"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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Gabriel García Márquez

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lunes, 1 de febrero de 2016

Sí, hay que estar indignados / Columna

De medios y otros demonios

Sí, hay que estar indignados

J. Israel Martínez Macedo

Qué tunda le dieron a Andrea Legarreta en las redes sociales luego de que tratara de justificar una mención en el program “Hoy” y que burdamente intentaba explicar las razones por las cuales se estaba dando el incremento en el precio del dólar estadounidense.
Legarreta tiene razón, ella solo es una lectora de teleprompter que repite al aire las palabras que otros escriben porque para eso se preparó y le pagan; su único mérito es caerle bien a cierto segmento de amas de casa que le creen lo que sea que ella diga, ese es su valor real en el medio.
La virulencia en la reacción y descalificación solo encuentra lógica en el impacto que tiene en ese segmento de la población que todo lo cree y nada cuestiona; y que en sus pláticas todo lo argumenta diciendo “lo dijo Andrea el otro día”.
Pero atención, el ataque a Legarreta no ocurrió cuando hizo la mención a la “versión oficial” sino cuando trató de justificarla; es decir, cuando reaccionó a comentarios negativos a través de un tuit (que después borró), eso detonó la andanada de mensajes y memes respecto a la capacidad de la conductora como “analista” de economía.
El enojo sobre estos comentarios de Andrea Legarreta es, por decir lo menos: inocente. ¿De verdad es necesario descalificar de esa manera a quien ni siquiera está calificado? ¿En serio?
Es curioso como los “críticos” de las redes sociales se dejan llevar por el juicio fácil y replican comentarios falaces o sinsentido pero que suenan como algo bien pensado o que aparente ser exigente.
Por ejemplo: una fotografía que circula principalmente en Facebook muestra una familia acribillada por el narcotráfico en Oaxaca, está acompañada de un texto en el que se recrimina a los usuarios de las redes por no indignarse contra el gobierno por este hecho.
¿Dónde está el problema aquí? De inicio, es absurdo señalar a un responsable y luego decir que (todos) debemos molestarnos con otro.
Dicho de manera simple: si el narcotráfico mató a esas personas ¿no sería lo lógico estar molestos con los narcotraficantes, sicarios, vendedores y consumidores de drogas que, en conjunto, han creado un ecosistema cuyo entorno nos afecta a todos?
Claro que el gobierno tiene responsabilidad en su incapacidad de atender la demanda de seguridad, pero también es cuestionable una sociedad que agota la producción de horrorosas camisas solo porque las usó un delincuente u otro.
Sí hay que estar indignados, indignémonos por cómo criticamos sin pensar, sin razonar, sin comprender y solo por el hecho de creer que con ello se es más ciudadano que otros; por enaltecer criminales que son más responsables de la situación de violencia que la real incompetencia de las autoridades; eso, como sociedad, sí que es realmente indignante.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 25 de enero de 2016

