"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos, son máquinas"

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Gabriel García Márquez

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miércoles, 9 de junio de 2010

“Me tienen con los ojos vendados. Papá, ayúdame” / Reportaje

Extorsión telefónica

“Me tienen con los ojos vendados. Papá, ayúdame”

Un delito en crecimiento cuya naturaleza impacta a la víctima de tal forma que es imposible mantener la calma, mientras que la ASE revela que cada vez más se presentan denuncias a los números 066 y 089 por estos casos

Toluca – J. Israel Martínez

Recibí una llamada en el teléfono celular, me llamó la atención que el identificador indicaba “Número privado”, respondí. Escuché la voz de un hombre joven, entre 22 y 25 años: “ayúdame, me acaban de pegar”. Pensé en la cantidad de familiares que están en el rango de edad, algunos primos, si acaso; amigos quizá. Pregunté “¿Quién eres?” a lo que me respondieron “me acaban de pegar, por favor ayúdame”.
El secuestro de un familiar afecta definitivamente al individuo, es imposible mantener la calma, así lo señala la doctora en Investigación Psicológica Adelaida Rojas García, coordinadora de Planeación de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEM, eso es precisamente lo que aprovechan los delincuentes para engañar a la gente, un fenómeno que se conoce como extorsión telefónica pero que en el Código Penal mexiquense tiene lagunas.
Según cifras de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) de enero a mayo de 2010 se han registrado 5 mil 217 denuncias a los números 066 y 089 por extorsión telefónica, casi las 5 mil 246 que la dependencia recibió durante todo 2008.

IMPACTO PSICOLÓGICO
Me preocupé, necesitaba saber quién me pide ayuda, en un tono más serio (lo que hizo que mi voz saliera más gruesa de lo normal) insistí: “¿Quién eres?, ¿dónde estás?”, esto sirvió para que mi interlocutor respondiera: “No sé, me tienen con los ojos vendados. Papá, ayúdame por favor, me golpearon y me subieron a una camioneta”.
Recuperé el control, sé que no tengo hijos y menos de casi mi edad, pero decidí seguir la llamada.
- ¡Cómo que te tienen secuestrado!, ¡en dónde estás!
- No sé papá me tienen con los ojos vendados, me pegaron, un señor quiere hablar contigo papá, ayúdame.
La doctora en Investigación Psicológica Adelaida Rojas explica que el impacto de saber que un familiar está en riesgo es inevitable; sin embargo, se puede mantener el control aunque ello depende de las características de estabilidad emocional de cada individuo y de algún error del interlocutor.
Felipe Iván Lara Domínguez, jefe del Departamento de Atención a Llamadas de Fraude, Extorsión y Amenazas Vía Telefónica de la ASE, explica que en una situación así lo primero es mantener la calma y no revelar información, dejar que sean ellos quienes hablen porque, después de todo, ellos son los que quieren algo.
- ¿Bueno?, ¿quién habla?
- Mira primero que nada tranquilízate.
- ¿Cómo que me tranquilice? ¿Quién eres? ¿Qué le hicieron a mi hijo?
- Te dije que te tranquilices, escúchame, tenemos a tu muchacho y si haces todo lo que te diga no tiene por qué pasarle algo, ¿me entiendes?
- Sí, pero por qué lo secuestraron, ¿qué hizo él para que lo traten así?
- No digas pendejadas, yo lo único que quiero es dinero, dame 50 mil pesos y lo soltamos sano y salvo.
Felipe Iván Lara, de la ASE, comenta que las llamadas provienen de distintos lugares, hay números del DF, de la capital mexiquense e incluso de Guadalajara, y aunque los delincuentes no distinguen de empresa telefónica para operar, han detectado una preferencia por Movistar dado que se conoce una función alfanumérica que les permite ocultar el número del que marcan.
- Yo no tengo dinero ¿de dónde voy a sacar 50 mil pesos?
- Pues yo no sé cómo le hagas pero si no me das la lana voy a matar a tu muchacho.
- Pero es que yo no tengo dinero, soy obrero.
- Qué obrero ni qué la chingada cabrón, ¿tú crees que yo doy palos de ciego, pendejo?
- Pues es que ni siquiera sé quién eres, no me has dicho con quién estoy hablando.
- Cómo que con quién, hijo de mierda, soy Fermín Carrillo, líder del Cártel del Golfo y entenderás que yo no me ando con chingaderas, así que dame la lana o te mato a tu chavo por pinche pendejo.
Los delincuentes se hacen pasar por miembros de la delincuencia organizada que tienen cierta fama o que puedan sonar conocidos para las víctimas. Sólo en lo que va de 2010, la ASE tiene registrados 606 nombres distintos utilizados para delinquir.

