PRI, Peña y Televisa / Columna

De medios y otros demonios

PRI, Peña y Televisa

J. Israel Martínez Macedo

Ya no es desconocido para nadie en este país que detrás de la candidatura de Enrique Peña Nieto está Televisa, ya sea por interés personal o contratos convenidos pero ahí está, tratando de cuidar la imagen del “precandidato para efectos legales” (como le explicó Pedro Joaquín Codwell); sin embargo: ¿debería haber preocupación en el PRI por esto?
Hasta el momento los priistas se han mostrado muy a gusto con que la empresa de medios impulse a su abanderado para la contienda electoral del primero de julio sin considerar qué pasará el día en que los intereses de la empresa choquen con los intereses del partido ¿a cuáles atenderá Peña Nieto?
El problema no es menor ni tendrá que esperar a que el mexiquense logre la Presidencia de la República, no tendrá que esperar a ver la postura respecto a la actualización (urgente por cierto) a la Ley Federal de Radio y Televisión o la de Telecomunicaciones, la bomba estallará antes y, posiblemente, muy cerca del día de la elección.
En los cuarteles tricolores no es desconocido que la imagen del “precandidato para efectos legales” está en manos de la gente de Televisa y que la gente de Peña Nieto cumple funciones menos, digamos relevantes.
Ello lo comentan para tratar de justificar los lamentables errores en los que se ha visto envuelto el de Atlacomulco ante los medios, las entrevistas y las filtraciones que le afectan directa o indirectamente con miras a la contienda.
Los priistas miran con recelo a la gente de Televisa porque “no saben nada de política” y tienen razón; los de la empresa de medios (fieles a su costumbre) desdeñan a los tricolores porque “son políticos, qué van a saber de esto” y el desgaste puede culminar con un conflicto justo a media campaña.
Los priistas se disciplinan y siguen las indicaciones del candidato (como lo dictan los cánones de las formas en el partido) a Televisa el candidato le da igual, como él tienen otras tantas opciones en otros partidos con los que negocian sin el menor de los pudores.
Reza el adagio que: “el que a dos amos sirve, con uno queda mal” y si la sabiduría popular no engaña Peña Nieto quedará mal con alguno de sus dos amos, la duda es ¿con quién ira a quedar mal el priista, con la empresa que le construyó la imagen y lo ha hecho lo que es o con el partido al que siempre ha servido y al que fue educado a servir?
La respuesta sólo la sabe el “precandidato para efectos legales” pero entre sus correligionarios hay la percepción de que sin duda el mexiquense prefiere quedarle mal al PRI que a Televisa, el tiempo electoral lo definirá porque en algún momento los intereses chocarán y con él los equipos.
Lo que no se veía entre priistas a principios de diciembre es la duda que surge de ver cómo Peña pierde en imagen (que quizás no en encuestas) pero AMLO gana en preferencias. El tricolor parece ya no poder crecer mucho en las campañas mientras que el perredista sí lo podrá hacer, y eso más el factor Televisa causa un poco de nerviosismo, por llamarlo de algún modo.

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