"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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Gabriel García Márquez

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lunes, 29 de agosto de 2011

México: mi causa / Columna

De medios y otros demonios

México: mi causa

J. Israel Martínez Macedo

Cuentan los libros de historia (a grandes rasgos) que el proceso evolutivo del hombre lo llevó a agruparse para su protección aunque dependía de las condiciones climáticas para alimentarse. La humanidad fue nómada hasta que encontró la forma de mantenerse en un mismo lugar donde desarrollaba prácticamente toda su vida.
Después de eso la historia se desarrolla básicamente de la misma manera: un grupo (o su líder) ambiciona una porción de terreno ocupada por otro y lo ataca para apropiársela y luego defenderla de otro agresor, dice una frase que le escuché al finado Facundo Cabral “El conquistador se vuelve esclavo de lo que conquistó; es decir: que jodiendo, se jodió”.
Con el avance de la “civilización” las guerras ya no fueron por el territorio sino por el control de lo que en ese territorio ocurría, ya no era importante poseer sino controlar, el poder por encima del capital.
¿A qué viene toda esta perorata? A que parece que en México el fenómeno se presenta en sentido contrario, es decir, ocurre una involución.
En México, aquella sociedad en la que se preocupaban unos por otros, por ver que el vecino esté bien, en la que la gente tenía la buena costumbre de saludarse en la calle aunque no se conocieran, se está perdiendo… es un México en peligro de extinción.
No es algo que ocurrió de la noche a la mañana. No es un problema de uno, dos o cinco sexenios; de uno o varios partidos. Es un fenómeno que se fue gestando poco a poco y con factores imperceptibles en su momento.
Nos fuimos centrando en el beneficio personal más que en el social y como resultado retrocedimos en el tiempo. Ahora las familias vuelven al nomadismo escapando de la inseguridad o en la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo y desarrollo. Ya no hay pertenencia.
Como daño colateral perdimos el concepto de México. ¿Qué es México? ¿Quién es o quiénes son México? Se vuelven preguntas cada vez más comunes pero, al mismo tiempo, más difíciles de contestar.
Retrocedimos en nuestro proceso evolutivo como país y perdimos el concepto de lo que es México. ¿Qué festejaremos este 15 de septiembre? No es un grito de independencia porque no dependemos de nosotros, no es un grito de libertad porque no somos libres de hacer, actuar o movernos dentro de nuestro territorio.
Pero México es más que todos estos problemas. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, la gente que está en las calles. Es el concepto de nación por el que un día valió la pena luchar. No se trata de salir a la calle y tomar las armas para enfrentar al crimen, así sólo nos convertimos en ellos.
Se trata de renunciar a ese estilo de vida que nos lleva a tener miedo; a cambiar la actitud; a responder un insulto con una sonrisa; a recordar las caras, nombres, momentos por los que vale la pena salir todos días a mejorar al país, a hacerlo desde nuestro espacio. Yo lo haré desde mi lugar, mi trabajo, con mis alumnos, con quienes me rodean. Porque este país no le pertenece al narco. México es mi país, México es mi causa.

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sábado, 27 de agosto de 2011

¿Dónde perdimos a la sociedad? / Columna

De medios y otros demonios

¿Dónde perdimos a la sociedad?

J. Israel Martínez Macedo

Lo ocurrido en el Casino Royale de Monterrey puso en el centro de la discusión un tema que sólo se trata tangencialmente cuando se habla de violencia en nuestro país: la descomposición social. Se nos hace fácil culpar a las autoridades de todo lo que ocurre sin hacer una reflexión de nuestro papel en el problema.
Uno de los puntos que abona a la situación a la que hemos llegado en el país radica en que dejamos de ser sociedad y nos hemos convertido en un conjunto de comunidades cuyos integrantes cumplen sus funciones de manera individualizada y sólo pensando en el objetivo personal.
Desde ahí comienza el problema en México. No nos interesa lo que le pase a los demás porque no los consideramos parte de nosotros, de nuestra sociedad. Como si pobres y ricos, los del norte y los del centro, los de un partido y los de otro fueran (fuéramos) todo, menos mexicanos.
Es difícil hablar de descomposición social porque parece que ya no hay sociedad qué descomponer. Somos un conjunto de comunidades que sólo miran por su beneficio personal, a eso nos hemos reducido y estas son las consecuencias de ello.
Ya no importa el desarrollo para todos, sólo si nos ha beneficiado a nosotros y, si acaso, a los nuestros. Nos olvidamos de la solidaridad y el apoyo entre nosotros, en algún momento nos perdimos como sociedad y por eso nos polarizamos.
Nos hemos llenado de odio y nos volvemos intolerantes. Polarizamos todo lo que pasa y lo pasamos por la mirilla de “bueno” o “malo” y buscaos culpables de nuestro mal: nos victimizamos porque es más fácil que asumir nuestra responsabilidad en todo esto.
Un ejemplo: en el caso del homicidio de Ángel Castillo y su hijo, una fuente cercana a la investigación informó que uno de los menores de edad responsables del homicidio y otros 400 robos, no sólo fue descubierto por un familiar en sus actividades delictivas sino que fue incitado para llevarlas a cabo.
¿Cuántos padres no sólo compran piratería para sus hijos sino que hasta los llevan a escoger la película que quieren o que está en cartelera porque “sale más barato”? ¿Sabrán que éste es un negocio que le deja a la delincuencia organizada 500 millones de dólares que se reinvierten en balas y armas?
Se nos ha hecho fácil buscar culpables, tener a quién acusar. Hoy es Calderón, Peña Nieto, Ebrard; no importa su ideología, siempre y cuando cargue con nuestras culpas. Así no habrá cambios. Ocurrirán muchos ABC, muchos Casinos Royale, muchos secuestros, robos, violaciones y todo porque nos perdimos como sociedad.
“El que esté libre de delito que lance la primer crítica”, apuesto que todos tenemos algo que nos deje callados. De nada sirve salir a las calles si no cambiamos primero nuestras actitudes. Llegó el momento de responsabilizarnos y corregir, sólo esperemos que no sea ya demasiado tarde.