VACÍO LEGAL
Denunciar ante la Procuraduría mexiquense (PGJEM) es casi imposible. El motivo es muy simple: el Código Penal estatal, en su artículo 266, define la extorsión como “Al que sin derecho obligue a otro a hacer, tolerar o dejar de hacer algo, obteniendo un lucro o beneficio para sí o para otro, se le impondrán de uno a siete años de prisión y de cuarenta a doscientos días multa”.
Al presentar la denuncia, la víctima se topa con una sesuda explicación del Ministerio Público: “el delincuente no obtuvo nada, usted no le pago, entonces no hay delito qué perseguir”.
No hay más, la simple llamada telefónica no implica ganancia al delincuente, por lo que este tecnicismo legal impide que se tipifique la extorsión.
En 2006 se agregó un segundo párrafo al artículo 266 para abarcar la extorsión telefónica; sin embargo, tampoco aplica por el mismo principio: si el delincuente no obtiene “lucro o beneficio” no hay delito.

RENAUT CON FALLAS
Sobre el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut), el especialista de la ASE, Fernando Iván Lara comenta que es una buena idea que podría ayudar al combate del delito, pero tiene fallas estructurales.
En primer lugar, el mercado negro donde los aparatos se pueden obtener sin un registro; el robo de los aparatos, que ya registrados son usados por la delincuencia; el uso de identificaciones falsas para la compra y registro o el robo de identidad que, entre otras opciones de la delincuencia, hace ineficaz el Renaut.
La ASE reporta que en 2008 recibieron 5 mil 246 denuncias; 9 mil 854 en 2009 y en lo que va de 2010, 5 mil 217. El monto de la exigencia, en su totalidad para este año, ya alcanza los 164 millones 409 mil 535 pesos; de estos, la delincuencia ha cobrado 2 millones, 845 mil 894.
Después de diez minutos de amenazas, de convencerlo que estaba hablando con un obrero y él de convencerme que era un líder del Cartel del Golfo más malo que el “Chapo” Guzmán, colgó no sin antes advertir que si encontraban a mi hijo muerto sería sólo por mí culpa.

(Por la limitante del espacio en el impreso, la siguiente parte no pudo ser incluida en la edición de MILENIO Estado de México; sin embargo, considero importante agregarla para los lectores del blog, ya que internet no presenta esa dificultad).

RECOMENDACIONES
Felipe Iván Lara, jefe del Departamento de Atención a Llamadas de Fraude, Extorsión y Amenazas Vía Telefónica de la ASE, señaló que la dependencia mexiquense hace algunas recomendaciones para evitar ser víctima de la extorsión:
-Evite dar cualquier tipo de información sobre su familia como: nombres, edades, ocupaciones, actividades, viajes, domicilio, etcétera. Ésta puede ser utilizada en su contra por los delincuentes.
-Evite conversar sobre su familia frente a personas que no sean de su absoluta confianza. En ocasiones, quien escucha puede ser un delincuente o vender esa información a personas que la utilizarán para cometer delitos.
-Elabore, mantenga actualizado y a la mano un directorio de familiares, amigos y autoridades para poder localizar y reportar un evento en caso de resultar necesario.
-Mantenga comunicación con todos los miembros de su familia respecto a las actividades que realizan, el lugar en donde se encuentran y la hora en que regresan.
Además de éstas, Lara Domínguez mencionó que es recomendable que la familia se reúna y platique sobre este problema con fines preventivos, incluso diseñar claves que sólo los integrantes conozcan para verificar un posible secuestro, estas pueden ser códigos numéricos al azar (tipo clave policial), palabras clave, o como en los correos electrónicos con preguntas y respuestas definidas por todos.
Señaló que una de las formas de distinguir entre un verdadero secuestro a una llamada de extorsión es que en el primer caso los secuestradores procuran que los familiares hablen bastante tiempo entre sí, precisamente para verificar que se trata de un caso real, mientras que en las llamadas de extorsión la comunicación entre la víctima y el supuesto familiar no es duradera precisamente por el mismo motivo, es decir, se verificaría que no se trata de la persona en cuestión.
De ser posible, mientras conversa con el supuesto secuestrador, marque por otra línea (ya sea fija, un segundo teléfono móvil o pida que le presten uno) al supuesto familiar secuestrado, no tiene que decirle nada, con escucharlo contestar sabrá que se trata de un engaño.
Algunas escuelas tiene por política prohibir que los alumnos enciendan su teléfono móvil en clase, para estos casos la recomendación es pedir a la institución que le dé un número telefónico para comunicarse con ellos en caso de ser necesario verificar la estancia del menor en el lugar.
Es recomendable no apagar el teléfono móvil ni alejarse demasiado de él, por ello se debe procurar mantener la batería con carga. En caso de querer evitar el ruido del timbre, colocarlo sólo en vibrador, ello porque un modo de operar de la delincuencia implica la falta de comunicación entre los familiares por cualquier motivo.
La ASE apunta que las recomendaciones no evitan convertirse en víctima de la delincuencia en su totalidad pero sí dificultan el actuar de los delincuentes y puede ayudar a detectar una farsa.

