"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

Twitter

lunes, 30 de noviembre de 2015

Detrás del fin de Chabelo / Columna

De medios y otros demonios

Detrás del fin de Chabelo

J. Israel Martínez Macedo

Los rumores terminaron de la única forma en la que podrían haber concluido: el anuncio hecho por Xavier López oficializó el final, no solo de un programa que inició en el mítico 1968, se trata del último vestigio de una era completa que desaparece por completo de un mundo que es totalmente distinto al que lo vio florecer.
El próximo domingo 6 de diciembre, el programa cumpliría 47 años e iniciaría su año número 48; no obstante, dos semanas después llegará a su fin en lo que se espera sea una de las emisiones más seguidas de todo 2015.
“En familia con Chabelo” representa una era en la que no había que contar una historia, bastaba con tener una barra programática que cubriera espacios de transmisión en función de los horarios en los que se suponía que los televidentes estaban frente al aparato reproductor.
La televisión mexicana producía contenidos propios, había programas pensados para cada tipo de audiencia; eran los tiempos en que los niños veían “El tesoro del saber”, “Odisea burbujas” o los “Cuentos del espejo” con los que no solo se entretenían sino recibían contenido educativo.
“En familia con Chabelo” no era precisamente educativo pero ofrecía entretenimiento a través de concursos de habilidades y conocimientos en los que los niños podían obtener los juguetes de moda o regalos de todo tipo de patrocinadores.
La sociedad evolucionó pero la televisión no. Televisa se llenó de programas comprados en el extranjero porque eran más baratos que producir, además de que la audiencia favorecía la novedad de esos esquemas; el modelo de negocio se antepuso al modelo de medio de comunicación y las consecuencias son visibles actualmente.
La empresa enfrenta una de sus peores crisis porque está sumida en un tobogán de pérdidas económicas del que no encuentra salida; el problema sustancial es que se está tratando de combatir un incendio lanzando agua a las partes altas de las llamas y no a la base.
Los rumores sobre la manera en que se solucionarán los problemas incluyen, entre otras cosas, el cierre de filiales en los estados y la eliminación de producciones repetitivas son algunas de las estrategias que se escuchan en los pasillos de la televisora.
El final del programa de Chabelo termina con una época en la que las televisoras producían contenidos originales y propios basados en valores nacionales y para públicos masivos que se segmentaban por horarios de uso.
La televisión compite ahora con Internet, con producciones de contenidos permanentes, con estrategias de mercado más agresivas sustentadas en resultados medibles para anunciantes que también viven momentos de angustia. El 20 de diciembre no solo es el fin de Chabelo, termina una era de la televisión mexicana.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 23 de noviembre de 2015

Solo un apagón tecnológico / Columna

De medios y otros demonios

Solo un apagón tecnológico

J. Israel Martínez Macedo

El apagón analógico llegará a México el 31 de diciembre de este año y pese a los intentos del gobierno de informar sobre el tema, la realidad de las cosas es que mucha gente no ha entendido de qué se trata ni cómo les puede beneficiar o perjudicar esto.
Apagón analógico es como se le ha denominado al proceso de transición en el que la televisión dejará de transmitir su señal por ondas electromagnéticas para hacerlo por señal digital, lo que generará cambios en la forma de ver televisión.
El problema con esta transición en nuestro país es que no solo la gente no está enterada de la fecha o las cuestiones que implican este proceso, también existen muchas lagunas que no se han despejado debido a ambigüedades en la legislación que no han querido ser solventadas.
El primero de enero de 2016 no solo será el inicio de un año más, también el de una nueva forma de ver televisión y eso será a través de un sistema que permite la multiplicidad de señales a través de la subdivisión de las bandas asignadas a los medios convencionales.
Dicho de un modo más sencillo y simple, la televisión digital permite que las empresas que controlan los canales puedan hacer uso de los canales secundarios a través de los cuales pueden transmitirse contenidos independientes de los de la señal original.
Es como si cada televisora tuviera, ahora, más canales que antes y, por lo tanto, podrá explotarlos como cada una decida, pues no han quedado claros los alcances de la ley en este sentido.
Más aún, la discusión sobre el cobro por esos canales sigue sin resolverse y mientras se mantenga así se abre la puerta a que las televisoras conviertan un bien público en un mecanismo privado de consumo.
Aunado a ello está el tema que involucra los receptores. Si bien el gobierno federal ha aprovechado la medida para utilizarla dentro de sus políticas asistencialistas más criticadas lo cierto es que aún hay un alto número de habitantes que no tienen forma de recibir la señal.
Conforme se acerquen los días el tema irá subiendo de nivel y la dudas seguirán acumulándose; no obstante, las ciudades en las que el apagón tecnológico son cada vez más.
Un tema tan banal puede convertirse en una de as peores crisis de la administración peñista dadas las características de una población que soporta cualquier abuso de autoridad siempre y cuando se mantenga conectada a sus aparatos televisores.
En contraparte el apagón analógico no representa, en estricto sentido, un cambio en la forma en que las televisoras realizan contenidos, aunque habrá más canales, todos ellos estarán ocupados con la producción de baja calidad que hay llevado a las empresas a una crisis nunca antes vista; en México se trata de una transformación tecnológica y solo eso.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 16 de noviembre de 2015

