"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

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lunes, 26 de noviembre de 2012

Televisión en evolución / Columna

De medios y otros demonios

Televisión en evolución

J. Israel Martínez Macedo

El futbol abre la oportunidad de observar una nueva forma de entender los mecanismos informativos. Imaginar y repensar los modos de aprovechar la tecnología al máximo así como entender los alcances y limitaciones para mantener vivos a los medios a través de un beneficio comercial.
Las semifinales del futbol mexicano dieron muestra de las opciones que le restan poder a los medios tradicionales. El conflicto que arrastra TV Azteca con las empresas de cable parecía presentar algún tipo de presión a estas últimas dado que se esperaba que los usuarios exigieran el servicio pero, para sorpresa de muchos, no ocurrió así.
Según el reporte de “Hábitos de los usuarios” de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci) el número de internautas en nuestro país ha llegado a 40.6 por ciento, lo que representa un aumento de poco más del 14 por ciento respecto a 2011.
Pese al crecimiento del uso de los llamados “teléfonos inteligentes” las computadoras, tanto de escritorio como portátiles, encabezan la lista de sitios de conexión a la red.
La gente que tenía contratado un servicio de cable para sus televisores buscó en internet la posibilidad de seguir los encuentros a través de servicios dedicados a reproducir algún tipo de programación por lo que, aunque las empresas no ofrezcan el servicio, ellos mantienen el seguimiento al torneo pero en la red.
Ver televisión en línea no es una actividad que la población acostumbre, en parte, porque seguir la transmisión desde una computadora no es algo que se haga de manera común; pero ¿y las pantallas digitales?
Recordemos que éstas han visto un aumento en sus ventas y todas ellas cuentan con conexión a la computadora. Total que haciendo una suma de elementos podemos darnos cuenta que sólo falta un ligero empujón cultural para que los servicios web desplacen a los tradicionales.
Conectar la computadora a la pantalla de la casa que, a su vez, tiene acceso a internet; abre el escenario a una casi interminable cantidad de programación que no sufre las amenazas y abusos de las televisoras que limitan el acceso a cambio de cobrar por la transmisión de datos.
Las televisoras deben entender que se terminan los tiempos en los que se cobra por la transmisión y que deben enfocarse en la venta de su producción, eso obliga a crear, a generar trabajos originales que competirán, ahora sí, en un esquema global.
Producir o desaparecer parecer ser la consigna de un panorama a cinco, máximo diez años para las televisoras. Entendiendo “televisión” como esa forma de crear contenidos, ésta no desaparecerá sino que nos enfrentamos a un proceso de evolución que advierte modificar la forma en que adquirimos el producto, que no la manera de verla.

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israel.martinez@milenio.com

lunes, 19 de noviembre de 2012

Oportunidad para reivindicar / Columna

De medio y otros demonios

Oportunidad para reivindicar

J. Israel Martínez Macedo

El problema que se gestó por el cambio de estilo de la radiodifusora del gobierno del Estado de México, lejos de solucionarse parece tomar fuerza. Los opositores a esta versión, que ha sido calificada de "descafeinada" o muy “light”, mantienen su exigencia de recuperar el formato al que estaban acostumbrados y suben el nivel de sus críticas.
En el sistema los comentarios calan el orgullo y, a veces, el ego pero minimizar las críticas y descalificarlas se ha vuelto la constante y casi única respuesta. La incredulidad de que los radioescuchas puedan, efectivamente, encabezar manifestaciones sólo sirve para acusar ex empleados y ex directores de “manipular” a la gente en su contra. “Palos de ciegos” que en nada abonan a solucionar el problema.
La programación de Radio Mexiquense siempre ha sido determinada por el grupo que administra la estación, en ocasiones, intentando entender y cumplir el gusto de la audiencia; otras tantas (la mayoría de hecho), a juicio y criterio de los productores, directores o subdirectores quienes deciden lo que la gente “merece”/debe escuchar en la radio gubernamental/cultural.
Independientemente de cualquiera de los dos esquemas, cada nueva administración respetaba el estilo porque significaba sostener y cuidar la imagen para, con ella, darle continuidad a una identidad; situación que no se atendió (ni entendió) en esta ocasión.
Una cuestión como la identidad que debe tener la gente con los medios bajo control del Estado, que genera un fuerte impacto en la relación de los ciudadanos con su gobierno; no puede ni debe dejarse a la deriva; necesita estar bajo el cuidado, precisamente, de la sociedad.
Ya se hablaba la semana pasada de la opción de que el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense se convirtiera en un órgano ciudadano autónomo que se autorregule y determine esquemas, no sólo de financiamiento, sino de criterio editorial y manejo de contenidos.
Si la medida suena muy radical, existe la opción de no entregarla a los ciudadanos pero, en esa misma dinámica de transparencia aunque del lado más conservador, generar y mantener un mecanismo de tutela que defina y proteja, de una vez por todas, el destino de la radiodifusora del Estado.
Puede ser a través de la Legislatura local que se cree una comisión para la supervisión de los medios del Estado: su funcionamiento, sus contenidos y sus relaciones con el poder público y la sociedad misma.
De entenderlo así y proponerlo el Ejecutivo; lo colocaría justo en la punta de lanza de los estadistas que entienden la nueva dinámica de la democracia y lo alejaría de esa imagen populista/populachera que se ha construido desde el inicio de su administración; es la oportunidad de convertirse en vanguardia y dejar de seguir no siendo.

