"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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Gabriel García Márquez

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lunes, 22 de abril de 2013

El discurso perdido del 68 / Columna

De medios y otros demonios

El discurso perdido del 68

J. Israel Martínez Macedo

Este fin de semana se estrenó la película “Tlatelolco: Verano del 68”. Más allá de la evidente referencia al movimiento que terminó con el genocidio ocurrido en esa plaza y el contexto político-social que enmarca la historia de amor que se quiso destacar en el filme, se observa un pequeño detalle que vale la pena resaltar: el discurso.
No me refiero al discurso de la película que se queda a medias en todos los sentidos; sino al de los grupos que se manifiestan contra del sistema, del gobierno, de la situación económica, de las injusticias sociales, de los ricos, de los pobres, de los intolerantes, de la represión, de la falta y abusos de la libertad de expresión, de los monopolios, de la competencia del neoliberalismo, etcétera.
Al ver, al recordar, el discurso tal como se muestra en la película, surge un inevitable paralelismo con el presente que se vive en el México de 2013. A 45 años de los hechos que derivaron en el “genocidio planeado y ejecutado” (así lo determinó el Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal en 2006) llama la atención cómo ese sector crítico y exigente que procuraba que el gobierno contuviera sus excesos hoy continúa con los mismos discursos, exigencias y mecanismos.
Pareciera que la evolución social que promovieron y, de una forma u otra, gestaron a partir de la movilización social impulsada por los estudiantes en 1968 se quedó atorada precisamente en esa década. Pasaron los años 70, 80, 90, llegamos a la primer década del siglo XXI, iniciamos la medianía de la segunda y el discurso sigue sin renovarse.
El reclamo de los sectores de la población se identifica con frases tan contundentes com vacías de sentido. La “justicia social” ha llenado calles de pintas y ha llevado a varios grupos a tomar las vías como una forma de manifestación sin que alguno de ellos pueda definir con precisión de qué se trata.
No es nuevo que estos movimientos sociales hayan sido absorbidos por los intereses de grupos de poder que los utilizan a modo de escalón para alcanzar sus fines políticos y, después, desentenderse de esas manifestaciones que los encumbraron.
A pesar del tiempo, el discurso no cambió, las ideas que dieron origen a esos movimientos se anquilosaron y se perdieron en la masa. La fuerza que logró tener en su momento ese discurso revolucionario se extinguió ante la incapacidad de renovar el mensaje.
Las demandas, carencias y necesidades siguen (también es cierto que esos temas nunca han salido de la agenda nacional) pero parece que se acabaron las ideas para hacer que la población ponga atención en ellas.
El viejo discurso de la izquierda se ha alienado y en ese proceso ha perdido su valía.
Un nuevo discurso es tan necesario como un cambio en la dinámica de los movimientos sociales (2 de octubre no se olvida... Ni se renueva). Las ONG pintan para ser la opción pero deben aprender a alejarse de ese rol de defensores sociales y apuntar a mecanismos más modernos como la acción civil, de lo contrario, continuaremos reproduciendo un esquema rebasado por la sociedad.

