"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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viernes, 20 de junio de 2014

Eeeeee: ¡PUTO! / Columna

En mi opinión

Eeeeee: ¡PUTO!

J. Israel Martínez Macedo

“Grito de guerra” le han llamado algunos; ofensa, los otros. Una manifestación que no es nueva ni pretende la transgresión de nada ha metido a la FIFA, las distintas ligas de la decencia, las organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales y a millones de mexicanos en un debate que ni es menor, ni es tan grave y, quizá, ni siquiera sea lo que parece.
Es cierto que el famoso grito futbolero que le ha dado la vuelta al mundo tiene una connotación despectiva en su origen dado que surge como modo de interacción para minimizar al rival en aras de involucrar a la afición en la participación de un encuentro deportivo.
Dicha connotación deriva de una manifestación verbal en la que la nomenclatura utilizada refiere a un hombre que mantiene una relación de tipo sexual con otro hombre, desde esa perspectiva, la expresión suele entenderse en tono despectivo y hasta agresivo pero ¿es la única forma de entender la palabra “puto”?
De inicio, la palabra se considera como de uso vulgar pero no con ello menos cotidiana, en México, “Puto” también tiene la connotación de una persona miedosa, cobarde, atemorizada: “Orale, pinche puto”, “No le saques, puto”, “Qué puto te viste” son sólo algunas expresiones que refieren, en la práctica, una significación distinta a la homosexualidad.
“Puto”, entonces, no tiene que ver exclusivamente con un hombre homosexual, por el contrario, quienes están vendiendo esa imagen son, precisamente, los grupos que estigmatizan la expresión colocándola como referente de una forma equívoca de expresión.
Con justa razón, los homosexuales varones se podían sentir aludidos en la referencia de esta palabra, más cuando la Real Academia Española (RAE) lo definía como un sustantivo masculino que significaba “Hombre que tiene concúbito con persona de su sexo”.
Cabe la mención de que la definición de la RAE en ningún momento indica que la connotación del uso de la palabra sea en tono despectivo, agresivo, inquisitivo o, incluso, en tono de burla; como sí hace con otras palabras en las que hace manifiesta tal situación, por ejemplo el caso de “Maricón” que se define como “insulto grosero con su significado preciso o sin él”.
Incluso, las enmiendas que la RAE hace para su vigésima tercera edición eliminan por completo cualquier referencia a la homosexualidad en la palabra “Puto” y lo más cercano a un uso sexual tiene que ver con su aplicación como sustantivo masculino de “sodomita” (que practica la sodomía) y como sustantivo masculino de “prostituto” al que define como “persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero”.
De este modo, en estricto sentido semántico, no hay elementos para considerar que “Puto” tenga que ver, de algún modo, con una expresión discriminatoria a la homosexualidad hacia cualquier elemento en el campo de juego o cualquier otro lugar por el simple hecho de que, semánticamente, puto no significa homosexual.
Ahora bien, queda la parte del lenguaje referente a la pragmática que involucra no sólo el significado semántico sino el uso que un grupo hace de la palabra. En este sentido, ya hemos comentado la referencias en las que el mexicano (como colectivo) utiliza comúnmente de la palabra “Puto” y cómo es que esta no solo aplica para indicar homosexualidad sino también temor.En este sentido, se nota que la FIFA no está tomando en consideración la naturaleza festiva, irreflexiva y “ligera” del mexicano que no da mayor importancia a asuntos que considera irrelevantes en la pragmática cotidiana pero que, en términos de significación y contexto en algunos ámbitos como el político y el social, alcanzan repercusiones de relevancia.
El mexicano (colectivo) es fiestero, diracharero, pícaro y “valemadrista” (aplica la expresión en el caso). Le interesa el ambiente en las gradas, la diversión y el espectáculo antes de reflexionar si será políticamente correcto gritar una porra o un cántico que alguien más pueda interpretar como ofensivo.
Negar esta forma de ser del mexicano, es negar la esencia misma de una parte fundamental de nuestra cultura. Se trata de un pueblo que es capaz de burlarse, reír y festejar a la misma muerte; que bromea y hace mofa de su propia desgracia y que, por consiguiente, poca atención pone en si esa mofa resulta ofensiva a los demás.
