"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

Gabriel García Márquez

Twitter

lunes, 29 de febrero de 2016

Se nos muere el periodismo / Columna

De medios y otros demonios

Se nos muere el periodismo

J. Israel Martínez Macedo

El rápido crecimiento de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha devenido, tristemente, en una pérdida de la capacidad crítica (ello incluye la autocrítica) de los medios de comunicación como entes informativos.
Casos muy concretos tenemos vigentes y a la mano: el diario Reforma, que hace algunos años gozaba de gran prestigio en su labor periodística, ha publicado información falsa basándose en hechos reales presentados por el diario El País.
Reforma retoma la información de El País sobre la renuncia de la presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, bajo acusaciones de corrupción, no obstante agrega posibles implicaciones de la empresa OHL en este caso.
La especulación de Reforma no tiene justificación alguna y el propio medio no ha respondido a los cuestionamientos sobre el por qué decidió alterar la información original agregando esa evidente tergiversación.
Algo similar pasó con el semanario Proceso que publicó que "supuestos empleados" denunciaban bailes sensuales en instalaciones del SAT en Ciudad Juárez añadiendo, párrafos más adelante, que la contratación de estas mujeres no pudo ser constatada.
Lo curioso es que la misma información fue publicada en la revista digital Sin Embargo y firmada, incluso, por la misma reportera, Patricia Mayorga, aunque en esta versión se reconoce que la información es tomada, en realidad, del Diario de Juárez.
Además la nota de Sin Embargo aclara, al final, que el SAT informó que la imagen corresponde a una sesión de activación en oficina que se dio a los trabajadores hace tres años y que se hace notar que la instructora usa ropa deportiva.
Es preocupante que dos de los medios nacionales más reputados presenten este nivel de carencias; más preocupante aún es que no sean hechos aislados sino se estén volviendo una constante en sus trabajos de investigación (Ciro Gómez-Leyva ha evidenciado las fallas de varias notas de Reforma mientras que la revista Etcétera da cuenta de cómo Proceso sustenta algunos de sus trabajos en reportes de la reputada Tv Notas).
La sociedad necesita medios confiables que antepongan en la agenda informativa los temas del interés público por encima de sus preferencias políticas, conveniencias de grupo o beneficios comerciales.
La sociedad resulta perjudicada con un periodismo oficialista, así como con un periodismo de consigna, dado que ambos adolecen del mismo problema: buscan convencer de que hay bandos y el de cada uno es mejor que el del otro.
El periodismo, esa actividad que consiste en recolectar, jerarquizar, sintetizar y publicar información de interés público se nos está muriendo y, peor aún, la estamos dejando morir.

@Mega_J_Israel_M
israel_martinez@milenio.com

lunes, 22 de febrero de 2016

Es necesario repensar Twitter / Columna

De medios y otros demonios

Es necesario repensar Twitter

J. Israel Martínez Macedo

Twitter es una red social que adquirió gran presencia en México dado el valor que los medios masivos le han atribuido a los mensajes que por ella se emiten llegando a considerarlos, incluso, como declaraciones oficiales o boletines.
No obstante el futuro en el uso de esta red debe empezar a considerarse de manera diferente por parte de los administradores de redes sociales, tanto de empresas como de instituciones, derivado de un hecho que encendió los focos rojos tanto de sus accionistas como de sus seguidores más fervientes.
Hace unos días, la red social informó que solo en los últimos tres meses de 2015 habría perdido 2 millones de usuarios (para hacernos una idea, más del doble de los habitantes que tiene la capital del Estado de México) y ya no ocupa el segundo lugar como la más usada.
Según el reporte, a finales del año pasado, Facebook contaba con mil 600 millones de usuarios mientras que Twitter apenas con 305 millones, incluso Instagram ha rebasado a la red de los trinos con 400 millones de usuarios reportados en el mismo periodo.
Los datos hacen necesario que empecemos a repensar sobre el peso que se le da a la red social en distintas mediciones sociales, como por ejemplo la popularidad de los usuarios.
En los inicios de Twitter, el número de seguidores se consideraba como un mecanismo sencillo de identificar la influencia y popularidad; tiempo después, un estudio patrocinado por Yahoo demostró que se trata de cosas distintas; pese a ello, esta siguió considerándose una métrica de peso entre la sociedad.
Así empezó la compra/venta de bots para Twitter, usuarios inexistentes que solo sirven para ser contabilizados como seguidores pero que nunca interactúan, posiblemente, cuentas creadas de automáticamente.
Se estima que de esas 305 millones de cuentas, 10 por ciento podrían ser solo bots, lo que implica que el impacto real de la comunicación que se emite de manera exclusiva por esta vía es todavía menor.
Las estrategias de redes sociales han tenido a Twitter en un lugar muy especial debido a esa falsa percepción de popularidad e influencia que, en realidad, es solo presencia y que se ha generado por la sobrecobertura de los medios masivos.
Aunado a ello, Periscope, la utilidad de Twitter que permite transmitir vía streaming, no ha tenido el éxito que se esperaba, sus usuarios de transmisión son el mínimo y las esperanzas de desarrollo no son nada optimistas.
Twitter no está muerto pero su influencia exclusiva como red social se debilita. Las estrategias de medios sociales deben aún considerarla pero revalorar su papel en función del objetivo e intención del mensaje que se pretende alcanzar.