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lunes, 15 de abril de 2013

La travesía de Valeria / Columna

De medios y otros demonios

La travesía de Valeria

J. Israel Martínez Macedo

La desaparición de la pequeña Valeria Hernández de Jesús —secuestrada en Texcoco y encontrada en el municipio de Sonsonate, en El Salvador— es mucho más que el resultado de un importante operativo de búsqueda y se acerca más a la gran lista de “triunfos policiacos” que en realidad es un enorme desatino de la delincuencia en su intento por cometer un ilícito.
La menor desapareció el 1 de abril y fue encontrada 12 días después en el país centroamericano según reportes de la Policía Nacional Civil. Las referencias a la manera en que fue hallada son poco claras; unas versiones señalan que estuvo deambulando por las calles de Sonsonate mientras otras aseguran que fue entregada a las autoridades por habitantes del lugar.
Según los reportes periodísticos, la Policía Nacional Civil logró la captura de Nelson Bladimir Valencia Massin, como responsable del hecho.
Con la detención, se supo que el sujeto dejó encargada a la niña de 4 años a habitantes de Sonsonate a quienes, para garantizar que volvería por ella, entregó identificaciones y libreta bancaria. No obstante la promesa, el hombre no regresó por lo que “los cuidadores” entregaron a la menor a las autoridades salvadoreñas junto con los documentos, lo que habría llevado a su localización y captura.
El hecho podría arrojar luz sobre la forma de operar de los grupos de la delincuencia dedicados al tráfico de personas y permitiría mejorar la lucha contra este delito que da muestras de ir en aumento en el país.
En términos de comunicación destacan varios hechos: las redes sociales (espacio virtual donde la sociedad civil conoció el caso de Valeria) se han llenado de mensajes sobre desaparecidos; no obstante, muchos de ellos son ignorados porque “no es alguien de aquí”, del lugar de residencia.
El caso de Valeria nos muestra que estos grupos delincuenciales operan internacionalmente y la sociedad que ayuda en la búsqueda e identificación de esas personas debe empezar a entender el problema de manera global, un “desaparecido” en México puede estar solo unos días después en Colombia.
Otro punto es que sería un lamentable error que alguien intentara obtener un beneficio político de esta situación. Hay que decirlo como es: ninguna autoridad mexicana intervino en la localización de la menor, fue un golpe de suerte derivado de una “inocentada” del delincuente. No hay nada que moleste más a las personas que un político oportunista.
Valeria está en su casa, las autoridades mexicanas que intervinieron en ello (Secretaría de Relaciones Exteriores) solo hicieron su trabajo y así se han limitado a informarlo. Nadie más tiene derecho a querer utilizar a la menor, su familia y su experiencia para sacar raja política; hacerlo no solo sería deleznable, también un movimiento muy bajo y ruin. Hay mucho que aprender del caso y esperar su desarrollo y desenlace.

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lunes, 8 de abril de 2013

Error "en grande" / Columna

De medios y otros demonios

Error “en grande”

J. Israel Martínez Macedo

Es increíble que en plena era digital, en la que todo, absolutamente todo, puede encontrarse en la red si se tiene la suficiente paciencia, tiempo y recursos aún existan quienes traten de hacer pasar como propias ideas y conceptos ajenos disponibles en línea.
Hace unas semanas hablábamos del logotipo de “El Diablito” que algún pseudodiseñador bajó de internet para que el ayuntamiento de Toluca lo utilizara como complemento de un dibujo que crea una pésima imagen que lejos de destacar la seriedad del sitio que representa, parece una invitación a la fiesta y a echar unos tragos en algún bar para jóvenes.
En esta ocasión le tocó al gobierno del Estado de México con su logotipo de “la G” que alude al eslogan “en grande” que ha sido la bandera de la imagen gubernamental de la administración de Eruviel Ávila Villegas, su “gran G” resultó ser un gran plagio del logotipo de la empresa Giraud Internacional (creada en 1957), que fue absorbida por Geodis BM pero que mantiene su imagen corporativa.
El hecho fue consignado en la página www.hazmeelchigadofavor.com en la que, eso sí con una deficiente redacción, se describe de dónde surge el diseño original y se muestran ambos logotipos.
La igualdad es evidente e innegable. Los logotipos son iguales. Efectivamente los colores varían (el mexiquense utiliza un chillante verde con rojo mientras el original de Giraud muestra los colores que identifican a uno de los partidos de oposición azul con naranja, ambos en fondo blanco) pero de ahí en más se trata de la misma figura, sin duda.
En la entrega anterior comentaba algunas minucias sobre la identidad y su relación con la imagen (por cierto doy constancia de recibida la observación al respecto del candidato a rector de la UAEM, Jorge Olvera García). Lo menciono porque se vincula directamente con lo que ocurre en el logotipo del gobierno estatal. ¿Cómo se pretende generar algún tipo de identidad con una institución cuando su imagen rueda por las carreteras europeas en tráileres blancos con los colores de la oposición?
Si el objetivo era posicionar al gobernador Eruviel Ávila para algún puesto de elección popular en el futuro, sus asesores le acaban de dar el golpe de gracia pues, seguramente, los adversarios no dejarán de hacer notar este, entre otros, errores que se han cometido a lo largo de lo que va de administración.
De por sí a muy pocos (si no es que a nadie) le gustaba esa imagen de “la G” en la administración local, ahora mucho menos que se ve una copia mal hecha de un logotipo con historia y trayectoria en Europa. Ya quiero ver al mandatario estatal de gira por España o Francia con esa imagen que allá se vincula con tráileres y transporte terrestre. La improvisación cuesta… y en comunicación lo barato sale caro.