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miércoles, 24 de agosto de 2011

Enojo independentista / Columna

De medios y otros demonios

Enojo independentista

J. Israel Martínez Macedo

La situación de inseguridad en todo el país ya no es un asunto que se pueda tapar con un dedo. Los distintos gobiernos (municipales, estatales y federal) dan argumentos vacíos para justificar los secuestros, homicidios, robos a mano armada, extorsiones, balaceras y todo eso que no pasa pero que nos tiene a los mexicanos contra la pared.
Muchas han sido las muestras de enojo y malestar que se han presentado, la perorata de los aztecos el sábado pasado (dentro de su falta de profesionalismo) es un reflejo del sentir del común de la gente.
Las redes sociales se llenan de twits y comentarios en contra de la inseguridad, todos con el común de una exigencia al gobierno pero todos, también, reacciones con odio y violencia verbal.
En algún momento de su lucha, cuando Inglaterra abusaba de los hindúes, Gandhi dijo: “No hay un camino hacia la paz, la paz es el camino” y lo mismo aplica para lo que vivimos en México.
No es con más odio que se puedan solucionar los problemas, aprovechando cualquier situación para desfogar pasiones y lanzar cualquier cantidad de insultos y vituperios a las autoridades, a los delincuentes, al vecino que tiene la luz encendida, al jefe que presiona para trabajar y a todo el que se nos ocurra en el momento de ira.
Dentro de toda esta inconformidad corrió en Facebook una propuesta por demás interesante, en los distintos muros comenzó a circular una idea que se aleja de las tradicionales marchas que se llenan de agresión y odio y sólo sirve como un instante de catarsis y nada más.
La propuesta dice a la letra (mayúsculas de origen): “ESTAS HARTO DE LA VIOLENCIA!!!!! ESTE “15 DE SEPTIEMBRE” DEJA SOLO (sic) AL GOBERNADOR Y A LOS PRESIDENTES MUNICIPALES EN EL ZOCALO (sic), COMO GESTO DE PROTESTA DE TODOS LOS MEXICANOS!!!! FESTEJEMOS EL GRITO DE INDEPENDENCIA EN CASA CON NUESTRAS FAMILIAS. SI ESTAS DE ACUERDO, PEGALO EN TU MURO!!”.
La idea no sólo es viable sino que rompe con el esquema de odio con una simple y sencilla idea “les has perdido confianza, no los acompañes en el festejo” suponiendo, sin conceder, que tuviera aceptación y la gente no acudiera a los festejos, imaginemos por un instante que de verdad la gente está tan molesta que no vaya ¿qué pasaría?
¿Los gobernadores, alcaldes y el Presidente saldrían a sus respectivos balcones a gritar “¡Viva México!” sin que hubiera quién les replicara? ¿A poco no sería interesante ver que las plazas no se llenaran o, más aún, estuvieran vacías, sin quién les festejara su incapacidad de ofrecer seguridad pública?
Sin insultos, sin vituperios, sin descalificaciones… sin violencia. Simplemente festejando con nuestras familias, con nuestros seres queridos. En reuniones con familiares o amigos que hace mucho no vemos, una especie de “Año Nuevo Mexicano” sin alardes ni reclamos, simplemente estamos con quienes debemos estar, con los nuestros. Suena interesante, otro tipo de manifestación. Un silencio que puede ser más poderoso que cualquier grito ¿será posible?

