Juguetes, ¿un peligro? / Columna

De medios y otros demonios

Juguetes, ¿un peligro?

J. Israel Martínez Macedo

En estos días navideños es común que Santa o los Reyes se esfuercen para conseguir todo aquello que los niños han visto por televisión o comentado con sus compañeros de clases, sin embargo vale la pena reflexionar sobre aquello que los niños recibirán en esta navidad.
En la década de los años 50, una empresa tabacalera norteamericana desarrollo un estudio secreto denominado “Fijación de marca para explotación posterior en la vida”, las conclusiones indicaban a la empresa incursionar en el terreno infantil a través de los cigarros de dulce o de juguete.
El objetivo era hacer que los niños identificaran la marca y posteriormente, al tener edad legal para comprar cigarrillos, adquirir aquellos que le recordaban momentos agradables de la infancia por encima de cualquier otra marca.
Ahora que usted ha acompañado a sus hijos a observar qué van a pedir en esta temporada navideña, ¿ha visto algo similar a la descripción antes hecha?, ¿alguna marca comercial dirigida a que los niños jueguen y al mismo tiempo aprendan, no sólo a identificarse con marcas, sino a tener roles consumistas?
Para esta temporada de fin de año 2007 aparecieron una importante cantidad de juegos de mesa y muñecas que invitan a las niñas al consumismo; en uno de ellos, incluso, la menores pueden comprar hasta cansarse siempre y cuando lo hagan con su “tarjeta de crédito” y no con efectivo.
En cuanto a la mercadotecnia de “figuras de acción” y muñecas, se están acompañando de caricaturas o animaciones en donde las niñas pueden contar con un rol determinado. Específicamente las llamadas “Bratz” consisten en muñecas que enseñan banalidad y llevan a las niñas a pensar que no hay nada más importante que verse bien, comportarse, como diría el alcalde de Toluca “Chic” y tener los accesorios de moda.
De igual forma, el no menos popular “Max Steel”, héroe tecnológico que defiende a las grandes corporaciones, primero de inventores maniáticos que buscan el poder, y recientemente de un monstruo que absorbe las características de la naturaleza para destruir “el mundo”.
Dicho en palabras simples, a las niñas se les enseña que deben estar a la moda, comprar los mejores y más costosos accesorios, bolsa y sobre todo maquillaje, mientras que los niños van a prendiendo que la naturaleza es peligrosa y que sólo la tecnología y las armas pueden salvarnos de sus peligros.
Están también los videojuegos que en su trama incluyen escenas de violencia que enseñan a quienes los practican que la violencia es la única forma de combatir el mal, aunque también existen algunos en los que se encarna a pandilleros que se dedican a evadir la justicia.
Estos juegos tienen sus contrapesos en los llamados “educativos” que dan a los niños la posibilidad de aprender mientras juegan, los de la línea Leap Frog se enfocan en ello así como los de Fisher Price además de otros que se enfocan en desarrollar habilidades motrices y cognitivas en los menores.
Para esta temporada navideña una recomendación, deténgase un poco a reflexionar las repercusiones que los juguetes provocarán en sus hijos antes de tratar de conceder el capricho del infante.

israel.martinez@milenio.com