"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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miércoles, 20 de febrero de 2008

Un año sin luz ni sombra / Columna

De medios y otros demonios

Un año sin luz ni sombra

J. Israel Martínez Macedo

Uniradio cumplirá un año de haber iniciado transmisiones el día de mañana, 21 de febrero, pero la fecha podría pasar sin pena ni gloria, como ha ocurrido con la radiodifusora de la Máxima Casa de Estudios de la entidad.
Desde su primer transmisión la radiodifusora comenzó con el pie izquierdo, definió su perfil apegado a la línea oficial, a la del gobierno mexiquense. La entrevista hecha al gobernador mexiquense por el director de la estación aún genera cierto sueño sólo de recordarla. Con ésta quedó claro que quienes esperaban una radio crítica, ágil y dinámica, como sus mejores universitarios, tendrían que esperar sentados.
A Uniradio lo define más la palabra estación que radiodifusora, porque se mantuvo estacionada en una anacronía mediática que impresiona. Sus contenidos son sosos, aburridos, es una verdadera tortura escucharla por tiempo prolongado.
Continúan arrastrando el mismo problema desde su origen: no saben para quién transmiten. Y la expresión es literal, han querido ser la estación para todos y sólo han conseguido tener una estación para nadie
La mayoría de sus contenidos culturales son tan densos que aburren, pareciera que en lugar de una transmisión es más bien una intromisión del radioescucha a las pláticas de café de los locutores.
Es evidente que la idea de la programación era atraer cuanto radioescucha pudiera existir en la capital mexiquense, los perfiles son claros, sin embargo, en la práctica, se fueron tan “elevados” o tan alternativos que simplemente se volvió una radio clasista, elitista, que terminó atrayendo un segmento muy pequeño de radioescuchas.
Hace un año comentaba, en este mismo espacio, que la historia sobre la lucha por obtener una radiodifusora universitaria generaba una expectativa mayor sobre lo que la Universidad podría ofrecer a partir de ese momento a los radioescuchas toluqueños, y a un año puedo decir que ha dejado mucho qué desear.
Tal parece que están casados con la idea de que una radio cultural no debe ser entretenida. Nada más equivocado. Ahí está la hora nacional, que sin abandonar su tradicional estilo, ha conseguido inyectar juventud y dinamismo en sus transmisiones, consiguiendo un interesante híbrido.
Insisto, Uniradio nació vieja, con formatos que dormirían al más despierto de los radioescuchas, segmentos hablados muy largos seguidos de canciones interminables de jazz en su mayoría que, de tan extrañas, se vuelven literalmente, sólo aptas para apreciarse por fans o expertos, o peor aún: fans expertos. Basta darse una vuelta por los planteles y cafeterías de la propia UAEM para darse cuenta que ni los universitarios la escuchan: no se sienten identificados con esa estación, así de sencillo.
La radio debe ser ágil, dinámica, se ha convertido en acompañamiento: para el camino al trabajo o de regreso a casa; para personas que no desean sentirse solas mientras realizan sus labores cotidianas; para estudiantes que gustan de tener un sonido agradable que los motive, no que los duerma o los espante; para el adolescente que desea sentirse escuchado.
Pero por sobre todas las cosas, la radio moderna es una radio bidireccional, en donde el oyente puede interactuar en tiempo real con el locutor a través de internet o por teléfono o tantas formas que existen para comunicarse en estos días en los que la tecnología nos hace cada vez más imposible el estar incomunicados.
Uniradio transmite para sí misma, los programas existen sólo para dar gusto a sus productores o locutores, y a veces parece que ni a ellos. La estación debe reinventarse, redefinirse, entender que ya no estamos en la década de los 80, que el siglo XXI exige crear nuevas formas, ni siquiera copiarlas, el público exige creatividad y aplaude la originalidad, ninguna de estas existe en ella.
Se cumple un año de vida, un año de transmisiones, un año de pruebas y errores, pero, en definitiva, no es un año que se pueda celebrar.

israel.martinez@milenio.com

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J. Israel Martínez Macedo

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