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lunes, 22 de agosto de 2011

Exhibidos en vivo / Columna

De medios y otros demonios

Exhibidos en vivo

J. Israel Martínez Macedo

La tarde-noche del sábado el futbol profesional en México fue alcanzado por la violencia en que se encuentra sumido el país. Uno de los refugios en el que buena parte de la población lograba evadir por unos instantes la realidad en la que vivimos perdió su imagen sagrada e intocable al ser el estadio de Santos de Torreón lugar de una balacera.
Independientemente de las investigaciones del hecho —que autoridades locales aseguran ocurrió afuera pese a las imágenes fotográficas que circularon en las redes sociales y en internet donde se observan huellas de disparos en el interior del inmueble— una de las quejas, precisamente de los usuarios de las redes fue la cobertura informativa.
El partido era transmitido en vivo por la señal de TV Azteca, casi al llegar a los 40 minutos de tiempo corrido se escuchan disparos, un jugador de Santos se tira al suelo y todos los demás así como el cuerpo arbitral salen despavoridos hacia el acceso a los vestidores.
En las gradas se ve a la gente tirándose al suelo y resguardándose detrás de las butacas durante el minuto y medio, casi dos minutos, que se escuchan las detonaciones en la transmisión.
Después de eso se ve a la gente saltándose a la cancha (cabe hacer la mención que el estadio de Santos no tiene malla ciclónica alrededor del terreno de juego) para resguardarse en las bancas de los equipos o detrás de los letreros de anuncios publicitarios.
La transmisión de TV Azteca generó malestar entre los usuarios de las redes sociales y esto se debe a una simple situación: estando en el lugar de los hechos, en el momento justo, cuando se debe informar a la gente lo que está ocurriendo, la televisora del Ajusco cortó la transmisión para dar paso a un refrito de bromas de mal gusto. En el momento más critico hacer bromas, pfff.
Los comentaristas deportivos se vieron sorprendidos y entraron en pánico, lo que se notó con las opiniones que realizaron una vez que los disparos dejaron de escucharse, se llenaron la boca con reclamos personales, se olvidaron de su responsabilidad informativa (esa misma a la que aluden cuando exigen una entrevista), maldijeron la situación que se vive en el país y siempre en un tono de reclamo y transmitiendo su impotencia.
En las redes sociales los usuarios destacaron que Azteca haya cortado la transmisión dada la relevancia del hecho que estaban testimoniando, sin informar cómo estaba la gente en el estadio, sin investigar si los disparos fueron realmente fuera del inmueble y ni qué decir de la forma en que trataron el asunto sus comentaristas que, lejos de realizar una actividad periodística parecía más como si se tratara de una apología al miedo.
A final de cuentas la empresa demostró que su interés es netamente comercial y que, dado que el espectáculo había terminado y sólo quedaba informar, pues mejor cortar la transmisión; pero también queda en duda la capacidad y preparación de los comentaristas deportivos para atender una situación que sale de su control y su muy limitado dominio informativo. Se vieron mal y la gente aún se los reclama.

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domingo, 21 de agosto de 2011

Más nombres en el juego / Columna

De medios y otros demonios

Más nombres en el juego

J. Israel Martínez Macedo

En el devenir cotidiano siempre llegan los rumores y los cotilleos, continuando un poco con el asunto de ayer, existen áreas estratégicas que, por eso mismo, son altamente disputadas, y que además dejan ver cómo será el siguiente periodo en la administración estatal.
Una de estas posiciones es, sin duda, el área de Comunicación Social, que si bien no es una Secretaría en específico alcanza ese valor porque, además, desde esta administración aglutina y coordina todas las áreas relacionadas con el gobierno mexiquense.
Este bastión de control informativo es una de las principales manzanas de la discordia, la apuesta es que la posición será para el gobernador saliente por lo que existe la posibilidad de que personal del actual equipo de trabajo continúe con la labor que David López dejará vacante para dar continuidad al proyecto de 2012.
Con este antecedente los reflectores se enfocan en Roberto Calleja pero atención: ningún coordinador de campaña en las últimas dos administraciones ha encabezado el área de Comunicación Social, de seguir esta tendencia ésta no sería la opción.
Sobre la inclusión de Ernesto Nemer en el gabinete de Eruviel Ávila, la posibilidad es muy baja por dos razones: en primer lugar ocupa un sitio estratégico en las aspiraciones presidenciales de 2012 pero además para las elecciones locales del año que viene.
En segundo lugar, la eficiencia en el control de la Cámara local lo ata de manera definitiva a esa posición, en un momento tan complicado, el priismo mexiquense no puede jugarle al malabarista y cuenta con un negociador de primera línea en la figura de Nemer Álvarez.
Pese a todo, por primera vez en varios cambios de sexenio, el abanico de posibilidades es bastante amplio para los priistas. Quienes no tengan cabida en el gabinete estatal pueden aspirar a ser contemplados en el proyecto llamado Presidencia de la República y aún así, cuentan con la opción de las senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales y alcaldías para el mismo proceso.
Habrá quienes se quieran victimizar y decir que se les excluye o ignora pero en realidad podría ser “caer para arriba” que le dicen.