Radicalismo mexicano / Columna

De medios y otros demonios

Radicalismo mexicano

J. Israel Martínez Macedo

Es curioso el comportamiento de las redes sociales ante distintas circunstancias, la indignación que repentinamente llegan a tener ante tragedias humanas, desaparece cuando esas tragedias no son las que abanderan o les gustaría que todos abanderen.
Los atentados en París, y sobre todo la forma en que se dio la reacción a los mismos, es una muestra clara de la volatilidad de los usuarios de las redes sociales que se manifiestan indignados por el hecho y horas después desaprueban los mecanismos para manifestar apoyo al país víctima de la situación.
Fueron las mismas personas que se decían en shock por los hechos quienes, instantes después, se quejaban de la propuesta de Facebook de colocar la bandera francesa en la imagen de perfil.
En ese contexto surgieron los que buscaron aprovechar el momento para sacar raja política como Gerardo Fernández Noroña quien tuiteó: "Por más que les irrite a algunos es profundamente hipócrita conmocionarse con la masacre en París y hacerse pendejos con las de México".
Sin duda alguna que lo que pasa en todo el territorio nacional es totalmente lamentable y por supuesto que debe causar conmoción pero de ahí a que se quiera equiparar con lo que ocurrió en Francia es muy distinto.
Argumentos falaces como este, inundaron Internet a modo de recriminación y regaño por preocuparse por cosas tan banales como la muerte de civiles parisinos a manos de fanáticos radicales en algún lugar del mundo.
La muerte de personas inocentes (entendiendo por ello que no están involucrados en el conflicto) en cualquier parte del mundo es condenable y lamentable, agredir a quien decide sumarse a un movimiento solo porque no se asumen víctimas.
Los radicalismos son peligrosos porque niegan el derecho de pensar diferente; el atentado en París reveló el alto nivel de radicalismo que hay en México y los alcances de intolerancia a los que se puede llegar contra las personas que no piensan igual que los "librepensadores" es de llamar la atención.
Tener una opinión o un punto de vista no debe ser motivo de descalificación o vituperio. Matar una opinión es matar una idea, matar una idea es eliminar la posibilidad de que algo ocurra.
Descalificar un pensamiento sin exponer ningún argumento y solo porque no es el pensamiento de los descalificadores no abona a la construcción de una forma mejor de actuar o de vivir.
El discurso de estar en contra es la salida fácil para enfrentar los problemas con la idea de que, por quejarse, se es mejor que los que no se quejan pero cuando se les pide que hagan una propuesta de solución la respuesta común es el silencio, la descalificación o alguna justificación del tipo "ese no es mi trabajo". Respeto a la opinión es el primer paso a la tolerancia.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 9 de noviembre de 2015

