicieron notar el error mientras al mismo tiempo se escuchaban risas, aparentemente pregrabadas, de esas que se usan como ambiente para aderezar los comentarios de los locutores.

Al escuchar la reacción de sus compañeros, lo único que el locutor pudo decir, aún así entre risas, fue: “sí, perdón, ¿qué pedo?, pido disculpas, fue lo primero que me vino a la cabeza”.

Instantes después entró una llamada al programa, pidió hablar con “Bazooka Joe” en privado por el comentario hecho momentos antes. La emisión salió del aire 30 minutos antes de su horario normal para no volver a escucharse de nuevo.

El cuestionamiento que se ha hecho en las redes sociales es respecto a la libertad de expresión pero también cabe la reflexión sobre la responsabilidad de los locutores y la de la propia empresa.

Poder expresarse libremente es un derecho inalienable de todos los ciudadanos pero también implica una responsabilidad, en el caso de la relación con los medios, ésta se vuelve social y por ello atiende criterios comunes.

Aunado a ello, cada empresa de medios mantiene una política editorial que regula los comentarios de sus empleados, lo que es correcto en algunas no lo es en otras y quienes trabajan en esas empresas saben (o deben saber) que se atienen al cumplimiento de esos criterios, por lo que a veces se vuelve muy sencillo envolverse en la bandera de la defensa de un derecho cuando el problema no es de ese tipo.

La empresa ha tomado una decisión y parece que aprovechara la curiosidad entre los radioescuchas para llevar agua a su molino en la emisión de esta noche (han anunciado vía twitter que a las 20:00 se conocerá el destino del programa).

El “Chunko” y el racismo, Esteban Arce y la homosexualidad y ahora “Bazooka Joe” y el caso Paulette, dejan serios cuestionamientos sobre la capacidad de algunos comunicadores para entender el impacto que tienen sus comentarios al aire y enciende focos de alerta dada la influencia en los jóvenes que los escuchan y que lejos de cuestionar, imitan.

Algunos productores y emisoras le han apostado a la burla fácil como esquema de realización de sus programas. Ya son pocos los programas para jóvenes que aportan, que tienen contenido, investigación y preparación, la radio para este sector parece apostarle a un radioescucha estúpido que sólo le interesa escuchar bromas y chistes de doble sentido.

El asunto no sólo es sobre libertad de expresión, se debe poner en la balanza la responsabilidad del comunicador y a ello sumarle el doble compromiso del medio para la selección del personal al que le abre espacio y la aprobación de programas con mejores contenidos para evitar este tipo de vergüenzas.


israel.martinez@milenio.com

lunes, 3 de mayo de 2010

El complejo 2011 / Columna

De medios y otros demonios


El complejo 2011


J. Israel Martínez Macedo


A estas alturas del año es ocioso y hasta burdo decir que la elección para gobernador a celebrarse en 2011 ya comenzó pues los aspirantes mueven sus piezas desde hace ya algunos meses; sin embargo, los escenarios no son simples y hay un ingrediente extra que parece no importarle a algunos: el proceso de sucesión presidencial de 2012.

El PRI, en el discurso, dice no tener miedo a una alianza PAN-PRD; en los hechos, sus diputados anuncian una reforma electoral previa a la elección gubernamental en la que no sería extraño encontrar un candado para evitar esta posibilidad, a saber: compatibilidad de ideologías será el argumento.

En el partido tricolor el asunto es complejo, hay quienes piensan que cualquiera sea el elegido llegará en caballo de hacienda a la elección pero en realidad los priistas no la tienen tan fácil.

Los compromisos del gobernador serán factor, sobre todo en casos donde la población se queja de hospitales sin medicinas o médicos, vialidades de relumbrón inconclusas o con fallas a sólo unos días de haberse inaugurado, sin contar los que de plano no se cumplirán como el reordenamiento del transporte.

A pesar de ello, los suspirantes ya aplican sus estrategias, algunos esperando la instrucción que salga de la oficina de Lerdo 300; otros prefieren publicitarse a través de plumas afines que, ni tardas ni perezosas, presentan argumentos sobre por qué “ése” y ningún otro puede ser el candidato.

El manejo político deberá hacerse con el tejido más fino, el riesgo de una división (que no una fractura) con miras a la presidencial de 2012 es una posibilidad que no se puede ni debe descartar, sobre todo tomando en cuenta los egos de quienes se encuentran en el tablero de juego. Septiembre no sólo será el mes del bicentenario sino también el que perfile la candidatura oficial.

En la oposición la situación no es más sencilla. PAN y PRD han anunciado una alianza para 2011 pero ello supone que deberán buscar un candidato que no sólo represente los intereses de ambos organismos políticos, sino que también tenga buena imagen ante un electorado cansado.

Es evidente que debe arrastrar a votar tanto a ciudadanos indecisos como a independientes, de otra forma las estructuras volverán a operar y el tricolor se llevará la elección sin lugar a dudas.

PT y Convergencia, entregados a los caprichos de López Obrador, difícilmente se sumarán, aunque existe la posibilidad de que al ver una mínima opción de triunfo ambos organismos se unan a la alianza abandonando los preceptos mesiánicos del tabasqueño.

PVEM y Panal no representan mayor enigma. El verde es, más que un satélite, una sucursal del PRI. Los aliancistas seguirán la línea que Elba Esther les dicte y ésta tiene un “compromiso” más que marcado por lo que no hay mayor duda sobre el actuar de estos “minis”.

Los priistas deben entender que las elecciones están ligadas y que no les van a permitir que los proyectos personales estorben al objetivo llamado Presidencia. La oposición deberá dar muestras de madurez pero, por encima de todo, de sabiduría en la selección del candidato. Las respectivas dirigencias mantienen la esperanza de dar un buen golpe al proyecto tricolor de 2012, aún perdiendo la gubernatura.


israel.martinez@milenio.com

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