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sábado, 20 de agosto de 2011

El juego de los nombres / Columna

De medios y otros demonios

El juego de los nombres

J. Israel Martínez Macedo

A partir de esta semana y hasta que se haga el anuncio oficial, cualquier cantidad de nombres de funcionarios, políticos, priistas, pvemistas, panalistas, líderes sociales, similares y conexos de todas partes del estado estarán ocupando una u otra, u otra, u otra Secretaría del gobierno mexiquense.
La incertidumbre se ha adueñado del ambiente político, quienes tienen más experiencia en el juego saben que las cartas están sobre la mesa y los distintos grupos recibirán sus respectivos espacios para mantener, en la medida de lo posible, la unidad que los llevó al triunfo.
De entrada es un hecho que se alcanzó un acuerdo que dejó, si no conformes, sí tranquilos, en primera instancia, a los priistas de toda la entidad: 70 por ciento de las posiciones para los del Valle de Toluca, el resto para los del Valle de México.
Algunos nombramientos ya se dan por hechos pero son los menos, por ejemplo: cruzando información, se habla de que el diputado Héctor Velasco está más que seguro en Desarrollo Agropecuario mientras que el legislador priista del Partido Verde, Miguel Sámano tiene su lugar en Medio Ambiente.
Después vienen los que van a repetir, si no en el cargo, sí en el gabinete. Entre estos nombres suenan: Fernando Maldonado (quien sería el único en sobrevivir tres administraciones consecutivas), Carolina Monroy, Martha Hilda González y Raúl Murrieta.
De ahí arrancan las especulaciones. Se escuchan en los pasillos los nombres de dos alcaldesas: Ana Lilia Herrera Anzaldo y Azucena Olivares, la primera para Desarrollo Social (puesto en el que ya tiene experiencia) y la segunda en Desarrollo Metropolitano.
Dentro de los nombres que suenan con fuerza se encuentra el de Enrique Jacob y Manuel Cadena, aunque ambos son acomodados en distintas Secretarías dependiendo de la fuente de referencia, incluso a Cadena se le coloca el Desarrollo Metropolitano, disputando la plaza con Azucena Olivares.
La del Transporte es de las más peleadas para el siguiente periodo. No es ilógico, los transportistas se encuentran en ebullición y saben que el conflicto se puede resolver colocando a una de sus huestes. Por obvias razones Axell García está descartado pero suena fuertemente el nombre de un líder del transporte con un fuerte vínculo fraterno a la dirigencia del priismo mexiquense.
La joya de la corona en esta ocasión es la General de Gobierno y el escenario es complejo: por un lado Peña Nieto no puede ni debe soltar esa posición en sus aspiraciones—no declaradas ni negadas— a 2012, por lo tanto existe la probabilidad de que Luis Miranda continúe, ha sido eficiente y sobre todo leal.
El segundo escenario es para que Eruviel asuma un control de su gobierno y entonces coloque a algún personaje de toda su confianza pero se estima poco probable. El tercero es que haya una renovación pero siempre de alguien afín al gobernador saliente. Difícil situación.
Salud, Educación, Turismo, Comunicaciones, Agua y Obra Pública, Desarrollo Urbano, Desarrollo Económico y Contraloría son moneda de cambio para cumplir compromisos contraídos y nada más.
Por antecedente, la PGJEM queda intacta, por lo menos los primeros meses de gobierno.

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lunes, 15 de agosto de 2011

Efecto mariposa / Columna

De medios y otros demonios

Efecto mariposa

J. Israel Martínez Macedo

La delgada línea que separa a los medios de los políticos fue rebasada en México los últimos años. Tradicionalmente se decía que los medios fungen como un cuarto poder, otros insisten en que su función debe ser más la de un contrapoder; en cualquier caso ambas coinciden en que deben mantener distancia en su relación con los Poderes.
Normalmente se cuestiona —y mucho— cuando un medio, un periodista, el conductor de un informativo; acerca demasiado su relación a la figura de un político, un partido, un gobierno o un Poder del Estado pero entre pares a veces prefieren “dejar hacer, dejar pasar”.
El tema no es sencillo porque se desenvuelve en un ambiente delicado en el que las relaciones medios-política tocan y trastocan los límites entre las relaciones trabajo-amistad pero se vuelve trascendental porque el afectado es el lector, el televidente o el radioescucha que sospecha de este vínculo y pierde la confianza en el medio.
El problema es que la desconfianza orilla a un sentimiento de soledad, de individualidad, la persona ya no se siente parte de nada, todo le molesta y piensa que todo está mal porque simplemente ya no cree que pueda ser de otra manera.
El medio es responsable de que la persona se haya individualizado en su forma de ser, de sentir o de pensar, pero sobre todo, que deje de ser parte de la sociedad a la que pertenece, que no tenga vínculos que lo unan a los demás o que no haya identidad (más precisamente: identidad nacional).
El fenómeno genera un excelente caldo de cultivo para el desarrollo de delincuencia, violencia, impunidad y cualquier otra situación que termina revirtiéndose contra la propia sociedad. La gente sólo se preocupa por estar bien, por no tener conflictos con otros o que esos conflictos no le afecten, por no ser víctima de la delincuencia, por tener qué comer y porque los demás no lo fastidien.
Esa forma de ver las cosas termina por generar un lugar en el que la impunidad se desarrolla sin problema porque a nadie le importa el caso en tanto no le afecte directamente, de tal forma que todo puede suceder siempre y cuando “a mi no me haga nada”.
En ello radica la responsabilidad de los medios, el cuidar la sana distancia con los políticos y los partidos es mantener esa esencia de contrapoder, de respetar los límites entre el trabajo y la amistad. No significa que un periodista no pueda ser amigo de un político, significa que un periodista no debe dejar que esa amistad influya en su trabajo y que sea capaz de informar, aún cuando esta información afecte a su amigo el político: “no es personal, es trabajo”.
Complicado, por supuesto, pero la necesidad de cumplir con la sociedad lo reclama, lo exige, los medios también son responsables de la situación que se vive en el país, una especie de “efecto mariposa” cuya implicación radica simplemente en actuar apegado a los cánones dejando la amistad en un lugar y el trabajo en otro, cada cual en su justo sitio, nada más.

