De medios y otros demonios
Momento de definiciones
J. Israel Martínez Macedo
El viernes, muchos —priistas y no priistas— esperaban que durante su participación en el informe de actividades de Ernesto Nemer, Enrique Peña Nieto hiciera uso de ese lenguaje propio de los políticos en tiempos electorales para dar pistas sobre el sagrado ritual de designar a su sucesor. Nada de eso ocurrió.
El mensaje velado que todos podrían leer entre líneas se quedó reservado para un mejor momento y aunque algunos aseguran que en sí misma esa acción debe significar algo, para la gran mayoría eso ya es buscarle demasiado.
El “sospechosismo” (dixit Santiago Creel) se entromete hasta los rincones más profundos del priismo y genera elevados niveles de estrés entre algunos de sus militantes, en tanto que otros, definitivamente, ya dan muestras de cansancio y hartazgo por lo que creen que debió estar definido desde hace mucho tiempo.
Pese a ello, este día habrá otra oportunidad para tratar de leer entre líneas durante la reunión de
Pese a todo, el resultado de las elecciones en Guerrero también será determinante para definir otros caminos en el Estado de México.
El apoyo que el mandatario estatal dio a Manuel Añorve y la presencia de su imagen en algunas de las mantas y promocionales de la coalición “Vamos por tiempos mejores” (PRI, Verde y Panal) lo colocan directamente en el frente de batalla encabezando las huestes.
Al momento de escribir estas líneas, los reportes preeliminares apuntaban al triunfo de Ángel Aguirre de “Unidos por Guerrero” (PRD, Convergencia y PT más el empujón final del PAN) poniéndole pimienta al proceso mexiquense.
Ahora los antialiancistas, encabezados por Andrés Manuel López Obrador, tendrán que repensar su postura. Si bien el candidato ganador en Guerrero fue propuesta de la izquierda recibió un último empujón de los panistas al declinar a su favor.
De confirmarse el resultado, nuevamente se cumple con todos los requisitos de las alianzas que han vencido al PRI en otras entidades: un candidato ex priista, la unión de todos los partidos políticos de oposición y un refinado trabajo de operación política para ir sumando detractores, inconformes y comunes abstencionistas en el camino.
El escenario se reconstituye para la jornada a celebrarse el 3 de julio en territorio mexiquense y es un hecho que las próximas semanas serán de tensión absoluta en tanto los partidos tratan de ganarle días al calendario retrasando el anuncio de sus candidatos y alianzas pero resta ver si los lopezobradoristas se definen por apoyar irrestrictamente a su “Mesías” o por abrir una oportunidad —ahora más real— para derrocar al PRI en la entidad y, de paso, darle un tropezón a Peña Nieto rumbo a 2012. ¿Será?
@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
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J. Israel Martínez Macedo