Política ¿guácala? / Columna

De medios y otros demonios

Política ¿guácala?

J. Israel Martínez Macedo

Hablar de política actualmente da flojera. El tema está tan viciado que lo último que alguien quiere es hablar de eso. Además ¿para qué? De todas maneras, gane quien gane, el que pierde siempre es el sufrido pueblo que sólo vota. Y por si fuera poco el IFE nos enjareta la publicidad oficial encadenada en televisión nacional y aunque le cambies: ves propaganda porque la ves; y ni qué decir de la interrupción a medio partido, no hay que ser, eso no se le hace a un guerrero.
Pero ¿en serio es tan aburrida la política o sólo nos la presentan como esa cosa sacralizada de la que sólo hablan los expertos? ¿Es posible que la política nos divierta?
Llegamos a un punto en el que a todos los que no tenemos una ganancia directa o indirecta nos da igual quién gane o pierda, “mientras no robe mucho y salpique para todos” qué importa quién sea el nuevo presidente municipal o diputado.
Pero en realidad sí es divertida la política, es un verdadero circo de tres pistas en el que no se puede uno perder absolutamente nada. Ya sé que estará pensando “ahora sí se nos deschavetó el Mega”, pero no, ahí le va:
En el Edomex el PRI hizo alianza con los mini partidos y les impuso sus reglas, entre otras, sólo podrán ser candidatos los militantes del tricolor. Imagínese la cara que hicieron, sobre todo los verdeecologistas y los aliancistas cuando les dijeron eso. Se les debieron caer los calzones. Hay quienes estuvieron trabajando sus municipios desde hace tres años y hoy le deben regalar esos votos al PRI.
¿Y qué me dice de los taxistas aquellos del oriente de la entidad? Se salieron del PRI para unirse al PVEM porque ya estaban hartos de que los usaran como carne de cañón y luego no les cumplieran sus promesas y ahora ¡tengan!: de todas formas van con los tricolores, seguro que más de un priista debe atacarse de la risa al usar uno de estos autos de alquiler (literalmente).
En el PRD los chismes están mejor que en lavadero de vecindad, así que para evitarse problemas y desgreñaderos decidieron irse por acuerdo del Consejo Político, o como quien dice, ni le hagan que ustedes no deciden. Total que después de todo el lío el asunto va a quedar en un apretón de manos cupular y si no les gusta pues ahí hay espacio en otros lados.
Como “El Peje” que vuelve a las andadas con el PT y Convergencia. Sacó del ropero un traje viejo que no usaba desde que era Jefe de Gobierno del DF y se encontró ahí unos discursos: que si ustedes los ricos y nosotros los pobres, que sí los malos hijos de su espuria elección y nosotros los legítimos salvadores de la patria. Y total que sus fans están más felices que pubertos en concierto de RBD, aunque honestamente ya no va a alcanzar la misma altura de otros tiempos.
En el PAN, fieles a su costumbre, todo se lleva por debajo de la mesa generando unas intrigas dignas de Catalina Creel, con todo y parche, en Cuna de Lobos y en algunos casos, tan de risa, que podrían ser el estelar de Canal 13. Por ejemplo, lo que ocurrió con Rubén Mendoza, a quien nadie le hizo el feo (valga la redundancia) hasta que estuvo con los dos pies fuera del partido. O como con Juan Carlos Núñez que mientras esté presente es el señor presidente estatal, pero en cuanto se va es el tal por cual que no da la talla.
Por eso digo que esto de la política y el proceso electoral es divertido. Hasta dan ganas de preparar unas palomitas y sentarse a ver cómo se dan hasta con la cubeta y por debajo de la lengua, eso sí, como dice Doña Margara Francisca “con todo respeto”.
Así que, estimado lector, disfrute, goce de estos líos entre políticos, le invito a escoger al de su preferencia o al que más gordo le caiga y grítele como hacen los narradores de las luchas gabachas “¡Pégale que no soy yo!”. O usted ¿qué opina?

israel.martinez@milenio.com