De este modo, para aplicar una sanción, la FIFA deberá demostrar, sin espacio a duda alguna, que la referencia de la afición mexicana de la palabra “Puto” es exclusiva y directamente a modo de insulto hacia los jugadores por decirles que son homosexuales, pero cuidado, se juega en un terreno muy pantanoso en el que también se puede inferir que la Federación Internacional de Futbol Asociación considera el ser homosexual como un agravio a una persona lo que, definitivamente, no puede ser.
Es entendible que la FIFA procure vincular una situación de respeto en las canchas en una abierta cruzada contra el racismo y otros tipos de discriminación, pero también debe ser prudente para no resultar “más papista que el Papa”.
De igual modo el Conapred, en México, ha aprovechado la coyuntura para sacar raja política de un hecho que en nuestro país tiene muchos años ocurriendo y sobre el cual no había hecho comentario alguno sino hasta que la oficina antidiscriminación de la FIFA alzó la voz.
Erróneamente el Conapred realiza argumentos de defensa que reflejan posturas más bien sexistas; por ejemplo: “es una forma de equiparar a los rivales con las mujeres, una forma de ridiculizarlas en un espacio deportivo que siempre se ha concebido como casi exclusivamente masculino”.
¿”Es una forma de equiparar a los rivales con las mujeres”? ¿Acaso Conapred está afirmando que equiparar a un rival con una mujer es despectivo, una “calificación negativa”, un estigma y una minusvaloración como calificó el grito de “Puto”? Por que eso es lo que parece decir en su alegato.
El Conapred, al igual que la FIFA, otorgan una significación de homosexualidad que, al menos semánticamente, la palabra no tiene y que en el uso específico no es posible determinar si se trata de una referencia a una homosexualidad o a una cobardía.
Identificar en qué momento “Puto” significó pragmáticamente lo mismo un tono despectivo de homosexual masculino que de cobardía, tampoco tiene relevancia en el contexto de tratarse de una expresión vulgar (es decir, que no tiene aplicación en el uso culto del lenguaje) cuya interpretación requiere información de contexto que, en este caso, no se tiene.
La interpretación de la palabra “Puto” como referencia a la homosexualidad, la han hecho de manera arbitaria en este caso la FIFA (a través de su oficina antidiscriminación y a partir del criterio del comisario del partido México vs Camerún que realizó el reporte) y el Conapred, que ha visto una buena oportunidad para atraer los reflectores hacia sí en un hecho del que había sido cómplice por omisión durante los últimos años en nuestro país.
A final de cuentas “Puto” no es homosexual, no significa homosexual ni, al menos lingüísticamente, no refiere homosexualidad; por lo tanto es incorrecto, en ese sentido, querer hacer creer que, a través de esta palabra, se puede generar un acto de discriminación.
Se trata, sí, de una manifestación colectiva reflejo de una cultura poco reflexiva, irreverente, burlona y festiva que puede ser, incluso, comprendida como inmadura pero que, difícilmente arroje evidencia de desprecio a alguna característica no futbolística de los jugadores en la cancha; claro que de no ser así… Pues qué puto.

Twitter: @Mega_J_Israel_M
j.israel.martinez@gmail.com

2 comentarios:

  1. Efectivamente, la cuestión radica en el significado que se le dá a la palabrita, fracesita o expresión por parte de la afición mexicana, nunca se ha tratado de señalar o agredir al portero en cuestión o jugador alguno, esa palabrita la usamos para muchas cuestiones, como bien lo señalas, solamente es parte de la parafernalia del ambiente futbolero, escénica cultural, burlona y picaresca, una manera de participar y de "siscar" al oponente desde la tribuna, contribuir a que el rival se equivoque, por que al fin y al cabo a todos los que nos gusta el fut, somos el jugador numero 12, y así y solo así, nuestras esperanzas de ganar la partida va exaltada con este tipo de expresiones que pudieran parecer despectivas, pues si, pero son mas bien divertidas y picantes, por que sentimos que si no lo hacemos es como comerse un taco, una gordita de chicharrón o unas enchiladas sin agregarle la salsa. Saludos mi Mega, me encanto tu columna y la reflexión al respecto. Un abrazo poderoso... "oh como la ve puto...acá y aká..?! jejeje

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J. Israel Martínez Macedo

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