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sábado, 13 de agosto de 2011

"Cuestión de honor" / Columna

De medios y otros demonios

“Cuestión de honor”

J. Israel Martínez Macedo

En la lucha contra la delincuencia organizada el Ejército, y ahora las policías federales y estatales, han incurrido en actos de abuso de autoridad y exceso de violencia contra ciudadanos que, sin deberla ni temerla, resultan víctimas de esta “guerra-no guerra” que emprendió Felipe Calderón y a la que se suman y se desligan los gobernadores y políticos según les sea conveniente.
La forma en que se libra esta batalla da mucho de qué hablar. Por un lado hay un grupo que exige que la confrontación se detenga y se busquen otras formas de combatirlos, eso sí, sin presentar una sola propuesta (dentro de la ley) de cómo o con qué sustituir esta estrategia.
En contraparte están los defensores a ultranza del sistema y sus decisiones, viven atemorizados por los ataques de la delincuencia, han sido víctimas o simplemente hacen suyas las acciones que se ven en los medios y justifican bajo argumentos como “el no quejarse de los efectos secundarios”.
El tema salta a debate luego de que durante el operativo en el que la PGJEM realizó la detención de Óscar Oswaldo García Montoya “El Compayito”, se hiciera pública la invasión de tres casas, una de ellas, perteneciente al poeta Efraín Bartolomé y de la que los elementos sustrajeran un reloj Omega Speed Master Profesional.
El hecho suscitó que una mujer enviara una carta a un programa radiofónico en la que señala, en líneas generales, que siempre nos quejamos de que las autoridades no hacen nada contra los delincuentes y cuando actúan, también nos quejamos por las acciones que llevan a cabo.
El argumento remite irremediablemente a aquella escena final de la película “A Few Good Men” (traducida en México como “Cuestión de Honor”) en la que el coronel Nathan Jessep (interpretado por Jack Nicholson) responde al teniente Daniel Kaffee (Tom Cruise) sobre una sanción ilegal a uno de los soldados bajo su mando. En su discurso Jessep declara: “no tengo el tiempo ni el deseo de explicar mi conducta a un hombre que vive y duerme bajo la libertad que yo le proporciono y luego cuestiona el cómo se la proporciono, sería mejor que me dijera gracias y me dejara en paz, de otra forma le sugiero que tome un arma y vigile un muro”.
Cabe preguntarse: ¿cuántas casas son cateadas, robadas y sus habitantes abusados en su propio hogar en la búsqueda de presuntos delincuentes? ¿De qué sirven los “grupos de inteligencia” si se sigue actuando por pitazos o informantes que buscan negociar luego de ser detenidos? ¿Qué clase de policías tenemos que aprovechan esos momentos para incurrir en actos de vandalismo y pillaje?
Las autoridades y los elementos en cada operativo deben responder a un código de comportamiento para no convertirse precisamente en aquello que combaten, sí es una cuestión de seguridad, de confianza en ellos pero también es una “cuestión de honor” (porque deben tenerlo), a menos claro que la idea sea que cada uno de nosotros “tome un arma y defienda su propio muro”.

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martes, 9 de agosto de 2011

¿Lo merecemos? / Columna

De medios y otros demonios

¿Lo merecemos?

