De medios y otros demonios
La #LeyPeñaNieto
J. Israel Martínez Macedo
Como la gran mayoría de los escándalos en los medios de comunicación, éste también comenzó con la publicación, en un blog, de una foto de la que se duda su autenticidad y hasta se sospecha que se trate de un fotomontaje, después devino el desorden y, con él, un buen ejemplo de cómo funcionan las redes sociales.
Todo comenzó el 14 de septiembre cuando el diputado priista por Naucalpan, David Sánchez Guevara convocó a una conferencia de prensa para denunciar una imagen colocada en un espacio en línea que en el nombre lleva la evidencia de intención: “soyeldipunarco” en wordpress.com.
En la fotografía se puede observar al priista sentado a la mesa de un restaurante con quien parece ser Edgar Valdez “La Barbie”; al verse a detalle se puede notar que la imagen del presunto narcotraficante está sobrepuesta sobre la original.
El legislador desmintió la veracidad del documento visual y explicó que sí estuvo en ese restaurante pero no con el presunto delincuente sino con José Alberto Sánchez González, padre del diputado; por lo que incluso dijo que interpondría una denuncia penal pro daño moral contra quien resulte responsable.
Hasta ahí no habría mayor problema de no ser porque el priista dijo que buscaría presentar una iniciativa de ley para regular los contenidos de las redes sociales y defender a quienes sean atacados a través de ellas.
Sus palabras llegaron de inmediato a Twitter donde el mismo diputado retuiteó un comentario de la cuenta @ReporteMexiquens “A la par, @davidsanchezg anunció que impulsará una ley para regular el uso de internet y evitar la calumnia y el daño moral en redes sociales”.
Ahí comenzó el HT #LeyPeñaNieto que vinculaba los comentarios del diputado Sánchez Guevara con el entonces gobernador saliente Enrique Peña Nieto al manifestar una presunta cercanía entre estos dos políticos mexiquenses, incluso apareció una foto en la que se ve a ambos en la oficina del ex mandatario haciendo la “davidseñal” (dícese, del nombre mamuco que algún brillante asesor debió proponer al legislador para llamar a una señal que se hace con la mano quesque simulando una “d”).
El caso es que con la cercanía de lo ocurrido en Veracruz sobre los tuiteros acusados de terrorismo, la comunidad de esa red social tomó la medida como un intento de censura por parte de “legisladores” afines a Enrique Peña, quien se perfila desde hace mucho tiempo como aspirante a la Presidencia de la República.
El número de respuestas llegó a tal nivel que la mañana del viernes amaneció como el número uno de los trending topic del día; y se mantuvo en los primeros 10 hasta la tarde.
El mal manejo informativo generó que el diputado David Sánchez tuviera que desdecirse y asegurar en un comunicado, publicado en su página web, que no hay ni habrá la iniciativa de ley que anunció un día antes. “Moraleja joven”: las redes magnifican todo, especialmente, los pequeños errores.
Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
¿¿Pequeño error??? Te parece pequeño error querer meter a la cárcel a los tuiteros?? como ya se está legislando en Veracruz ,Tabasco Nayarit etc.? ese pequeño error le está costando el repudio internacional el gobernador de Veracruz y la libertad a dos tuiteros. El ataque a las redes sociales está en boga, incluso se colgaron dos cuerpos con amenazas por haber hecho denuncias mediante el uso de internet. ¡Dios nos salve! Caray...si las redes sociales son las que magnifican lo hechos pues entonces que se acaben para que no pase nada... -ese es el razonamiento de los políticos-
ResponderBorrarEl caso de los tuiteros veracruzanos es diferente, y como lo mencioné en otra columna, un error del gobierno de ese estado por los motivos que ya expliqué.
ResponderBorrarAquí el error del diputado fue querer legislar lo que ya está legislado, lo que a su vez demuestra el gran desconocimiento que tiene en la materia.
No en todos los casos se trata de un ataque a las redes, sino una muestra de la realidad mexicana en la que viven quienes viven del manejo informativo y hoy le toca a la población civil que se involucra en ese ámbito.
El fenómeno no es nuevo para reporteros y periodistas y entrar en ese terreno implica también arriesgarse al mismo trato; haciendo un comparativo algo burdo pero ejemplar: cualquiera podría jugar en la NFL pero si se entra al emparrillado, lo más seguro es que se reciba un golpe fuera de serie.
No digo que sea bueno o malo difundir información en las redes, no defiendo a uno u otros, pero sí digo que, se asuman o no, esos son los riesgos.