Nada nuevo en la radio local / Columna

De medios y otros demonios

Nada nuevo en la radio local

J. Israel Martínez Macedo

Esta semana llegaron dos comentarios al blog relacionados con una columna anterior en la que hablé de Uniradio, los radioescuchas y lectores suelen ser severos jueces y ésta no fue la excepción
El primero de ellos dice: “Considero interesante la postura hacia Uniradio, pues aunque se sitúe en julio de 2007 no termina de levantarse como una Radio pública universitaria. No se tiene por qué ser tan ‘académico’ (si se vale la expresión) para llegar a todos los universitarios. Si bien es cierto no captan al público que requieren y son pocos los programas que se salvan.
“Se necesitan más radios públicas con programas de calidad, que informen y al mismo tiempo entretengan: Radio Mexiquense. Gracias y saludos”.
El segundo es todavía más rudo: “Hay una compresión enfermiza de los conceptos ‘universitario’ y ‘académico’, ambos términos, si bien son complementarios, en muchos casos se contraponen y se estorban.
“En Uniradio ni uno ni otro aparecen con el rigor adecuado; quiero decir, que ni es tan universal ni tan académico, esto es, la estación no está enfocada a la difusión del conocimiento generado por el hombre, ni tiene, en el fondo, el rigor académico, teórico y práctico, de una radiodifusora de su perfil.
“Esto es claro cuando escuchamos a una selección heterogénea de programas que luchan más por ser los programas con más raiting que por lo verdaderamente importante: crear una ventana comprometida con la difusión del conocimiento.
“En este sentido nos topamos con una radio universitaria que pretende ser una estación comercial, con recursos universitarios y un poco de radio pública... en fin, un barco que no va a ningún lado porque de fondo no sabe de dónde partió.
“¿Será que sus directivos no saben de su función y su responsabilidad como radio universitaria? ¿Será que los locutores no tienen ni idea de lo que significa un compromiso como una radio de su envergadura? No es una radio comercial, aunque los locutores y directivos crean lo contrario. Una lástima”.
Es complicado querer dar gusto a todos los radioescuchas, lectores o televidentes; por ello es que cada medio debe generar su propio estilo, su propia forma de ser, definir un criterio que permita discernir con claridad lo que se presentará. En términos concretos: darle personalidad a la estación.
Las radios comerciales hacen algo muy parecido, definen un estilo y una personalidad, más que por gusto, por cuestiones de comercialización ya que de esta manera pueden ofrecer a sus clientes un target muy preciso al que va dirigida la estación, aunque la calidad en la producción sea pobre y la oferta indistinta del resto.
Las radios públicas no tienen que vender espacios, eso debería ser una ventaja pues podrían tomar esa libertad para producir y presentar propuestas radiofónicas de nivel; sin embargo, no es así, quiere jugar el juego de las radios comerciales y ahí está el error.
Las radios públicas cayeron en el juego de copiar a las comerciales, música y locutores al aire que hablan, hablan y hablan -muchas veces sin sentido y gran parte del tiempo sin escuchar lo que están diciendo-, la diferencia entre un programa y otro se limita al tema y a veces sólo al relevo del locutor, no hay cambio de esquemas, simple y llanamente no hay nada nuevo en la radio local.
Surge la duda si las radiodifusoras dejaron de producir por falta de interés de la gente o si la gente habrá perdido el interés en la radio porque se dejó de producir. Radionovelas y programas de contenido no están pasados de moda, simplemente se encuentran en el olvido de productores y guionistas.

PARÉNTESIS
Un fuerte abrazo solidario para Fernando y Alejandro Nolasco, desde este espacio vayan mis más sinceras condolencias, que el consuelo y la resignación lleguen muy pronto.

israel.martinez@milenio.com