J. Israel Martínez Macedo

La mañana de este lunes un artefacto explosivo detonó en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Estado de México (ITESM CEM), hasta el momento no se ha revelado cuál podría ser el móvil del ataque y las investigaciones se mantienen en absoluto secreto a petición, dicen, de la institución.
Independientemente del resultado, se nos está haciendo cada vez más común en el Estado de México observar homicidios, ejecuciones, asaltos y un incremento desmedido en los niveles de delincuencia pero, peor aún, de violencia en los actos delictivos.
Y es que estamos cayendo en el ocultamiento con fines políticos de los actos delictivos en una época en la que, quieran o no, todo se sabe.
Por ejemplo, hace unos días ocurrió una balacera en la vialidad Las Torres y Díaz Mirón en la que, aparentemente, estuvo involucrada una Grand Cherokee negra. Oficialmente, el reporte de las autoridades estatales y municipales es que eso no pasó, extraoficialmente, las redes sociales (principalmente Twitter) dieron cuenta de los hechos en el momento o posteriormente cuando la gente preguntaba qué había pasado con eso.
Lo mismo ocurrió con el asalto de un Oxxo en la zona centro de Toluca, en la persecución se suscitó una balacera pero el reporte policíaco indicó que no, que simplemente no hubo disparos y ya.
Lamentablemente ya no importa la hora, el día o el lugar; la delincuencia se apropia lenta pero firme de cada espacio público que encuentra en tanto que la policía ya no se da abasto, prefiere hacerse de la vista gorda o, como en los dos casos anteriores, negar que algo así esté ocurriendo.
La Zona Oriente de la entidad reporta un cadáver torturado o resultado de una ejecución a plena luz de día al menos cada 48 horas, en la Zona Metropolitana del Distrito Federal (llámese Nicolás Romero, Cuautitlán Izcalli, Cuatitlán México, Tlalnepantla, Atizapán y Naucalpan) ya de plano se optó por reconocer que hay una disputa territorial entre células de dos cárteles y que por eso hay tanto muerto.
En el Valle de Toluca los casos no se presentaban con tanta regularidad hasta que en esta mismo fin de semana se registraron cinco casos que se presentan como el aparente inicio de una racha similar a la que ya tomaron los municipios del oriente de la entidad.
La autoridad —sea PGJEM, ASE, PGR o cualquier otra— puede negar que los hechos estén ocurriendo, pero cada vez son más comunes las historias de personas que fueron asaltadas en algún punto de la ciudad en cualquier momento del día.
Por si fuera poco, se está presentando un común denominador en los casos: jóvenes de entre 16 y 23 años que no encuentran posibilidad de insertarse en el campo laboral o la escuela y que encuentran en la impunidad delictiva un refugio para obtener dinero.
Es el panorama general. Es parte (no reflejo) de lo que pasa en todo el país. Es resultado de darle a la seguridad pública un manejo político en el que la impunidad es el común denominador. Es el resultado que los políticos/funcionarios pueden dar. ¿Es lo que como ciudadanos nos merecemos? Me parece que no.

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lunes, 8 de agosto de 2011

La reforma "por la culata" / Columna

De medios y otros demonios

La reforma “por la culata”

J. Israel Martínez Macedo

Este martes 2 de agosto el diputado Horacio Jiménez López presentó, durante la sesión de comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Procuración de Justicia, una propuesta para agravar los delitos de lesiones y homicidio cuando la víctima sea un periodista. La medida fue aprobada en esa instancia pese a que se trata de una iniciativa de tipo coyuntural que no abona a la solución de un problema real y severo: las agresiones a periodistas.
Pese a lo “bonita” que parece la medida, es un hecho que genera muchas dudas, no sólo en cuanto su intención sino en la situación de fondo y las implicaciones que esto puede tener.
Una de las situaciones que hace tan complicado este asunto es la definición legal de “periodista”. Para que se pueda sancionar la misma ley debe indicar qué se entenderá en ella por “periodista” o de lo contrario la aplicación de esta agravante sólo sería posible aplicarse a criterio del juez.
Sobre esa situación se han hecho muchos intentos para lograr una definición clara que abarque las actividades de quienes nos dedicamos a esta labor pero al hacerlo resulta que cualquier persona cae dentro de ella o hay periodistas que quedan fuera del supuesto.
En algún momento se intentó hacer la diferencia con base en la capacidad de publicar o presentar información en los distintos medios de comunicación pero resulta que la tecnología le permite a todo el mundo publicar en un blog o una página propia de internet, un canal de Youtube o un podcast.
Bajo este supuesto, entonces: ¿quién es periodista? ¿A quién va a proteger la ley en sus agravantes para agresión a un periodista? ¿Cómo va a comprobar el periodista que lo es? ¿Basta con haber publicado en cualquier medio por internet para ser periodista?
La ambigüedad del caso sólo genera que quienes sean acusados con el agravante de agresión u homicidio a un periodista tenga elementos suficientes para interponer un amparo y, sí, lograr su libertad.
Suponiendo sin conceder que el diputado Horacio Jiménez no pretende obtener un beneficio político de la coyuntura que se dio por el homicidio del periodista Ángel Castillo en días pasados ampliamente repudiado, incluso por la Unesco; la realidad es que la propuesta es débil y contraproducente.
Incrementar las penas sólo porque la víctima es un periodista no soluciona el problema por un motivo muy simple: el delincuente no se frena por uno dos o 20 años más de cárcel y ello se debe a que sabe que para aplicarle la pena primero deben detenerlo y eso no ocurre.
Si la intención es frenar las agresiones y homicidios a periodistas se debe acabar con la impunidad, los delincuentes deben saber que si cometen un ilícito lo pagarán y eso no se arregla con un golpe de pluma en la ley que, tristemente, no se cumple ni se hace cumplir.

