Entramado de suspicacias / Columna

De medios y otros demonios

Entramado de suspicacias

J. Israel Martínez Macedo

Los ataques a las instalaciones de Pemex han generado dudas y suspicacias entre analistas que no creen que el EPR sea responsable de tales ataques e, incluso, los más oficialistas, dudan que se trate de atentados y que el grupo armado sólo trata de aprovechar hechos aislados para hacerse propaganda.
En este contexto vale la pena jugarle al especulador y revisar lo que ha ocurrido para determinar lo que podría estar detrás.
En un principio el gobierno federal había dado versiones que vinculaban las explosiones en los gasoductos con accidentes, justificaciones que parecían verosímiles pero que se vinieron abajo cuando se dio a conocer la existencia de un comunicado del EPR que se atribuía los ataques.
El texto emitido por los agresores detonó que el gobierno se olvidara de su versión de accidentes e informara que habrá vigilancia en las instalaciones estratégicas, otorgándole credibilidad a los ataques.
El texto de la misiva señalaba que “La orden de iniciar con la campaña nacional de hostigamiento contra los intereses de la oligarquía y de este gobierno ilegítimo ha sido puesta en marcha”.
Inmediatamente el PRD se deslindó del comunicado por aquello de que las palabras “gobierno ilegítimo” pudieran ser consideradas como una forma de vincular la campaña del “Peje” con los ataques del EPR.
Pero del otro lado de la moneda también hay dudas, para muchos perredistas y “hombres de izquierda” existe el cuestionamiento de que este asunto de los ataques haya surgido justo en el momento en el que se veía venir un “descontón” por parte del chino-mexicano Zhenli Ye Gon.
Y es que los ataques borraron, por lo menos por un día, las amenazas del prófugo de la justicia de “soltar” más información que develaría por completo el iceberg que se encuentra debajo de lo que, hasta ahora, nos ha dejado ver.
En ese entramado de dudas, suspicacias y cuestionamientos se generará en los próximos días una serie de acontecimientos que pondrán a prueba la habilidad de manejo de crisis, no sólo del gobierno calderonista, sino también de los pejemaníacos que buscarán ser más cautelosos con aquello del gobierno ilegítimo.
Sería infantil pensar que Andrés Manuel López Obrador sea el artífice intelectual de las agresiones, sin embargo no es descabellado pensar que algún fanático radical de izquierda haya tomado muy en serio los discursos del tabasqueño y se sintiera con fuerza para tomar determinaciones como la de atacar las instalaciones de Pemex.
De igual forma, si el comunicado fuera una estrategia gubernamental, los propios grupos “abajo firmantes” ya hubieran respondido para desmentir la calumnia.
Aún resta observar cómo se desarrollan, no sólo el asunto de los atentados, sino también el del chinogate que, en caso de continuar, amenaza con dar un fuerte revés al gobierno mexicano.

imartinez@edomex.milenio.com