La imagen pública y la soberanía mexicana / Columna

De medios y otros demonios

La imagen pública y la soberanía mexicana

J. Israel Martínez Macedo


Sólo hay una cosa a la que los políticos mexicanos le teman más que a una auditoría de Hacienda o a tener que tomar decisiones sobre el narco: una mala imagen pública.
La política mexicana ha cambiado bastante en los últimos años, principalmente desde que en el 2000 se abrió la posibilidad de que un candidato no priista ganara las elecciones, a partir de ese momento la imagen pública se volvió fundamental para mantener vivo un futuro político.
El juego se volvió más complejo. La estancia, de Felipe Calderón en Los Pinos es la muestra de que ya no es necesario ser el candidato del presidente para lograr el objetivo, siempre y cuando la estrategia sea la correcta.
Por eso los políticos de hoy deben ser muy cuidadosos con la imagen pública que se genera, sobre todo porque existen tantas estrategias que podría hacerse un catálogo de todas ellas, y actualizarlo año con año.
Sin embargo, todo se fundamenta en principios básicos que ayudan a tomar las decisiones del camino a seguir:
Lo primero es evitar el “rebote”, para lo cual es necesario tomar las decisiones pensando a futuro, ya sea a corto, mediano o largo plazo. Las decisiones no pueden ni deben ser tomadas con las vísceras si no se desea que el resultado se revierta y eche a perder el trabajo realizado.
Es indispensable saber que toda acción política tendrá un impacto en la imagen pública, y que una vez dañada se requiere de un plan para aminorar el impacto -que no para eliminarlo, pues a pesar de todo el error ya ocurrió-.
Si no se es capaz de prever el resultado que tendrá una determinación, si no se pueden controlar factores como personas, relaciones o hasta momentos, la mejor opción es no llevarla a cabo. El impacto en la opinión pública sería desastroso.
Por ejemplo, el caso de Mario Marín, gobernador de Puebla, a pesar de la fuerte labor que está realizando en dicha entidad para minimizar la imagen que lo lanzó a la fama nacional, no cabe duda que se sabe de quién se habla al momento de mencionar que su mote es “El Gober Precioso”, de hecho sirve de referencia para recordar su nombre.
Las cosas con las que un político moderno debe evitar ser relacionado son: el autoritarismo, la intolerancia, la enemistad con la libre expresión, cualquier postura considerada “antidemocrática”, o aquellas que vulneren las garantías individuales de la gente a la que gobierna.
En los casos más severos, la única forma de “alivianar” la situación es cortando la cabeza de quien se observa ante la gente como el responsable, como ocurrió en el caso Atenco, la presión llegó a tal nivel que fue necesario “cortar la cabeza” de Wilfrido Robledo con tal de acallar a la opinión pública.
La pregunta es, qué imagen tendrá el gobierno de Felipe Calderón con la violación de la soberanía en Yucatán? Qué cabeza rodará si se sale de sus manos el aunto? Habrá que esperar.

PARÉNTESIS
La entrevista con Bill Gates en Televisa iba dirigida más a los anunciantes que a los televidentes, la razón es muy sencilla, la imagen que permeará entre aquellos es que el magnate norteamericano confía en la empresa mexicana, con lo cual será más fácil vender la publicidad que hará que el negocio de la TV por Internet sea rentable.
Quienes no puedan jugar en este juego de marcas se perderán, hace ocho días hablaba de una radio por Internet: hidra722.com, cuya programación es interesante, aún ya entrada la noche con El Imperio de los Sentidos, programa que vale la pena escuchar a pesar de la hora.
Pero la lista de páginas para música y video es tan amplia que la propuesta debe ser novedosa: batanga.com, elcastellano.org/radio, radioinsurgente.org, mexicoradiotv.com, sin contar las más conocidas radiounam.unam.mx, wradio.com.mx, radiocentro.com.mx, monitor.com.mx, radio.udg.mx, entre otras tantas.
La propuesta de Televisa enfrenta a la competencia con una ventaja, la publicidad será prácticamente gratuita a través de las menciones de sus conductores, y no extrañe que hasta se incluyan escenas en telenovelas. La empresa mexicana va por el monopolio, también, de la red.

imartinez@edomex.milenio.com