SIP, las conclusiones para México / Columna

De medios y otros demonios

SIP, las conclusiones para México

J. Israel Martínez Macedo


Terminó la “Reunión de Medio Año” de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y las conclusiones sobre la situación del periodismo en todo el continente no son nada alentadoras.
En general, los ataques a los medios de comunicación son una constante en toda América, principalmente en la intolerancia a la crítica del régimen venezolano y lo que señala el documento de la SIP sobre Cuba y el incremento en la represión de periodistas independientes con un reporte de 47 casos de hostigamiento.
Las conclusiones indican que en Argentina y Guyana, los respectivos gobiernos optaron por retirar la publicidad a diarios que han registrado coberturas críticas a sus administraciones.
Declara que Brasil y Colombia han sido testigos de “órdenes de censura previa”, mientras que en Panama y Paraguay las denuncias se han registrado en el sentido de acusaciones de los funcionarios contra los reporteros por calumnias, derivado de reportajes que consideran “agresivos”.
Pero México lleva la peor parte, en medio de esta guerra intestina que vive el gobierno contra el narcotráfico, los reporteros que buscan conocer más sobre un bando u otro terminan desaparecidos o muertos.
El informe por país señala que durante la administración foxista se registraron los asesinatos de 31 periodistas, en un periodo en el que la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos calificó como el “Sexenio negro del periodismo”.
Pero el reporte no es nada halagüeño para el sexenio que comienza. De octubre de 2006 a febrero de 2007 se contabilizaron siete asesinatos de periodistas, dos desapariciones y ocho casos de amenazas denunciadas ante las autoridades y organizaciones no gubernamentales y se indica como las amenazas principales contra los reporteros al crimen organizado y los abusos de las autoridades en el poder y destaca la impunidad en la comisión de estos delitos.
El informe sobre México destaca el caso de Héctor Jiménez Mota, reportero de El Imparcial de Hermosillo especializado en narcotráfico, desaparecido desde hace un par de años sin que autoridad alguna informe al respecto sobre el tema.
La más reciente agresión contra los medios en el país, que documentó la SIP, ocurrió cuando la administración del gobierno calderonista se negó a acreditar a los reporteros y fotógrafos del diario Por Esto, de Yucatán, para la visita del mandatario norteamericano George W. Bush, aduciendo que se debió a represalias por su línea editorial crítica, el pasado 15 de marzo.
No cabe duda que el gobierno mexicano está metido hasta las cachas en el cmbate al narcotráfico y la delincuencia organizada, en todas sus expresiones, pero en dicha guerra necesita ir de la mano de cuanto aliado pueda conseguir, los medios pueden serlo en este sentido, pero para ellos también hay que protegerlos.
La lucha por la libertad de expresión en América Latina, en general, aún adolece de la inmadurez de administraciones que se dicen modernas y abiertas a la crítica, pero que en realidad se quedaron atrapadas en la década de los 80 o los 70, en México en particular la delincuencia organizada le suma un plus que queda marcada en la sentencia del informe “Ejercer el periodismo en México sigue siendo una actividad de muy alto riesgo.”.

imartinez@edomex.milenio.com