PAN: Las medias tintas / Columna

De medios y otros demonios

PAN: Las medias tintas

J. Israel Martínez Macedo

No importa quién sea su candidato a la Presidencia de la República, el panismo llegará dividido a esa contienda electoral, en parte por una pésima estrategia semipresidencialista que no fue impositiva y tampoco democrática “sino todo lo contrario”.
Los contendientes, Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, aglutinan el apoyo de la militancia y la cúpula, respectivamente, mientras que Santiago Creel mantiene su lucha personal tratando de convencer a sus correligionarios que es el punto medio entre ambos pero su relación con el foxismo es su ancla.
Josefina cuenta con el apoyo de los jóvenes panistas que ven en ella el símbolo de lucha dentro de un partido dominado por voraces empresarios machistas que juegan a la política pero que en definitiva no son políticos de carrera y que hallaron en esta actividad una nueva manera de hacer dinero y beneficiar a sus empresas.
La que se veía como la mujer candidata de 2012 al inicio de la administración de Felipe Calderón, granjeó los desafectos del Presidente por el pleito casado con Elba Ester Gordillo cuando la panista fue nombrada secretaria de Educación. Juan Camilo Mouriño se convirtió en un “plan B” bastante viable.
Todo pintaba para una interesante contienda en la que Juan Camilo y Josefina tendrían que trabajar y luchar en un ambiente democrático para merecer la candidatura del panismo con miras a 2012.
El accidente del entonces secretario de Gobernación echó por tierra el proyecto y les abrió las puertas a todos. En el albiazul no había uno que pudiera decirse bendito por el apoyo presidencial y prácticamente el gabinete en pleno se sentía ungido por la mano calderonista. La caída de ese helicóptero fue un golpe durísimo a Acción Nacional, más del que estaban dispuestos a reconocer.
Josefina continuó trabajando y ganó la predilección de la militancia. La cúpula machista del panismo no le abriría paso a una mujer. Creel se sintió con opción y se lanzó al ruedo esperando ser reconocido como el candidato al que “ya le toca” pero en el albiazul ese tipo de “lealtades” no se dan.
Presidencia quiso seguir el juego “demócrata” pero más temprano que tarde decidió su apoyo a Ernesto Cordero. El “dedazo” fue evidente al indicar un método de selección que favorece, a todas luces, al ex secretario de Hacienda.
La militancia no ve con buenos ojos a Cordero porque, desde su óptica, no lo merece, no ha trabajado para ser el aspirante a un puesto como la Presidencia.
Si el ungido es Cordero, la militancia se dedicará a trabajar en sus grupos locales pero no para la Presidencia. Si es Vázquez Mota la cúpula la dejará a su suerte y buscará acomodo en los confortables brazos de las senadurías y diputaciones. El escenario para el PAN no es halagüeño, quiso ser todo y terminó siendo nada.

Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com