El PRI de siempre / Columna

De medios y otros demonios

El PRI de siempre

J. Israel Martínez Macedo

Este domingo el priismo demostró que está listo para enfrentar a quien sea pero, sobre todo, como sea. Enrique Peña Nieto se registró como precandidato del tricolor con miras a la presidencial de 2012, el político es nuevo pero el discurso no cambia.
El mensaje no escrito contrasta con esa idea de “nuevo PRI” que tratan de vender con tanta urgencia Moreira y compañía. Las viejas, formas, las antiguas maneras, los tradicionales ritos del priismo que dejan ver que, como reza la sabiduría popular, “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Los acarreados abarrotaron la sede nacional del PRI como en los mejores tiempos del partido, todos acompañando al ungido que, si bien en esta ocasión no fue por dedazo, planificó una estrategia a largo plazo que le permitió colocar sus piezas clave en los lugares precisos para cerrarle las puertas a cualquier otro posible aspirante.
Después del registro, como lo marcan los viejos cánones, el mensaje a la militancia; organizar la “cargada” para hacer evidente lo que las acciones, tanto de la dirigencia como del propio aspirante, han permitido vislumbrar las últimas semanas: hoy por hoy Peña Nieto es el PRI.
El anuncio espectacular, lo relevante del acto “hoy aquí asumo tres compromisos”. No era la idea, no formaba parte de la campaña, los gastos del gobierno mexiquense en cuanto a imagen y publicidad no tenían fines electorales rumbo a 2012, pero mantener el mismo estilo discursivo no está de más, a final de cuentas se ha trabajando mucho para que la palabra “compromiso” y Peña Nieto son, como diría Timbiriche “uno mismo”.
“Primero: cuidaré en todo momento, la unidad de nuestro partido”. ¡Ah caray! Pues no que la unidad del priismo no está en riesgo en esta elección, que todo está en orden y que la militancia está trabajando en conjunto con el mismo y único fin. Además los priistas deberán estar agradecidos con su precandidato porque va a procurar la inclusión, gracias a él y sólo a él, habrá espacio y lugar para todos en este proyecto (por cierto, el único que recibió aplausos por parte de los priistas).
“Mi segundo compromiso: es privilegiar las ideas, propuestas y compromisos, no caeremos en las provocaciones de nuestros opositores”. O sea, pues, que quienes se relamían los bigotes esperando un buen debate pueden esperar sentados porque no habrá tal, Peña le “dará la vuelta” a toda costa.
“Mi tercer compromiso: es hacer que las cosas de México sean las cosas del PRI” ¿Pues no que esas ya eran las cosas del PRI? Con tanto “ya merito” se nos abre la puerta de la duda a si algún día las cosas de México en realidad serán las cosas del PRI. Honestamente lo dudo.
Después las promesas de siempre: crecimiento económico, empleo, desarrollo, historias de éxito y bla, bla, bla. Rematando con un mensaje opara que el que tenga oídos y buen entendimiento lo escuche y entienda: “Comprometámonos con México”; rematando con algunos vivas al PRI y a México. El nuevo PRI y el viejo PRI… el mismo PRI de siempre.

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