De medios y otros demonios
Pejecito Show
J. Israel Martínez Macedo
Aunque todavía queda mucho tiempo para que la elección de 2011 arranque oficialmente, la visita de Andrés Manuel López Obrador vino a ponerle color a la intención de alianza PAN-PRD en lo que parece ser una estrategia mal sopesada; mientras que en el PRI se encendieron las luces de alarma cuando Juan Ramón de
El radicalismo de Andrés Manuel le llevó a no medir correctamente los tiempos. Su rompimiento con la alianza panista sin esperar propuestas ni candidatos (como ocurrió en Oaxaca) neutralizó el peso de su movimiento una suma cero. Ni aliancistas ni priistas lo cuentan como factor en un momento en el que todo pinta a la búsqueda de sumas.
Quienes buscan la alianza PAN-PRD son conscientes de que ya no se puede contar con el apoyo de los lopezobradoristas en la suma estimada de votos. Los priistas saben que nunca la tuvieron. Así que lo que hagan los seguidores del tabasqueño pasa a ser inocuo en este momento porque, seamos realistas, una alianza PT-Convergencia en solitario no atemoriza a nadie en la entidad, si a eso se suma que en las opciones a candidato por la izquierda radical no hay uno que sea conocido fuera de ese grupito, en el electorado, pues como se dice en las canchas de básquet: “no hay nivel”.
Por si fuera poco, en la semana, Juan Ramón de
La declaración del ex rector de
Quizá por eso la orden que salió de Palacio de Gobierno hace un par de semanas se mantiene y se refuerza aún más: ¡Quietos todos!, nadie se mueve. El PRI toma una decisión inteligente al esperar a saber qué enfrenta antes de tomar decisiones de las que podría arrepentirse.
Pero entre todo este “río revuelto” el pescador que parece sacar mayor ventaja es Marcelo Ebrard. El jefe de gobierno del Distrito Federal aprovechó la división que ocasionó AMLO para ampliar sus redes al Estado de México y para ser arropado por el perredismo local. Gracias a su rival por la candidatura de izquierda, Ebrard tiene un apoyo valioso para 2012 y se mete de lleno a un territorio que le parecía vedado.
La irreflexiva y visceral forma de hacer política de Andrés Manuel le puede salir más caro de lo que parece. El montaje de paseo por el Edomex le ha mantenido cientos de fans pero le está costando miles de votantes que se empiezan a cansar de los discursos de odio, de las acusaciones sin pruebas y de no verlo como una opción real y novedosa. El Pejecito Show es hoy sólo eso: mero entretenimiento.
israel.martinez@milenio.com
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J. Israel Martínez Macedo