La "neuropolítica" del PRI / Columna

De medios y otros demonios

La “neuropolítica” del PRI

J. Israel Martínez Macedo

Esta semana el New York Times informó sobre una estrategia de neuromarketing que, supuestamente, habría aplicado el PRI en 2012 durante el proceso electoral a la Presidencia de la República; la nota no tendría mayor relevancia si no es porque el INE (antes IFE) reveló que no tiene informes de tal hecho.
La nota del New York Times, titulada Neuropoltics, Where Campaigns Try to Read Your Mind (Neuropolítica, cuando las campañas intentan leer tu mente) busca explicar cómo es que la ciencia del cerebro se ha usado para la mercadotecnia política en el mundo, mencionando entre esos casos la elección presidencial mexicana de 2012.
En la nota se menciona que las empresas Neuropolitika del especialista del cerebro Jaime Romano Micha y Emotion Research Lab de Maria Pocovi, así como el especialista norteamericano en lectura facial, Dan Hill, colaboraron con el PRI en la elección presidencial de 2012 así como en otros casos.
Tristemente, el resultado de toda esta ciencia acumulada sirvió, según narra la propia nota, para hacerle notar al partido tricolor que el rival más peligroso de la contienda era Andrés Manuel López Obrador y que debía poner más atención a este que a Josefina Vázquez Mota… Lo que ya todo el país sabía sin necesidad de estudios de nuerociencia.
La nota no revela cuál fue el impacto real de los estudios de neuromarketing en la elección, de hecho los científicos cuestionan el valor de estos trabajos porque, dicen: metodológicamente es imposible saber si el resultado electoral habría sido distinto si no se aplicaran este tipo de estrategias en una campaña.
El verdadero problema que el PRI debe atender está relacionado con las declaraciones del consejero del INE, Marco Antonio Baños, quien asegura haber consultado sobre el tema a la Unidad Técnica de Fiscalización del instituto y haber recibido como respuesta que no existe reporte de servicios por las empresas Neuropolitika, Emotion Research Lab o el consultor Dan Hill.
Sin embargo, es posible que estos servicios se hayan subcontratado por las empresas encargadas de llevar la campaña presidencial del PRI quienes sí podrían aparecer en los registros del partido, aunque eso corresponde explicarlo a ellas.
El neuromarketing es una tendencia de la mercadotecnia que cobra cada vez más fuerza en sectores tan diversos como la publicidad o la cinematografía y no es extraño que la política se utilice estas estrategias como una forma de ganar votos.
Las campañas electorales son cada vez más complejas, sobre todo en ciertos niveles, por lo que el uso de neuromarketing no sorprende. Lo realmente importante es ¿por qué no se reportó la participación de estas empresas al entonces IFE? Esa es la cuestión.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 2 de noviembre de 2015

La propuesta basura de Omar Fayad / Columna

De medios y otros demonios

La propuesta basura de Omar Fayad

J. Israel Martínez Macedo

El senador priista Omar Fayad presentó una iniciativa de ley que busca regular el uso de Internet en nuestro país; sin embargo, sus determinaciones ambiguas, la falta de profundidad en varios temas y la ignorancia demostrada ante asuntos cruciales como la deep web, han hecho de esto no solo algo inviable sino una burla.
Regular Internet en México no es algo nuevo, desde el sexenio pasado, el gobierno de Felipe Calderón sumó a México en la firma del Acuerdo Comercial contra la Falsificación (ACTA por sus siglas en inglés) que restringen el uso y acceso a la red además de que abren la puerta al espionaje gubernamental.
Para fortuna de los internautas mexicanos, el Congreso votó no avalar la firma de este acuerdo y todas esas restricciones quedaron sin vigor en nuestro país aunque quedó el precedente.
La propuesta de Fayad tiene una evidente intención de censura negativa que no solo no abona a la democracia sino que es contraria a sus principios y valores más fundamentales y atenta, inclusive, contra los principios básicos de los artículos sexto y séptimo constitucionales.
Como muchas otras propuestas absurdas que se han presentado en nuestro país, la de Fayad trata de ser justificada bajo el argumento de que pretende abrir el tema a discusión con miras a lograr una ley sólida y congruente que regule el uso de Internet.
Las experiencias previas no han sido muy buenas porque los debates subsecuentes se realizan en función de echar abajo la propuesta inicial y no para obtener la mejor versión, de tal modo que la ley resultante se contenta con que se supere la propuesta original aunque no responda a las necesidades reales del país.
Lo que los legisladores, y políticos en general, no han entendido sobre Internet es que no debe regularse su uso sino prevenir situaciones donde el abuso y, sobre todo, perjuicio malintencionado de los usuarios sea sancionado en aras de una sana convivencia en la red.
Lo que posibles ordenamientos en la materia deben cuidar, sobre cualquier cosa, es que no se vulneren las garantías individuales de los ciudadanos, en específico las de libertad de expresión así como las equivalencias en la web de la libertad de imprenta.
Propuestas como la de Omar Fayad no abonan ni a la discusión ni a encontrar solución a un problema real que es el abuso de Internet, incluso la proliferación —al margen de la ley— de "policías cibernéticas" de las que nadie informa alcances y limitaciones en su actuar.
En el momento en el que se encuentra México ¿es necesaria una ley para Internet? La respuesta es sí, sin duda; pero no así con la propuesta de Fayad, sino algo realmente serio y trascendente.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

Archivo del Blog



SI DESEAS RECOMENDAR UNA PÁGINA A TRAVÉS DE UN LINK PARA CONSIDERAR INCLUIRLO EN ALGUNA SECCIÓN, ENVÍA UN MAIL A: j.israel.martinez@gmail.com


"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

PRESUNTO CULPABLE (completa)