@Mega_J_Israel_M
israel_martinez@milenio.com

lunes, 15 de febrero de 2016

Adiós al certificado de locución / Columna

De medios y otros demonios

Adiós al certificado de locución

J. Israel Martínez Macedo

El gobierno federal informó, a través de la SEP, que a partir del pasado 8 de febrero se eliminó el requisito de obtener un certificado o licencia de locución, comentarista o cronista para ejercer en las radiodifusoras y televisoras mexicanas cumpliendo así un ciclo en la práctica profesional del oficio.
La licencia de locutor, comentarista o cronista en México era un requisito impuesto a las radiodifusoras y televisoras en la búsqueda de garantizar calidad en el manejo de la información a través de los medios masivos por parte de quienes estaban detrás de un micrófono al aire.
Entre los requisitos para la licencia de locutor se pedía un grado máximo de estudios de bachillerato (preparatoria) y un mínimo de secundaria con el cual se optaba por licencias tipo A y B, respectivamente (para cronista o comentarista era obligatorio el bachillerato como mínimo). Después se realizaban una serie de exámenes y se otorgaba la licencia.
Dicho sea de paso, la certificación se había vuelto extremadamente simple y sencilla (algunos locutores contaban que la certificación era como un vaso de agua porque no se le negaba a nadie) por lo que ya no cumplía con el requisito de ser un filtro que garantizara calidad informativa.
Para algunos la certificación ya solo era un símbolo de estatus, la realidad es que se había vuelto anacrónica desde hace mucho y es que su creación fue pensada e impuesta en y para un tiempo en el que no existían escuelas de comunicación que (en teoría) ya te preparan para ello.
Son tiempos que han quedado muy atrás, hoy (dependiendo del estudio que se consulte), en promedio, al menos la mitad de la población del país podría alcanzar, sin problema, el certificado de locutor tipo A, y casi 90 por ciento el tipo B; es decir que su uso quedaba fuera de toda lógica.
Su desaparición era un paso natural que, ahora, deja en manos de las universidades la obligación de preparar buenos locutores en sus aulas para mejorar los contenidos de los medios pero también exige de las empresas la contratación personal capacitado y preparado liberando al Estado de esa supervisión.
Contar con un certificado de locución ya no garantizaba que hubiera calidad en la radio y la televisión (como evidentemente puede notarse) e incluso podía servir para limitar el acceso a esos espacios a voces “incómodas” al sistema político a través de negarles el documento.
La eliminación del certificado es un paso adelante en la democratización de los medios masivos que, no obstante, llega cuando los medios digitales ya habían superado esa barrera y abierto ventanas a la cerradura de puertas que los otros habían impuesto ¿eso mejorará o empeorará la calidad informativa? Lo sabremos al tiempo.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 8 de febrero de 2016

