De medios y otros demonios
Exhibidos en vivo
J. Israel Martínez Macedo
La tarde-noche del sábado el futbol profesional en México fue alcanzado por la violencia en que se encuentra sumido el país. Uno de los refugios en el que buena parte de la población lograba evadir por unos instantes la realidad en la que vivimos perdió su imagen sagrada e intocable al ser el estadio de Santos de Torreón lugar de una balacera.
Independientemente de las investigaciones del hecho —que autoridades locales aseguran ocurrió afuera pese a las imágenes fotográficas que circularon en las redes sociales y en internet donde se observan huellas de disparos en el interior del inmueble— una de las quejas, precisamente de los usuarios de las redes fue la cobertura informativa.
El partido era transmitido en vivo por la señal de TV Azteca, casi al llegar a los 40 minutos de tiempo corrido se escuchan disparos, un jugador de Santos se tira al suelo y todos los demás así como el cuerpo arbitral salen despavoridos hacia el acceso a los vestidores.
En las gradas se ve a la gente tirándose al suelo y resguardándose detrás de las butacas durante el minuto y medio, casi dos minutos, que se escuchan las detonaciones en la transmisión.
Después de eso se ve a la gente saltándose a la cancha (cabe hacer la mención que el estadio de Santos no tiene malla ciclónica alrededor del terreno de juego) para resguardarse en las bancas de los equipos o detrás de los letreros de anuncios publicitarios.
La transmisión de TV Azteca generó malestar entre los usuarios de las redes sociales y esto se debe a una simple situación: estando en el lugar de los hechos, en el momento justo, cuando se debe informar a la gente lo que está ocurriendo, la televisora del Ajusco cortó la transmisión para dar paso a un refrito de bromas de mal gusto. En el momento más critico hacer bromas, pfff.
Los comentaristas deportivos se vieron sorprendidos y entraron en pánico, lo que se notó con las opiniones que realizaron una vez que los disparos dejaron de escucharse, se llenaron la boca con reclamos personales, se olvidaron de su responsabilidad informativa (esa misma a la que aluden cuando exigen una entrevista), maldijeron la situación que se vive en el país y siempre en un tono de reclamo y transmitiendo su impotencia.
En las redes sociales los usuarios destacaron que Azteca haya cortado la transmisión dada la relevancia del hecho que estaban testimoniando, sin informar cómo estaba la gente en el estadio, sin investigar si los disparos fueron realmente fuera del inmueble y ni qué decir de la forma en que trataron el asunto sus comentaristas que, lejos de realizar una actividad periodística parecía más como si se tratara de una apología al miedo.
A final de cuentas la empresa demostró que su interés es netamente comercial y que, dado que el espectáculo había terminado y sólo quedaba informar, pues mejor cortar la transmisión; pero también queda en duda la capacidad y preparación de los comentaristas deportivos para atender una situación que sale de su control y su muy limitado dominio informativo. Se vieron mal y la gente aún se los reclama.
Twitter: @Mega_J_Israel_M
israel.martinez@milenio.com
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J. Israel Martínez Macedo