PARÉNTESIS
Por cierto que las investigaciones sobre el homicidio de Ángel Castillo Corona y su hijo van bastante avanzadas en la PGJEM, esperamos que la dependencia pueda presentar a los responsables pero una fuente informó, y otra confirmó, que no se trató de un ataque al periodista, sino de una víctima más de la inseguridad que se vive en el país, triste pero real.

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sábado, 6 de agosto de 2011

Verdades a medias / Columna

De medios y otros demonios

Verdades a medias

J. Israel Martínez Macedo

El conflicto entre transportistas encendió focos de alerta en el gobierno mexiquense que “más rápido que ahora mismo” reaccionó para poner orden entre dos de sus aliados más fieles: Antorcha Campesina e Izgasa.
Ambas organizaciones han crecido al amparo de las dádivas y la tolerancia del gobierno mexiquense. Antorcha logró asentar sus reales en Chimalhuacán en tanto que Izgasa ha logrado un importante número de concesiones a las que se suman una no menor cantidad de organizaciones de transporte público.
Ambas han aprendido a negociar con el gobierno en turno para sus respectivos beneficios a cambio de: voto duro, apoyo irrestricto y control de dos sectores complejos como son los pobres (en el caso de Antorcha) y los transportistas (en el caso de Izgasa).
No obstante la delgada línea que los separaba se rompió cuando Antorcha comenzó a involucrarse con organizaciones del transporte que buscaban su crecimiento lejos del alcance de Izgasa. Ahí empezó el problema.
Esta columna recibió en días recientes un par de textos relacionados con éste conflicto. El primero firmado por Axell García Aguilera, imputado por antorcha como orquestador de agresiones y acciones desestabilizadoras; el segundo, un comunicado sin firma emitido por Antorcha Campesina atribuyéndole declaraciones a Homero Aguirre Enriquez, “integrante del Comité Ejecutivo y dirigente en el Distrito Federal”.
Ambas misivas tienen características similares: cada una de ellas busca enaltecer el trabajo que cada cual ha hecho; Axell García, por un lado, recordando como ha colaborado en el ordenamiento del transporte en la entidad y su paso por la PGJEM y otras obras en distintos municipios del país; Antorcha, en contraparte, explicando cómo ha encabezado luchas por los pobres en todo el territorio nacional.
Ambas se victimizan sobre la situación que se vive en el servicio de transporte público. Antorcha explicando que sólo defienden los intereses de un grupo que busca ser independiente y liberarse de “los tentáculos del pulpo” camionero mexiquense. García Aguilera, señalando que defiende a su gremio de invasiones y ataques por parte de los transportistas cobijados por los antorchistas.
Ambos se acusan mutuamente de iniciar conflictos, golpear choferes y quemar unidades. Antorcha amenaza al gobierno mexiquense de comenzar “una campaña de denuncia a nivel nacional […] en favor (sic) de los más desprotegidos y ahí donde se comete injusticias (sic)”. Axell García señala que tendrán que defender su patrimonio con sus medios “que lamentablemente, como están las cosas, lamento (sic) mucho que tendrá que llegar a un detonante social que no deseo y quiero”.
Descansados tras las vacaciones, autoridades del transporte intervienen en el conflicto para evitar más unidades quemadas y enfrentamientos callejeros pero es una realidad que el asunto no es fácil, poner orden a los revoltosos y abusadores “de la clase” no es sencillo. Ambas organizaciones tienen algo más en común: no ceden ni juegan limpio. Vaya mezcla.

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martes, 2 de agosto de 2011

Una medida ¿adecuada? / Columna

De medios y otros demonios

Una medida ¿adecuada?