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lunes, 1 de abril de 2013

Identidad universitaria / Columna

De medios y otros demonios

Identidad universitaria

J. Israel Martínez Macedo

La identidad de la gente con una institución o una empresa es una representación mental creada como reflejo de la cultura que genera un grupo a lo largo de su historia en las respectivas percepciones del entorno.
La identidad no es algo estático, cuenta con una estructura dinámica capaz de percibir los cambios del entorno social para diseñar sus estrategias internas disciplinarias con el objetivo de afianzar los elementos que la integran y promover su desarrollo y crecimiento, más aún si se trata de una situación institucional.
Dentro de los elementos que determinan la identidad con una institución o, incluso, una marca, se encuentran principalmente: colores, símbolos, imagotipos, logotipos y eslóganes que, en conjunto; generan, desarrollan, promueven y mantienen vigente el vínculo entre los individuos.
En este proceso de renovación de la Universidad Autónoma del Estado de México, uno de los elementos que se deberá, no solo mantener, sino incluso atender con especial atención, es precisamente el relacionado con la identidad universitaria.
La Máxima Casa de Estudios de la entidad ha logrado, durante los últimos tres periodos, al menos, un importante crecimiento que la ha depositado dentro de las cinco mejores universidades del país y peleando, según la casa calificadora, un lugar entre las tres mejores de, ámbito público.
Este importante y sostenido crecimiento aún no logra reflejarse en la cuestión identitaria. Quienes hemos egresado de esta institución sentimos un orgullo compartido y similar al que todo ex alumno siente por su escuela, nos mantenemos al pendiente de lo que ocurre en ella y la defendemos y promovemos en cuanto nos es posible.
Pero cuando se trata de los alumnos, de quienes se encuentran en las aulas, no es raro encontrar voces que se quejan de la institución, quienes reflejan algún tipo de desdén e incluso quienes demuestran la predilección por otras de mayor prestigio o con mejor publicidad que la propia UAEM.
Durante muchos años, las autoridades universitarias han dejado de lado está situación que no se ve directamente hasta que ocurren eventos como los selectivos de la Universiada Nacional o las olimpiadas de cualquier área y que se desarrollen en las instalaciones de la entidad.
Los estadios se tornan tristemente vacíos, no hay forma de hacer que los universitarios acudan a apoyar a sus equipos, los ganadores de premios y reconocimientos quedan l no es tan importante.
Lo que se vio en los pasados juegos selectivos de la Universiada habla del nivel de desatención que se tiene en este tenor: cada equipo (aún si se trataba del mismo deporte) portaba un uniforme diferente, algunos en blanco, otros en verde y hasta en negro; los deportistas de la Universidad parecían pertenecer a distintas escuelas, incluso las marcas encargadas de vestirlos eran igualmente diversas.
El equipo que encabeza Jorge Olvera García deberá poner especial atención en esa situación si comprende que el México moderno transita por un momento donde la identidad a través de la imagen se vuelve fundamental en el desarrollo y fortaleza de toda institución, el sitio que la UAEM ha alcanzado en el concierto universitario la coloca en un punto crucial donde no puede dar por sentado que este tema es menor, mejorar es indispensable y urgente.

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"Silencio Forzado" Documental de Article 19 sobre la situación del periodismo en México

Documental El Tunel (Completo)

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