México aquemichú / Columna

De medios y otros demonios

México aquemichú

J. Israel Martínez Macedo

Todo lo que ha pasado antes, durante y después de la elección del PRD sólo es un síntoma de lo lastimoso que se ha vuelto el sistema político mexicano, el pleito callejero en el que se han enfrascado no deja más que decepción y evidencia de la triste realidad: la lucha por el poder a cualquier precio.
El robo y quema de urnas y boletas, las viejas prácticas del acarreo, ratón loco, carrusel, urnas embarazadas, boletas de más, impedimentos para votar a pesar de estar en el padrón, y otros tantos cochupos que se llevaron a acabo en el proceso perredista sólo hicieron recordar las elecciones presidenciales de 1940 en donde los avilacamachistas y los almazanistas terminaron por decidir la presidencia a punta balazos, como cuenta José Agustín en su Tragicomedia Mexicana.
El perredismo o lo que queda de sí mismo decepcionó a propios y extraños, las estratagemas de sus militantes para cumplir la máxima maquiavélica “El fin justifica los medios” sólo sirvieron para exhibir lo peor de la política mexicana, no sólo prácticas de un partido, sino de una nación que recurre a ellas en todo tipo de procesos electorales.
Justo cuando se creía que la reforma electoral, tan peleada y cacareada por todos los actores políticos, sería la panacea del México moderno, o por lo menos el primer paso de un proceso de maduración de la democracia nacional, llega una elección que en los hechos demostró que todos esos cambios no saldrán de la letra muerta.
Es una pena que la izquierda mexicana haya caído hasta esos niveles. Es una pena porque en vez de ser la esperanza de las clases bajas parece más la cueva de los lobos que no encontraron cabida en otros lugares y que, heridos, sólo desean ser el jefe de la manada para buscar el desquite contra quienes les enviaron a ese lugar.
El PRD vive un momento trascendental en su historia, puede quedar en manos de radicales ansiosos de venganza, sedientos de la sangre de aquellos que los menospreciaron y arrojaron lejos arrebatándoles sus deseos de satisfacer la urgencia de grandeza o puede quedar en las manos de los moderados que no han sabido anteponer los intereses de las clases populares a su dependencia del presupuesto.
Después de todo la lucha sigue siendo por poder. Por una parte el grupo que busca mantener encendida la luz de quien, en este tipo de hechos, ha demostrado que tal vez no era un peligro para México, pero quienes lo han arropado y defendido sí, quienes pretenden el poder por el poder. Por otra quienes esperan construir una candidatura que pueda llevarlos a compartir el trono sexenal que actualmente ostenta su antagónico ideológico.
Al momento de escribir estas líneas aún no se sabía qué pasaría con la elección interna del PRD, si sería invalidada o reconocida, pero lo que sí puedo anticiparle es que, para como se dieron las cosas, ganará quien más o mejores trampas haya ejecutado y perderá perredismo y con él las clases sociales que le habían depositado su confianza y esperanza de un México mejor.
Después de lo que se vio en la semana pasada será muy difícil que el PRD pueda reconstituirse para las elecciones venideras, y más aún, para 2012.
La izquierda mexicana ha sido enterrada bocabajo, pero el perredismo se ha encargado de rascar en la tierra para hundirla cada vez más profundo, algunos hombres y mujeres -cuantificables con los dedos de una sola mano-, podrían sacar adelante los sueños de las clases populares, pero por el momento no se les ve la intención de ensuciarse en este enjuague de lodo en el que se han involucrado los líderes del partido del sol azteca.
A pesar de todo, la figura de Cuauhtémoc Cárdenas podría colaborar en beneficio del PRD, pero los bejaranizatas, fernandeznoroñistas y padiernistas, se encargarán de mantener el caos el mayor tiempo posible, después de todo gracias a eso subsisten y Andrés Manuel depende de ellos para mantener viva su esperanza de contender por la Presidencia de la República una vez más.
Total que México está como la burrita aquemichú, esa de las canciones infantiles: “da dos pasos pa’ delante y da dos pasos para atrás” pero simplemente no avanza, ya es el colmo que las prácticas de 1940 sean revividas en 2008 y todos hagan como que no pasa nada o de plano minimicen diciendo que sólo es la elección de un partido, ni hablar.

israel.martinez@milenio.com