¿QUÉ HACER DURANTE LA LLAMADA?
Igualmente, la Agencia de Seguridad Estatal cuenta con una serie de acciones a realizar para quienes son víctimas de una llamada de extorsión:
1. Trate de mantener la calma, no maneje cantidades y no se niegue a una posible negociación, los delincuentes buscan precisamente que usted se altere.
2. Si no cuenta con identificador de llamadas, anote el día y la hora de la llamada, así como el nombre con el que el delincuente se hizo llamar.
3. No pedir que se ponga al teléfono a la supuesta víctima (normalmente ocupan otro delincuente que finge ser el familiar).
A este respecto Felipe Iván Lara, el especialista de la ASE comenta que el cerebro procesa por separado razonamientos y sentimientos, si por algún motivo creemos que la falsa víctima es realmente nuestro familiar, dejaremos de pensar y empezaremos a reaccionar según nuestras emociones.
4. Anotar las exigencias de la persona que habla, tales como montos exigidos, sucursales bancarias, números de cuenta, entre otras.
5. Si le habla un supuesto familiar, realice preguntas personales sobre detalles que sólo conozca su verdadero familiar o pariente para constatar la veracidad del parentesco y de los hechos.
6. No proporcione mayor información al delincuente, como el nombre, edad o media filiación de su familiar.
7. solicite se identifique quién está hablando antes de darle datos que puedan familiarizarlo con la propia información que usted proporciona.
8. Escuche el entorno de fondo.
9. Verifique dónde y cómo está su familiar antes de hacer o autorizar cualquier transacción.
10. Comuníquese con la autoridad más próxima, ya sea vía telefónica o en forma personal.
11. Llamar a los teléfonos de emergencia 066 y 089 o bien al 01 800 702 5025 (números del Estado de México).
12. denuncie los hechos ante la autoridad correspondiente.

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
La doctora en Investigación Psicológica, Adelaida Rojas señala que después de estas llamadas algunas personas pueden presentar síntomas de estrés postraumático, esto es: miedo cada que suena el teléfono, temor a dejar a los familiares solos o que anden por la calle sin compañía, etcétera.
Destacó que, incluso, se pueden desarrollar actitudes paranoicas como vigilar constantemente que no lo estén siguiendo u observando en la vía pública, extremar a grados inverosímiles la vigilancia del hogar, entre otros.
En estos casos puede llegarse a “contagiar” estas emociones a los familiares que lo perciben y, dependiendo de la personalidad de cada quien, pueden incluso experimentar las mismas sensaciones y reacciones sin haber sido víctimas nunca.
La doctora Rojas García recomienda acudir a los servicios de un especialista en terapia psicológica para ayudar a recuperar la confianza y normalizar paulatinamente la vida de la persona.
Del mismo modo, si la afectación se ha transmitido a los familiares, el especialista deberá evaluar el daño y los mejores mecanismos para ayudar a los familiares que se convierten en víctimas indirectas de este tipo de casos.


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J. Israel Martínez Macedo

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