De medios y otros demonios
Slim VS Azcarraga-Salinas Pliego
J. Israel Martínez Macedo
Al no tener otra forma de competirle, las televisoras llevaron un problema económico a las pantallas. Televisa, principalmente, realizó una serie de anuncios en los que presentan a cinco o seis “presuntos usuarios” de Telcel quejándose del servicio.
La campaña fue un fracaso: si bien llamaron la atención de la gente, sólo tuvieron el respaldo de quienes ya venían quejándose del servicio de la empresa de telefonía celular pero nada más; no lograron involucrar, ni siquiera interesar, a nadie más.
La llamada “compra de Iusacell” por parte de Televisa terminó por distraer el objeto de la campaña y dejó la idea, en el imaginario colectivo, de que todo se trata de un descrédito a Telcel por ser la nueva competencia.
De todo esto hay algunas cosas que vale la pena destacar porque tendrán implicaciones a futuro. Lo primero es que si bien desde el ámbito nacional el conflicto se ve como un enorme pleito entre titanes del olimpo, desde fuera la situación es muy distinta: las empresas de Slim son las principales proveedoras de televisión de pago en Latinoamérica y México es sólo un país más.
Reuters estima que los clientes de televisión de pago alcanzan 11 millones de usuarios (se calcula que América Móvil aumenta 250 mil mensualmente) que deben sumarse a los 225 millones de telefonía celular.
Por curioso que parezca, el objetivo de Slim no es México sino Brasil, donde se llevará a cabo el mundial de futbol y en el que apenas la mitad de sus clientes tienen servicio de “triple play”.
La compra de Iusacell por parte de Televisa puede ser un error estratégico muy grande que no se ha observado pero que las bolsas de valores sí detectaron. Si se concreta la operación (que se estima concluya en seis meses) podría estársele abriendo el camino a Slim y sus empresas para participar en el juego de la televisión de pago en México.
Recordemos que Televisa no es sólo producción de televisión: es una editorial, una empresa radiofónica y, también, televisión de paga vía Sky. Pese a ello, en términos llanos, no tiene capacidad ni infraestructura para plantarle cara a las empresas de Slim si éste logra acceder a ese negocio en México y lo saben, por eso hacen todo lo posible por evitarlo.
El desgaste puede resultar costoso para ambos pero quienes más perderían serían las empresas de televisión. Si Slim sabe jugar sus piezas y es paciente (que lo sabe y lo es) logrará que algún artilugio legal sumado a una falla de Televisa le permita entrar al juego de la televisión de paga en México y la compra de Iusacell podría ser ese esperado error.
Pero lo más caro sería si las televisoras quedaran en la evidencia de que el supuesto poder con que cuentan resulta ser sólo “polvo en el viento” y que pese a sus embates pueden ser vencidas ya que su control resulta ser meramente ficticio. Al tiempo.
Twitter: Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por comentar, responderé a la brevedad posible.
J. Israel Martínez Macedo