Elección sin opciones
J. Israel Martínez Macedo
La semana que termina deja un sabor amargo en la boca. Los partidos retoman sus prácticas más añejas y dan muestra de que lo único que no podemos esperar en este proceso electoral para gobernador es un candidato que esté más ocupado de la sociedad que del grupo político que lo postulará.
El nuevo y renovado PRI regresó a sus viejas y comunes prácticas. “El Tapado” subsistió y seguirá así hasta el momento que llegue “el dedazo” para ungirlo como elegido del gobernador para sucederlo, momento en el que se echará a andar toda la maquinaria —de la que buena parte ya está funcionando— para mantener la gubernatura en manos del tricolor.
La oposición —la de izquierda pero también la de derecha— deja evidencia de que en estos seis años dedicó tanto tiempo a pelearse por los residuos de poder al interior de cada partido que se les olvidó un papel fundamental para su supervivencia: generar cuadros renovados.
El gobernador se enfrenta al problema de tener que decidir la candidatura del PRI en, cuando menos, cinco opciones viables y todas ellas con amplias posibilidades de ganar.
En contraparte, el PAN presenta una propuesta reciclada de hace tres procesos o el trabajo individual de una persona que en la búsqueda de su objetivo pasó por quien fuera y como fuera, el “haiga sido como haiga sido” en su máxima expresión.
En el peor punto se encuentra el PRD. Víctima de sí mismo se ve acorralado por la difícil determinación de sumarse a sus “rivales ideológicos” o a sus “demonios internos” pues de otra manera no se le ve la más mínima posibilidad de presentar una contienda digna.
La alianza entre izquierda y derecha se vislumbra como la única opción real para dar batalla pero los intereses de grupo y personales aunados al radicalismo ramplón parecen perfilarla al fracaso. Pese a que sus promotores hacen todo lo posible por sacarla adelante.
El escenario en este momento pinta para que cualquier priista que sea señalado por el dedo mágico resulte ganador de la contienda del 3 de julio. Panistas y perredistas se presentan diezmados al campo de batalla, aun nivel tal, que aún en conjunto su victoria es dudosa en tanto no sean capaces de sumar a sus filas a los irreductibles convergencistas y petistas quienes ya le han vendido su alma al Peje.
Las ofertas a la sociedad no son escazas sino nulas. Sin importar quién gane o quién pierda los compromisos ya están pactados y firmados, tristemente ninguno de ellos es con la sociedad sino con uno, otro u otro grupo de poder así que la, el futuro no se vislumbra mejor que el pasado y mucho menos diferente.
@Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
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J. Israel Martínez Macedo