¿Nada qué hacer? / Columna

De medios y otros demonios

¿Nada qué hacer?

J. Israel Martínez Macedo

Este jueves la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) arrojo un dato más que relevante y extremadamente significativo para la elección del 3 de julio en el Edomex.

En cuanto a vinculación con el partido, 45.2 por ciento dice sentirse muy o algo cercano al PRI, 13.6 por ciento con el PAN y 12.3 con el PRD; en tanto que 36.9 por ciento nunca votaría por Alejandro Encinas, 28.7 por ciento jamás lo haría por Bravo Mena y 19.2 por ciento por Eruviel Ávila.

Con estos resultados tendríamos que la vinculación partidista nos arroja que el piso mínimo del PRI sería casi la mitad del electorado, en tanto que el rechazo al candidato más cercano es poco más de una tercera parte de los votantes.

Si la encuesta del GCE es correcta, no hay más qué hacer. Cruzando resultados, la elección estaría definida desde este momento a favor de Eruviel Ávila, pues su contendiente más cercano no alcanzaría los votos necesarios para vencerlo, aún con la declinación de Bravo Mena a su favor.

Pero, honestamente, esto no es novedad. Desde que comenzó el proceso se sabía que la elección estaba ganada para el PRI, estuvieron trabajando para ello desde hace más de dos años. El proceso electoral del 3 de julio se ganó en la Legislatura local, donde Ernesto Nemer logró reducir los tiempos de campaña evitando así que, en el peor de los escenarios, la oposición tuviera tiempo de revertir.

Aunado a ello los priistas estuvieron verificando que sus alcaldes cumplieran, que se atendiera rápidamente a la ciudadanía, sumado a la imagen de Peña Nieto y la campaña constante de difusión de logros.

En resumen, una cosa aporta este proceso a la forma de pugnar por un cargo público: Ya no se puede esperar a que inicie un proceso, la campaña se realiza desde antes, desde cualquier sector y sin desdeñar ninguna oportunidad. En dos palabras: trabajo constante, nada más.

PARÉNTESIS

Este lunes la programación de Televisa Toluca sufrirá cambios: por la mañana, el noticiero será conducido por Katya Marcador pero ahora en compañía de Gerardo Carmona; se recupera el espacio vespertino y quedará, nuevamente, en manos de Gina Serrano y por la noche el noticiero será conducido, de vuelta, por Alejandro Maldonado.

Los cambios obedecen a una instrucción directa de las oficinas centrales de Televisa y responden a una lógica que alguna vez tuvieron y que por algún motivo se modificó. La intención es un informativo fresco por la mañana, un programa que combine la asistencia social con la información del día y por la noche se destacará la parte informativa, tal como ocurre en los canales de la empresa.

Como todo cambio imprevisto la medida causó sorpresas pero, a diferencia de otras ocasiones, este equipo de trabajo es más sólido y cohesionado por lo que una vez realizados los ajustes seguramente continuarán con la misma dinámica informativa, enhorabuena para todos ellos.

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