J. Israel Martínez Macedo

Arrancaron los informes de los alcaldes en territorio mexiquense con una amplia mayoría de priistas que encabezan las distintas administraciones locales. Pese a que todos enviaron con anticipación su invitación al gobernador Enrique Peña, muchos se quedarán con las ganas de saludarlo porque el mandatario simplemente no va a ir.
Cualquiera podría pensar que siendo el último año de gobierno y con intenciones abiertamente presidenciales para 2012, Peña Nieto acudiría a todos los municipios tricolores posibles para afianzar su presencia ante militantes, seguidores y fans, en primer lugar; y en segundo para mostrar músculo a cualquier posible competidor.
Para sorpresa de muchos el gobernador mexiquense decidió guardarse desde este momento y sólo acudirá a un puñado de informes dicen, quienes saben del tema, que el criterio de selección fue muy simple: los que convienen y los que son muy cercanos, nada más.
A pesar de lo que pudiera parecer, no se trata de un desdén a los ediles… o bueno, no de fondo. Se trata más de un cuidado esmerado de la aspiración superior basada en la misma lógica en que se sustenta todo ese proyecto: la imagen.
Para nadie es desconocido que el punto fuerte de Enrique Peña en sus aspiraciones presidenciales es la imagen que ha generado a través de su presencia física sumada a una bien generada percepción de cercanía con la población (sí, eso significa que no necesariamente sea cercano a la gente, sino que se ha sabido cuidar que parezca que así es).
Pero el que ésta sea la carta fuerte implica un riesgo y es el evidente y normal desgaste. La saturación de los medios con su rostro, saludando militantes, seguidores, fans, similares y conexos; representa un agotamiento del receptor en cuanto su preferencia y simpatía, lo que implica un efecto bumerang que le reduce expectativas.
De tal suerte que la única manera de no caer en un exceso de exposición mediática es desapareciendo por unos instantes de la escena política. Por ello se vacía la agenda, se acaban las presentaciones públicas y se seleccionan los escenarios en los que, además, habrá un control inusitado sobre los comentarios del mandatario.
El problema es que mientras se juega a las escondidas los contendientes opositores se posicionan en un escenario que, antes, era de uso exclusivo del mandatario mexiquense y en el que hoy comparte créditos.
Como en todo, los excesos son igualmente dañinos, por lo que el equipo que ideó y ejecutó esta estrategia debe tener los tiempos bien medidos y no olvidar que después del 15 de septiembre se termina la promoción “gratuita” a coste de presentarse como gobernador ¿será suficiente?

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lunes, 1 de agosto de 2011

El deber de informar / Columna

De medios y otros demonios

El deber de informar

J. Israel Martínez Macedo

Las agresiones contra periodistas en México continúan. El pasado martes 26 de julio nos desayunamos con la lamentable noticia de que la reportera de Notiver, Yolanda Ordaz de la Cruz fue encontrada muerta detrás de las instalaciones del periódico Imagen del Golfo tras 48 horas desaparecida, crimen que se suma a una larga lista que parece no deja de crecer.
La situación para los reporteros en Veracruz se ha vuelto insostenible y pone en riesgo las libertades de expresión y prensa, garantías que —se supone— las autoridades deben salvaguardar por mandamiento constitucional.
Tres días después de que se informara sobre el hallazgo del cuerpo de Yolanda Ordaz, nueve reporteros de la zona Veracruz-Boca del Río (entre ellos cinco del mismo diario Notiver) abandonaron la ciudad.
Una nota publicada por el propio medio informó que uno de los reporteros tuvo que ser trasladado en un helicóptero del gobierno federal y protegido por militares hasta una nueva ubicación que, evidentemente, se desconocía.
En la misma nota, el diario señala que un medio radiofónico (sin precisar cuál) quitó de su página web la sección policiaca y reasignó a sus reporteros de dicha fuente a otras áreas informativas por su propia seguridad.
Entre los reporteros que dejaron sus actividades y abandonaron la ciudad se encuentran algunos de Imagen del Golfo quienes sintieron que el hecho de que el cuerpo de Yolanda Ordaz fuera dejado cerca de sus instalaciones, representaba un claro mensaje contra ellos y sus actividades informativas.
La situación del periodismo en México no es nueva, ha tenido sus altibajos y responde, al parecer, a que los grupos del crimen organizado han aprendido a marcar y manejar la agenda informativa en los medios y regiones, lo que pone justo en la mira a los profesionales de la información.
Se supone que por ello la Procuraduría General de la República (PGR) creó la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas (FEADP) el 15 de febrero de 2006, pero en sus primeros 100 días de existir presentó un informe para anunciar la fabulosa cantidad de un caso resuelto, lo que significaría la tendencia de esta dependencia.
El hecho es que, pese a todo, la impunidad en las agresiones a periodistas subsiste como si la fiscalía simplemente no existiera. Son extremadamente pocos los casos que se resuelven y eso abona a que los ataques aumenten.
¿Cuál es el papel de los periodistas y los medios ante este escenario? Sólo uno: seguir informando. No se trata de convertirse en héroes o mártires, sino de asumir la labor informativa con responsabilidad, tomar todas las precauciones posibles y no minimizar las situaciones de riesgo y amenazas.
Tenemos el deber social de informar sobre lo que ocurre para que la gente pueda tomar decisiones de vida. Si dejamos de hacerlo, no sólo gana la delincuencia, ponemos en riesgo a la ciudadanía y sí, suena trillado pero es cierto, todos, absolutamente todos, perdemos.

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

PRESUNTO CULPABLE (completa)