Cuando el gobierno cede a las redes / Columna

De medios y otros demonios

Cuando el gobierno cede a las redes

J. Israel Martínez Macedo

En Quintana Roo, Tajamar y Punta Nizuc; en el Estado de México y la Ciudad de México, las fotomultas; son cimientes de reacciones ciudadanas organizadas y gestadas en las redes sociales en contra de los abusos de administraciones que muestran no interesarse en gobernar para la gente sino para sus intereses.
La destrucción del manglar de Tajamar y la amenaza que pesa sobre el acuario existente en el arrecife de Punta Nizuc, ha despertado el interés internacional sobre lo que el gobierno federal está haciendo con las reservas naturales del país y el papel de los grandes consorcios multinacionales en la devastación.
Tajamar salió a la luz de los medios masivos luego de que la denuncia de los cancunenses se hiciera viral en las redes sociales, dos días después de que la gente compartiera y expresara su indignación a través de Facebook y Twitter.
Fue entonces que se puso en tela de juicio el papel de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que encabeza Rafael Pacchiano Alamán, esposo de Alejandra Lagunes Soto Ruiz, responsable de la estancada Estrategia Digital Nacional.
El segundo caso en cuestión es el de las fotomultas en la, ahora, Ciudad de México y un programa similar en territorio mexiquense; una vez que los programas comenzaron a arrojar los primeros resultados, la gente utilizó las redes sociales para denunciar errores y rarezas en ambas entidades.
En el Estado de México, el principal problema fueron fallas en los registros de velocidad máxima; así aparecieron multas para personas que viajaban a 90 kilómetros por hora en rutas donde la velocidad máxima era 90 kilómetros por hora.
El tema realmente grave es que las fotomultas no tienen ningún mecanismo de seguridad que garanticen su eficiencia y es que cuando la gente acudió a quejarse del hecho, descubrió que los documentos son alterables fácilmente por computadora.
Las denuncias de este hecho circularon rápidamente en las redes sociales en donde los afectados comenzaron a advertir de otras irregularidades como que las fotomultas registraban horarios y fechas en los que los ciudadanos se encontraban en otro lugar en ese momento.
En el caso de Cancún aún resta ver dónde desemboca todo pero sin duda alguna la exigencia de respuestas a Semarnat va en aumento, mientras en el caso de las fotomultas el gobierno tuvo que admitir la falla y dar marcha atrás a algunas de las sanciones.
Este puede ser el precedente del alcance que logran las redes sociales organizadas donde los ciudadanos de tres de ellas exigen a las autoridades el cumplimiento de su deber con honestidad y transparencia. Un pequeño paso para las redes sociales pero un gran paso para la sociedad.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

lunes, 23 de febrero de 2015

Ciudadanos: de lo digital a lo real / Columna

De medios y otros demonios

Ciudadanos: de lo digital a lo real

J. Israel Martínez Macedo

La usabilidad de las nuevas tecnologías está modificando de facto la interactividad social, muestra de ello son los nuevos ciudadanos que manifiestan exigencias similares a las de los ciberciudadanos, a saber: respuesta inmediata, incapacidad de análisis de propuestas a largo plazo y banalización de la política.
Los estándares del gobierno en línea (e-gobierno) buscan agilizar los mecanismos de atención ciudadana a través de soluciones cada vez más creativas que logren faciliten la vida a los habitantes de un lugar pero también para atraer mayor inversión a los municipios o los estados.
Estos mecanismos dan la experiencia al usuario de una respuesta instantánea y medible en términos de atención gubernamental y generan una falsa expectativa de lo que debe esperar en este sentido.
El ciberciudadano tiene la sensación de que su gobierno cumple de mejor manera y le facilita la vida pero también hace que espere ese mismo resultado del servicio tradicional y es ahí donde comienzan las dificultades porque no se tiene un sistema de soporte que mantenga una congruencia entre ambas.
Aunado ello viene el problema de la memoria de corto plazo: los temas se apoltronan uno tras otro y los ciberciudadanos no contamos con capacidad suficiente para mantener la vigencia de unos sobre otros.
Los tópicos de debate en redes sociales permean fácilmente a los medios convencionales quienes se han quedado atrás del ritmo en el que cada tema aparece y se va sin posibilidad a permanecer en el colectivo social por lo que la el ciudadano olvida rápidamente y puede perderse rápidamente entre un mundo extremadamente veloz en alternancia.
El fenómeno más interesante está vinculado con la manera en la que el ciudadano aborda los temas sociales y políticos: pierden noción de relevancia y todas las opiniones –informadas y desinformadas– adquieren el mismo valor y se sopesan con la misma veracidad.
Las redes sociales se saturan de comentarios personales que adquieren el mismo peso que las informaciones documentadas e incluso, en algunos casos, se ponen por encima de los hechos.
En esta confusión el ciudadano que queda con la idea de lo que escuchó o leyó, no tiene interés (ni tiempo) para rastrear si lo que está repitiendo como un hecho es en realidad lo que pasó o al menos se acerca a ello.
La ciberciudadanía está modificando la manera de entender la ciudadanía no digital, gobiernos y partidos no están reaccionando a tiempo para actualizarse y dar respuesta a las demandas de su gobernados.
No se trata de solo contar con una página web, eso, eso por sí mismo no construirá la ciberciudadanía; se necesita un sistema completo que enlace ambos ambientes, hacerlo se vuelve urgente.

@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

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