Continúa el "Festival de Color y Magia" / Nota Informativa

Alberto Cortés demuestra su sencillez en el escenario

Continúa el "Festival de Color y Magia"

Toluca – J. Israel Martínez

“Logro tocar el corazón porque yo también toco mi corazón” fueron las palabras de Alberto Cortés en una breve entrevista al término de su presentación en el Festival Mexiquense Color y Magia, en la que alcanzó fibras sensibles de un público que se le entregó completamente y al que cariñosamente llamó “El coro de Sotolengo de Santa Eduviges”.

Sencillo, humano; tal como es. Se paro ante un público que llenó la Plaza de los Mártires de Toluca para escuchar no sólo la educada voz de Alberto Cortés, sino para acompañarle entonando aquellas canciones que lo han distinguido.

La velada empezó tranquila, reconocido por el público, fue recibido con aplausos a lo que respondió que un amigo se presentaba ante ellos.

El concierto transcurrió sin más contratiempos hasta que dieron las 9:00 de la noche, recién había concluido de interpretar “Te llegará una rosa cada día” cuando las campanas de catedral repicaron interrumpiendo momentáneamente el monólogo del cantautor argentino.

“¿Se habrá enojado Dios?” preguntó al público mientras volteaba la mirada hacia la Catedral toluqueña, se levantó de su taburete, dio dos pasos en esa dirección, juntó ambas manos para sostener el micrófono sólo con las palmas y sorpresivamente comenzó: “Padre nuestro que estás en el cielo…”, arrancando aplausos con ello.

Recordó entonces su primera visita a Toluca, que le dijeron que se tenía que levantar a las 7:00 de la mañana para una entrevista con Jacobo Zabludowsky y que él contestó por la hora: “pero si todavía hay osos por ahí sueltos”. La campanas de Catedral repicaron de nuevo, lo que hizo que él comentara “¿otra vez?... Shhhhht… Esto va a seguir sonando”.

Una vez en silencio las campanas continuó con la remembranza, recordó que ahí con Zabludowsky interpretó por primera vez en México “Los ejes de mi carreta” de Atahualpa Yupanqui, que le abrió las puertas en el país. Siguieron: “miguitas de ternura”, “No soy de aquí ni soy de allá”, “Camina siempre adelante”, y “Mi árbol y yo”.

Casi al terminar, presentó a Patricio Peña Méndez, quien lo acompañó en el piano y Ariel Gómez en el sonido, y a las autoridades les cuestionó “sólo una cosa: ¿por qué no han puesto la calefacción?”. Preparó el cierre con “Castillos en el aire” arrancando la interacción del frío público toluqueño que con chasquidos, aplausos y las manos al aire se entregaron al cantautor.

Se despidió con la su tradicional “Cuando un amigo se va” y a punto de terminar la interpretación hizo a un lado el micrófono para cantar a viva voz. La gente, intuyendo el final, se acercó lo más que pudo para fotografiarlo. En un gesto de humildad y respeto al público, Alberto Cortés se dio el tiempo de firmar discos reafirmando la grandeza del corazón que entregó en el escenario.