Las estúpidas fotomultas / Columna

De medios y otros demonios

Las estúpidas fotomultas

J. Israel Martínez Macedo

Aunque por el título pudiera parecer lo contrario, no se trata de un berrinche (como ha habido tantos otros) en contra de las fotomultas del gobierno mexiquense solo hago una descripción que define el nivel de tontería que ha implicado su aplicación.
Ya los conductores se habían manifestado respecto a que las boletas de infracción señalan sanciones por viajar justo en el límite establecido y que, después de quejarse, empleados del gobierno alteraban los documentos modificando el límite de velocidad indicado.
Después las redes sociales hicieron circular una nueva fotomulta estúpida que le fue impuesta a José Valdés Flores, una persona que falleció hace ocho años y que, según la denuncia en Facebook, “nunca tuvo un automóvil de lujo”.
Ahora, la semana pasada, apareció otra imagen de una fotomulta en la que se indica que como fecha en la que ocurrió (ocurrirá debería decir) la infracción el 01 de abril de 2016, es decir, se está multando por una falta futura ¿“Minority Report”?
El tema de las fotomultas no es un asunto de congruencia entre los límites de velocidad y el tipo de vialidad en la que se encuentran (aunque dicho sea de paso es absurdo que la lateral de Tollocan tenga un límite de 50 km/h y los carriles centrales de 40 km/h), es un tema de la fiabilidad en la evidencia.
Nadie puede argumentar que los límites de velocidad deban aumentar solo porque yendo más despacio se le hace tarde o que, a su criterio, las vías rápidas deban ser de más de 80 km/h; en ese sentido las fotomultas cumplen con una función de seguridad vial.
El problema es que la evidencia en que se sustentan las sanciones no cumple con las características necesarias para considerarse fiable pues tiene demasiadas fallas que hacen que el documento sea ampliamente cuestionable.
Aunque incluya una fotografía, las evidencias que circulan en redes sociales demuestran que no se puede confiar en el documento porque: 1. Es fácilmente alterable por quien sanciona, 2. Nadie puede garantizar que los datos sean correctos (como sí se puede garantizar que la fotomulta del 01 de abril próximo es ficticia).
Sin evidencia la sanción no debe ser establecida, pero no obstante el gobierno.
Aunado a ello está el tema del uso de la información, los conductores autorizaron al gobierno mexiquense el manejo de sus datos pero no que sean entregados a una empresa privada que opera el sistema de fotomultas.
Cuenta también la indolencia cómplice de lo que debería ser la oposición en la entidad y que, hoy, es una sumisa y silenciosa comparsa que se limita a acompañar al Ejecutivo sin cuestionar y demostrando que en el Estado de México la democracia es pura y llana ficción.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 1 de febrero de 2016

Sí, hay que estar indignados / Columna

De medios y otros demonios

Sí, hay que estar indignados

J. Israel Martínez Macedo

Qué tunda le dieron a Andrea Legarreta en las redes sociales luego de que tratara de justificar una mención en el program “Hoy” y que burdamente intentaba explicar las razones por las cuales se estaba dando el incremento en el precio del dólar estadounidense.
Legarreta tiene razón, ella solo es una lectora de teleprompter que repite al aire las palabras que otros escriben porque para eso se preparó y le pagan; su único mérito es caerle bien a cierto segmento de amas de casa que le creen lo que sea que ella diga, ese es su valor real en el medio.
La virulencia en la reacción y descalificación solo encuentra lógica en el impacto que tiene en ese segmento de la población que todo lo cree y nada cuestiona; y que en sus pláticas todo lo argumenta diciendo “lo dijo Andrea el otro día”.
Pero atención, el ataque a Legarreta no ocurrió cuando hizo la mención a la “versión oficial” sino cuando trató de justificarla; es decir, cuando reaccionó a comentarios negativos a través de un tuit (que después borró), eso detonó la andanada de mensajes y memes respecto a la capacidad de la conductora como “analista” de economía.
El enojo sobre estos comentarios de Andrea Legarreta es, por decir lo menos: inocente. ¿De verdad es necesario descalificar de esa manera a quien ni siquiera está calificado? ¿En serio?
Es curioso como los “críticos” de las redes sociales se dejan llevar por el juicio fácil y replican comentarios falaces o sinsentido pero que suenan como algo bien pensado o que aparente ser exigente.
Por ejemplo: una fotografía que circula principalmente en Facebook muestra una familia acribillada por el narcotráfico en Oaxaca, está acompañada de un texto en el que se recrimina a los usuarios de las redes por no indignarse contra el gobierno por este hecho.
¿Dónde está el problema aquí? De inicio, es absurdo señalar a un responsable y luego decir que (todos) debemos molestarnos con otro.
Dicho de manera simple: si el narcotráfico mató a esas personas ¿no sería lo lógico estar molestos con los narcotraficantes, sicarios, vendedores y consumidores de drogas que, en conjunto, han creado un ecosistema cuyo entorno nos afecta a todos?
Claro que el gobierno tiene responsabilidad en su incapacidad de atender la demanda de seguridad, pero también es cuestionable una sociedad que agota la producción de horrorosas camisas solo porque las usó un delincuente u otro.
Sí hay que estar indignados, indignémonos por cómo criticamos sin pensar, sin razonar, sin comprender y solo por el hecho de creer que con ello se es más ciudadano que otros; por enaltecer criminales que son más responsables de la situación de violencia que la real incompetencia de las autoridades; eso, como sociedad, sí que es realmente indignante.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

PRESUNTO CULPABLE (completa)