De medios y otros demonios
Objetivos claros
J. Israel Martínez Macedo
Mientras los fieles católicos se suman a la conmemoración de pasión y muerte, los fieles políticos no cesan en su afán de definir o afinar las estrategias que deberán aplicar para conseguir los objetivos deseados en un juego que ha cambiado enormidades en muy poco tiempo.
Será muy complicado que, dado el escenario que se presenta, el PRI pueda perder la elección del 3 de julio. Esta gran ventaja no es gratuita, el partido trabajó por ese objetivo desde el momento mismo en que se generó el relevo en 2005 y no cejó en su empeño hasta llegar a este punto.
Pero la nueva política ya no se contenta (limita) con ganar o perder; si bien es el objetivo primario, ahora también se busca el cómo y en eso radicará la esencia de la elección que se vivirá en el Estado de México.
No es desconocido para nadie que la gubernatura es el premio pero la contienda va mucho más allá para los participantes, tiene un objetivo mucho más ambicioso:
De esta forma los contendientes definen el resultado ideal para sus objetivos mayores; dado que hay muy poco qué hacer para cambiar el desenlace de este proceso, el objetivo se estima en el número de votos y votantes.
De entrada una derrota generalizada para todos los partidos y sus actores sería si el nivel de abstencionismo supera a la participación, eso no deslegitima al ganador pero sí pone en duda el interés de la población en los temas de política y gobierno, y trae a tema el asunto del hartazgo de la gente hacia sus dirigentes. Impensable con la presidencial tan cerca.
Aunado a ello, sin importar el número de participantes, el total de votación también es fundamental para los contendientes. Se estima que ante el escenario actual el PRI deberá obtener un mínimo de entre 55 y 60 por ciento de los votos a su favor para considerar una victoria plena en el proceso.
PAN y PRD competirán por el segundo lugar y es ahí donde la pelea se torna interesante, no obstante que, hasta el momento y configurado el panorama, el PRD deberá tener ese sitio pero el reto es obtener entre 25 y 30 por ciento de la participación a su favor.
Andrés Manuel López Obrador, quien tomó por asalto al perredismo y la izquierda mexiquense, dejó claro para todos que no busca ganar sino “experimentar” para 2012 y la prueba consiste en observar si sus redes y el Morena son capaces de conseguirle el ansiado porcentaje, su meta personal.
El PAN irá en solitario y eso le pone en desventaja ante sus contendientes, si a ello se le suma un divisionismo de clóset en el que todos dicen que apoyan pero nadie actuará para que Bravo Mena obtenga el triunfo, el objetivo termina siendo el no caer al tercer lugar y lograr exactamente lo mismo que busca la izquierda:
Lo dicho: la contienda es por el segundo lugar pero el PRI tampoco la tiene fácil, los equipos ya perfilan lo necesario. En sus marcas, ¿listos?...
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J. Israel Martínez Macedo