"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

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lunes, 25 de junio de 2012

El problema no es la ley / Columna

De medios y otros demonios

El problema no es la ley

J. Israel Martínez Macedo

La Ley de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y de Federalización de los Delitos cometidos contra Periodistas (mejor conocida como Ley de Protección a Periodistas) es un pequeño avance —con tintes electorales— en la lucha por reducir las agresiones y ataques a quienes dedican su vida a la defensa de los derechos humanos y a informar a la población.
Desafortunadamente el contexto que rodea la firma de esta Ley por parte del presidente Felipe Calderón evidencia un total desconocimiento (o desinterés) de la situación sobre cómo se encuentra el periodismo en México y da muestra de ser sólo una medida para intentar de acallar voces internacionales y nada más.
Cada organización que investiga agresiones a reporteros, fotógrafos, camarógrafos y medios en el país, sea nacional o internacional, ha documentado la misma situación (con ligeras diferencias en las cifras según su criterio pero todos llegan a igual conclusión): los principales agresores son funcionarios o políticos.
¿Qué pasará en los casos en los que la misma autoridad que deba hacer valer la ley sea señalada como “autor material” de la agresión?
Aunado a ello no queda claro bajo qué condiciones actuará la Ley y aunque se anuncia un fondo para la aplicación integral de la ley, tampoco se señala la manera en que se generarán las garantías para la protección del periodista en riesgo o el tiempo que pueda durar esa protección.
Por si esto fuera poco se debe reconocer que la delincuencia organizada ha infiltrado fuerzas policiacas en los distintos niveles, por lo que quedar bajo el resguardo de estos tampoco garantiza la seguridad de reporteros, fotógrafos, camarógrafos o medios que sean amenazados.
El problema, esencialmente, no es la falta de una ley sino la falta de una autoridad que haga valer esa ley. El gobierno federal ha sido rebasado por la delincuencia pero en el ámbito estatal y municipal las cosas no son muy diferentes: crímenes que no se esclarecen, denuncias que quedan como mero anecdotario o son simple trámite para el cobro de algún seguro y nada más.
El problema con la seguridad a los periodistas no es distinto del resto de la seguridad a la población: no se trata de la ley sino de la falta de capacidad para hacerla cumplir. Bienvenida la iniciativa pero en definitiva se queda corta, muy corta.

Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 18 de junio de 2012

El voto nulo / Columna

De medios y otros demonios

El voto nulo

J. Israel Martínez Macedo

Durante semanas las campañas electorales se han enfocado, básicamente, en hacer perder a los contendientes rivales más allá de obtener un voto para sí; militantes, simpatizantes y fanáticos de los candidatos se han concentrado en la denostación sin hacer, si quiera, el intento de promover sus propuestas.
Como resultado hay una buena parte de la población cansada de todo lo que se refiera al proceso electoral y, más aún, deseosa que se terminen las campañas y se concluya con todo esto (aunque lejos de ello pasaríamos a una etapa más complicada: la del desconocimiento del ganador).
Dentro de este esquema y en la dinámica de apasionamientos, el voto nulo es uno de los mecanismos que también son atacados por muchos de los seguidores porque afectan sus intereses y los de su candidato.
El voto nulo también es un voto, es una expresión que indica que hay deseo de participación pero ninguna de las propuestas que los partidos presentan cubre con las expectativas de lo que el votante espera de un candidato a gobernarle.
Es una muestra de molestia en las urnas, tan válida como salir a las calles a gritar contra todos los candidatos y partidos, con la diferencia de que hay registro en acta del número de personas que piensan así.
Panistas y perredistas acusan que el voto nulo beneficia al PRI porque es el partido que tiene más estructura y, votando nulo, adquiere más peso cada voto a favor del tricolor. A través de ese argumento buscan convencer a quienes piensan anular para votar por ellos con tal de que el PRI no gane, pero el argumento no es del todo cierto.
La elección no se trata hacer perder al otro, consiste en manifestar quién de los contendientes creemos que puede representarnos y, si pensamos que ninguno “llena los zapatos”, evidentemente tenemos derecho a expresarlo en las urnas.
Ninguno de los votantes que opten por el voto nulo tiene la culpa de que el PAN, el PRD y un sinnúmero de partidos se acuerden de generar militancia sólo seis meses antes de cada jornada electoral; tampoco tienen la culpa de que estos partidos no muestren interés en ampliar su estructura durante cinco años y medio y luego, de repente, vengan a acusarnos a nosotros porque ellos no hicieron su trabajo.
El voto nulo es una opción electoral válida y reconocida por la ley, pone de manifiesto que hay interés en participar en el juego democrático pero que los partidos no tuvieron la capacidad de presentarnos contendientes a la altura de nuestras aspiraciones.
Las opciones están ahí, cada partido tiene las suyas pero si no cumplen con nuestra expectativa tenemos derecho a decírselos anulando nuestro voto y nadie tiene por qué venir a acusarnos de su derrota. Si pierden, será por su inacción, su desdén de cinco años y medio, pero sobre todo por su falta de sensibilidad con las necesidades de la gente anteponiendo su hambre de poder.

Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 11 de junio de 2012

El ganador del debate / Columna

De medios y otros demonios

El ganador del debate

J. Israel Martínez Macedo

El segundo debate entre los candidatos a la Presidencia la República se llevó a cabo anoche con el primer triunfo de #YoSoy132: el haber logrado que se transmitiera en cadena nacional.
Su relevancia sólo podrá observarse en los días venideros pero evidentemente el movimiento ciudadano generado por estudiantes logró su primer golpe, le guste o no reconocerlo a los concesionarios televisivos, al conseguir la transmisión en vivo del segundo debate por los principales canales de ambas televisoras.
El movimiento se mantiene ciudadano y como tal ha logrado lo que ningún político en el país. La transmisión en los principales canales no fue una concesión de Emilio Azcarraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, los jóvenes estudiantes, con base en la presión que han ejercido y el interés social que han logrado captar, pusieron a estos dos empresarios entre la espada y la pared y como resultado el debate estuvo en los principales canales del país.
Lo que se apuntaba, al inicio de la contienda electoral, como un mero trámite para llegar al 1 de julio se convirtió en un asunto de interés social real, un triunfo no menor para los estudiantes de #YoSoy132 pues significaría que consiguieron meter a la población en el proceso electoral, al menos en lo que a las campañas se refiere.
Sería un error, indudablemente, que el movimiento se salga de la línea que mantiene hasta este momento, es decir, que tome el camino de la negociación/atención política de sus demandas porque, con ello sería integrado y asimilado por el sistema y perdería la contundencia que ha logrado con sus acciones.
Aún tiene que definir claramente sus objetivos pero indudablemente debe seguir como un movimiento ciudadano. Difiero de quienes lo comparan con el movimiento de 1968 (sólo porque son estudiantes) o de quienes quieren vendernos la idea de que es similar a la llamada “primavera árabe” (sus orígenes y fines son distintos) pero creo que sí hay un movimiento previo que nos puede servir de referente: el EZLN.
Al igual que #YoSoy132, el EZLN fue un “bombazo” mediático al surgir en 1994, si bien inicialmente el zapatismo era un movimiento armado, recibió el apoyo de la sociedad y con ello se ciudadanizó. Sus acciones, a través del subcomandante Marcos, eran agenda y movían masas pero también se perdió en el momento en el que decidieron sentarse a la mesa de negociación.
#YoSoy132 tiene en sus manos un poder que dejó suelto el zapatismo y, aún más, cuenta con un antecedente de cómo usarlo correctamente aunque para ello debe vencer la tentación de politizarse, enfocar sus objetivos y, sobre cualquier cosa, permanecer ciudadano.

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israel.martinez@milenio.com

lunes, 4 de junio de 2012

El peligro para #YoSoy132 / Columna

De medios y otros demonios

El peligro para #YoSoy132

J. Israel Martínez Macedo

El movimiento que se originó por alumnos de la Ibero, cuando Enrique Peña Nieto visitó sus instalaciones, creció y fue secundado, mayoritariamente, por estudiantes de todo el país que se sumaron bajo la bandera del odio o, al menos, repudio al priismo.
El movimiento logró mantenerse lejos de que algún partido lo abanderara, en parte porque los militantes, en su radicalismo, tenían temor de que estuviera orquestado por su contraparte, es decir: perredistas temían que fuera un asunto del panismo y los panistas que fuera cosa del perredismo.
La descalificación que el priismo intentó hacer respecto a que no eran estudiantes dio pie a la aparición del video en el que 131 alumnos de la institución, credencial en mano, demostraran que no era así.
La población apoyó a este grupo bajo un hashtag de Twitter: #YoSoy132. No obstante en realidad se trataba de dos: éste, de mayor tamaño y promoción mediática y #TodosSomos131, correspondiente a los alumnos de la Ibero que sí reconocen que su objetivo es evitar que Enrique Peña gane la elección (demanda original del 11 de mayo).
Por su parte #YoSoy132 se deslinda de la acción política de #TodosSomos131, los alumnos del ITAM lo definen como un movimiento ciudadano que busca la democratización de los medios en la cobertura informativa; demanda que surgió durante las primeras manifestaciones posteriores a lo ocurrido en la Ibero.
Esta manera en que nace #YoSoy132 le ha convertido en un movimiento multiforme que igual da cabida a la demanda hacia los medios o brinda espacio para que la gente grite consignas en contra de Peña Nieto; en menor medida, también abre sitio a exigencias de justicia y trabajo al gobierno.
El movimiento fue bien recibido por observadores que reconocen la importancia de que los estudiantes universitarios alcen la voz y expresen su pensar sobre las cosas que ocurren en el país (aunque no deja de llamar la atención que sean alumnos de escuelas privadas quienes llevan la batuta en esta ocasión) y que esperan genere resultados en sus demandas.
En contraparte el sistema político activa sus mecanismos para “absorber” e integrar esta nueva manifestación a su esquema: mesas de diálogo y negociación o espacios para que los jóvenes puedan canalizar sus demandas, mismas que se perderán en la vida burocrática.
La única opción que el movimiento tiene para mantener su valor es no caer en el juego del sistema y mantenerse totalmente ciudadano: sin líderes ni dirigentes, sin negociaciones ni pláticas pero con ideas y objetivos claros; de lo contrario no pasará de ser uno más de tantos que nos dieron esperanza de que algo puede pasar y se difuminaron en ese esquema de “negociación” política.

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israel.martinez@milenio.com

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

PRESUNTO CULPABLE (completa)