Breve recuento de los daños / Columna

De medios y otros demonios

Breve recuento de los daños

J. Israel Martínez Macedo

En los recuentos de fin de año falta un dato, una cifra negra y lastimosa: 10 periodistas muertos en México durante 2008, que se suma a una larga lista de amenazas, secuestros, atentados fallidos y exilios forzados.
El que termina fue un año bastante complicado, confirmó a México como uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo en todo el mundo, no como hechos aislados -es necesario decirlo- sino como unos de muchos síntomas reflejo del nivel de inseguridad que se vive en todo el territorio y que también alcanzó los, hasta entonces, inalcanzables estratos de la clase política.
La respuesta por parte de las autoridades es la misma: sin resultados, sin investigaciones, sin responsables. Impunidad. Es una palabra que define no sólo los casos de homicidios de periodistas sino de la seguridad pública en general.
También fue el año en que internet, y en particular las redes sociales, demostraron tener un fuerte impacto en los jóvenes, febrero y marzo fueron meses en los que se registraron luchas entre tribus urbanas planeadas y sincronizadas a través de este medio. Sin embargo, el fenómeno alertó a algunos políticos que, aún sin saber exactamente cómo, buscan obtener beneficios para sí mismos.
En el estado se registró el crecimiento del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense que arribó al FM con el deseo de refrescar la programación y competir contra las empresas privadas, y aunque efectivamente logró ser una opción, no llegó a hacer mella en un medio que cubre las necesidades de un público especialmente apático y poco exigente.
Un año de clones que impactaron a nivel nacional y de los que no se supo sacar más provecho que un par de notas en diarios y noticieros nacionales, una oportunidad que por falta de creatividad se esfumó en el aire y hoy sólo queda en la memoria de algunos cuantos y lejos, pero muy lejos, del impacto en la gente que, hoy por hoy, escasamente recuerda el nombre de su alcalde.
Agosto representó el mes de la inconformidad, de la desesperación, del desfogue; en todos los estados se registró la marcha blanca, la de cientos de mexicanos que quieren creer que se le puede arrebatar el país a la delincuencia. Al tiempo puede verse que nada cambió. Ni ellos, ni el proyecto de nación (si es que hay alguno).
Se ejecutó el relevó, inexplicable aún, de consejeros electorales en el IEEM. Un grupo que había dado resultados, que ejecutó correctamente un proceso precedido por el cuestionamiento de corrupción y malos manejos de sus antecesores; en el que se impuso a la esposa de un diputado como consejera luego de algunas negociaciones. El cochinero electoral se cocina a fuego lento, queda esperar que el cocido no explote en la cara de los cocineros.
La victoria de Barack Obama en Estados Unidos deja mucho que analizar en cuanto a campañas políticas se refiere, sin embargo, ¿hasta dónde influyó la crisis económica en la decisión de un electorado altamente preocupado por ese tema en particular? Es una pregunta que aún no encuentra una respuesta clara entre los analistas norteamericanos que siguen cuestionando ¿quién ganó la elección Barack o la crisis?
Mención aparte requiere la cobertura del accidente aéreo en el que perdieron la vida los ocupantes del LearJet 45 en el que viajaban Juan Camilo Mouriño y Santiago Vasconcelos; la mayoría de los medios fueron muy cautelosos con el manejo informativo, pero hubo algunos que prefirieron jugar con la especulación y sacar mayor tajada. Un dilema deontológico que confronta la ética periodística con el negocio de la información.
Complejo como fue, 2008 termina y cede paso a un 2009 cuya única esperanza que deja es que no sea tan malo como se predice.

israel.martinez@milenio.com