De medios y otros demonios
Terrorismo no, irresponsabilidad…
J. Israel Martínez Macedo
María de Jesús Bravo Pagola es una reportera de Veracruz, Gilberto Martínez Vera es maestro en ese mismo estado; ambos fueron detenidos el 26 de agosto acusados de terrorismo y sabotaje. Su crimen: un día antes publicaron mensajes vía Twitter sobre rumores de ataques a escuelas de la entidad generando pánico entre los padres de familia.
A partir de ahí comienza su vía crucis. Ambos dicen haber sido trasladados a Xalapa, incomunicados y presionados para declararse culpables. La juez Beatriz Rivera señaló que existen elementos para juzgarlos y decretó su formal prisión. Las ONG internacionales de derechos humanos se manifestaron en contra de la detención y la califican como una arbitrariedad del gobierno veracruzano.
El Código Penal de Veracruz en su artículo 311 contempla como terrorismo: “A quien utilizando explosivos, substancias tóxicas, armas de fuego o por incendio, inundación o por cualquier otro medio realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios al público, que produzcan alarma, temor, terror en la población o en un grupo o sector de ella, para perturbar la paz pública o tratar de menoscabar la autoridad del Estado o presionar a ésta para que tome una determinación”.
Además, el artículo 313 del mismo ordenamiento que señala: “Se considera terrorista y se sancionará como tal a quien haga señales, dé voces de alarma o provoque estruendos por los medios idóneos, simulando la posible existencia de alguno de los actos considerados por el delito de terrorismo, con el fin de suscitar tumultos, desórdenes, alarma o zozobra aun cuando éstos no se produzcan”.
El código castiga la intención de provocar terror entre la población, es un delito doloso y no puede ser culposo (no se puede ser terrorista “sin querer queriendo” pues). Al no haber la intención de causar alarma, el hecho no encuadra como terrorismo y lo mismo aplica para el artículo 313 dado que no era “el fin” de los twits “suscitar tumultos, desórdenes, alarma o zozobra”.
No obstante queda el papel de los twiteros. Incurrieron en un “pecado capital”: publicar sin corroborar la información. Esa irresponsabilidad generó un pánico que detonó en caos y aunque esa no era la intención, afectaron a la sociedad veracruzana.
Argumentar que deben ser libres sólo por el hecho de ser personas comunes que publican en Twitter es tanto como decir que porque se trata de un medio equis los reporteros pueden inventar las noticias que se les dé la gana.
No obstante, la reacción del gobierno es excesiva y genera jurisprudencia. Si la información de un noticiero deriva en pánico por parte de la población, el conductor podrá ser acusado de terrorismo porque no importa el medio o la forma sino el hecho.
María de Jesús Bravo y Gilberto Martínez deben ser liberados, es más, nunca debieron ser detenidos; no son terroristas sólo son un par de irresponsables que publicaron sin confirmar y por más molesto y desagradable que eso sea: no es delito.
Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
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J. Israel Martínez Macedo