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lunes, 12 de noviembre de 2012

Un medio, ahora sí, público / Columna

De medios y otros demonios

Un medio, ahora sí, público

J. Israel Martínez Macedo

Las últimas semanas se ha gestado un movimiento que busca ejercer presión para exigir que la radiodifusora del gobierno estatal, Radio Mexiquense, regrese al esquema de programación al que ya tenía acostumbrados a sus radioescuchas en lugar del que actualmente suena y que es más del tipo comercial.
Entre dimes y diretes, quienes se han dicho radioescuchas y los que se han presentado como empleados de la radiodifusora, protagonizaron una serie de descalificaciones que en nada o muy poco abonan a la discusión del problema de fondo: los contenidos y formatos de la radiodifusora del estado.
Erróneamente se ha creído que Mexiquense es una radio pública. Lejos de eso, es una dependencia del gobierno del Estado de México, sus empleados están en la nómina de gobierno y forman parte del escalafón.
Esa minúscula pero importante diferencia entre pública y gubernamental indica y obliga a que los contenidos sean dictados desde las oficinas de gobierno según lo indiquen las políticas de información que determine la administración en turno y no tienen que ver con criterios como rating o los radioescuchas.
El problema surgido por la inconformidad de los grupos, de los radioescuchas y de los propios trabajadores abre el debate para un asunto superior: ¿Debe el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense seguir dependiente del gobierno estatal? Es decir ¿no podría convertirse en un esquema similar al de la BBC en Gran Bretaña o RTVE en España? (Guardando las proporciones, evidentemente).
Los dos ejemplos antes mencionados han cambiado sus formas de organización y esquemas de financiamiento para ya no depender totalmente del Estado; cuentan con consejos de administración y editoriales que se encargan de tomar las decisiones en sus ámbitos de participación sin la intervención directa de los gobiernos y están dirigidos por ciudadanos.
Pensar en cambiar el esquema del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense a un medio, ahora sí, público; podría ser benéfico para todos: 1. La audiencia se vería involucrada e identificada con su radio o televisión; 2. El sistema se podría constituir como autónomo regido por uno o varios consejos conformados por representantes de la sociedad civil y de las instituciones y 3. El gobierno estatal se posicionaría a la vanguardia de las instituciones que, en un espíritu netamente democrático, reducen la burocracia dejando que la sociedad tome el control de algunas instituciones y medios.
En esto debe centrarse el debate: ¿está listo el sistema para ser autónomo e independiente en sus contenidos y decisiones o debe seguir auspiciado y controlado por el gobierno estatal? Propugno por lo primero. Ahora esperemos que haya altura de miras para entender la oportunidad histórica y de ventaja en que el conflicto ha puesto al gobierno estatal.

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lunes, 5 de noviembre de 2012

Prensa, mucho qué aprender / Columna

De medios y otros demonios

Prensa, mucho qué aprender

J. Israel Martínez Macedo

Este 2012 nos otorga una posibilidad que muy pocas veces tenemos oportunidad de observar y es la concurrencia de las elecciones presidenciales mexicanas y las estadounidenses en un mismo año. La situación abre el espacio para varios comparativos y uno de ellos es la cobertura mediática de ambos procesos.
En el caso mexicano todo se centró en las encuestas preelectorales que dieron como resultado un fiasco en los resultados. Las distintas casas encuestadoras hicieron el ridículo en su intento por determinar las tendencias y tanto los partidos como la ciudadanía hizo público su reclamo por esta situación.
La credibilidad de los medios que cayeron en el juego de la “encuestitis” recibió un severo golpe y aunque ellos sólo fueron el mecanismo por el cual las encuestadoras informaban sobre los resultados de sus trabajos (eso sí, contratados por los mismos diarios, televisoras y radiodifusoras), los ciudadanos no distinguieron entre unos y otras.
El seguimiento de la actividad en redes sociales tanto de los candidatos como de sus seguidores y promotores (voluntarios y contratados por igual) fue simplemente desmesurada y en ocasiones abusiva, pese a que los datos estadísticos demuestran que la población que participa en estos espacios no alcanzaba a conformar un factor determinante, directamente, en el padrón electoral.
Los dimes y diretes de los candidatos ocupaban las principales notas de los diarios y noticieros que, imbuidos en la dinámica del “dice que dijo”, terminaron por darle más juego a las palabras que a las propuestas, a grado tal que es la fecha en que la gente no tiene claro qué fue lo que propusieron los contendientes.
La información sobre los distintos esquemas de votación en las elecciones concurrentes con los estados fue prácticamente nula y nunca hubo interés de las televisoras o radiodifusoras con presencia nacional en explicar a detalle esa situación.
En la campaña estadounidense el esquema informativo es otro y la dinámica también. Los reporteros andan detrás de los candidatos pero también de sus esposas, equipos de campaña, compañeros de coalición, etcétera.
Las redes sociales son cubiertas en cuanto a la información que puedan proveer con relevancia sobre las propuestas pero lejos de las descalificaciones de los seguidores de los candidatos sin importar su “alcurnia” política o artística.
Lo importante son las propuestas, la gente sabe por quién y por qué votará el día de mañana y conoce los mecanismos de votación en cada localidad de la unión americana.
La prensa mexicana quedó a deber y necesita aprender aún mucho de coberturas electorales, alejarse de esa tendencia sensacionalista que le caracterizó y comenzar a entender que el papel del medio es informar al ciudadano para que emita su voto… y nada más.

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

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